Revolution rock. Foto: Sandra Van Watermeulen
Revolution rock. Foto: Sandra Van Watermeulen

Entrevista

Steve Ignorant: “Crass tenía que ver con la aceptación general, no se trataba de individuos, se trataba de ser una comunidad”

Tan inspirador y revolucionario como Jello Biafra, Joe Strummer o Ian MacKaye, hoy día Steve Ignorant sigue en la brecha tras sus días de gloria con Crass, quizá la banda con mayor compromiso político del universo punk. Su talante positivo y bonhomía lo convierten en un dandi que no se amedrenta a la hora de airear las injusticias globales con el micrófono. Al frente de la Steve Ignorant Band, interpretará el repertorio del que fuera su grupo insignia, Crass, el próximo sábado 3 de mayo en la sala Salamandra de L’Hospitalet de Llobregat.

Cofundador y vocalista de los británicos Crass, músico, escritor, titiritero o voluntario de rescate, Steve Ignorant compartió filosofía de vida con el colectivo musical y político anarcopacifista en la comuna de Dial House. La práctica de la autogestión en todas sus vertientes, con control absoluto sobre su música y sus acciones, fue su principal directriz. En siete años de vida, entre 1977 y 1984, Crass se convirtió en el azote de las políticas conservadoras de Margaret Thatcher que desembocaron en las huelgas mineras y la guerra de las Malvinas, al promover la acción directa y la desobediencia civil. Discos como “The Feeding Of The Five Thousand” (Small Wonder, 1978), “Stations Of The Crass” (Crass, 1979), “Penis Envy” (Crass, 1981), “Christ. The Album” (Crass, 1982) o “Yes Sir, I Will” (Crass,1983) son auténticos manifiestos de resistencia donde plantaban cara al capitalismo, el sexismo, la religión o la guerra.

Tras la disolución de Crass, nuestro interlocutor flirteó con la música experimental de Current 93 (1984-1985), buscó una válvula de escape a su rabia en Conflict (1987-1989) y militó en proyectos de su propio cuño y letra como Schwartzeneggar (1993-1995) y Stratford Mercenaries (1997-2000). Entre 2012 y 2017, formó parte de Paranoid Visions, con los que grabó algunos trabajos. Su actual encarnación musical tiene que ver con Slice Of Life, una banda alejada de la agresividad punk y de sonoridades más folk, en la que ausculta sus demonios interiores y con la que combate la depresión mental, enfermedad con la que ha lidiado durante estos últimos años. Días antes de su primer concierto en España –al frente de una banda en la que lo secundan el batería Jay Bagnall y tres compañeros de Slice Of Life: Pete Wilson (guitarra), Carol Hodge (teclado y voz) y Pete Rawlinson (bajo)–, en el que interpretará material de Crass, contesta a nuestro cuestionario.

Spoken word con Slice Of Life: “Stretford Blues”. Vídeo realizado por RKid Media.

¿Qué significa la música para ti?

Es algo que te hace feliz y te emociona. Pero eso solo ocurre cuando, al escucharla, te toca la fibra sensible.

¿Cuál fue el primer concierto al que fuiste?

Debía tener 13 años y me colé para ver a Desmond Dekker. En ese momento me gustaba mucho la música reggae y el ska.

Musicalmente hablando, hay dos figuras que son importantes para ti, David Bowie y Joe Strummer.

Mucha gente piensa que David Bowie era una estrella del rock. Pero era algo más que eso. Para los jóvenes que estaban perdidos o descontentos con sus vidas, abrió una puerta por la que podían pasar y desaparecer en un mundo elegante y sentir que les estaba hablando directamente. También hizo posible que los jóvenes de clase trabajadora pudieran usar maquillaje en los ojos o en la cara, porque en los años setenta no se hacía. Donde yo crecí, te atacaban por ello, pero gracias a su música y su imagen posibilitó que fuera normal usar joyas, maquillaje, tener el pelo de color diferente, y creo que por eso, en Inglaterra, fue una gran influencia. Y The Clash fue la primera banda de punk que vi en vivo y recuerdo que me quedé absolutamente atónito. No podía creer lo que estaba viendo. Fue absolutamente fantástico y nunca olvidaré la emoción que sentí, y cómo me inspiraron por su actitud más que por su música.

“No hay racismo en los skinheads, ciertamente no lo había cuando crecí con ello. De hecho, el estilo skinhead vino de los jamaicanos que llegaron a Inglaterra en aquellos días. Así que copiamos a Desmond Dekker usando pantalones cortos para mostrar los calcetines blancos. Esa fue la primera música auténtica con la que me identifiqué”

Antes de ser punk eras skinhead.

Cuando era skinhead tenía 13 años. Ser un skinhead en aquel entonces era muy diferente a ser un skinhead hoy. Había una diferencia entre skinheads y boneheads. Los boneheads son los idiotas fascistas de derechas, mientras que el skinhead tiene clase y escucha. No hay racismo en los skinheads, ciertamente no lo había cuando crecí con ello. De hecho, el estilo skinhead vino de los jamaicanos que llegaron a Inglaterra en aquellos días. Así que copiamos a Desmond Dekker usando pantalones cortos para mostrar los calcetines blancos. Esa fue la primera música auténtica con la que me identifiqué: no tengo que escuchar lo que está en la radio, esto es fácil de bailar, tiene un gran ritmo, me gusta su simplicidad y es genial. Todavía la escucho hoy.

¿Cómo conociste a Penny Rimbaud, batería de Crass?

Lo conocí cuando tenía 14 o 15 años. Quería formar una banda y no tenía idea de cómo hacerlo, así que fui a verlo a Dial House y me dijo: “Tocaré la batería para ti”. Al principio solo íbamos a ser Penny y yo en la batería y la voz, pero entonces se sumaron más músicos, sin que hubiera audiciones.

¿Hubo mucho choque de egos en Crass?

No. Intentamos que no hubiera un líder, así que yo no era el cantante principal, sino solo un vocalista. No era más importante que Eve Libertine o Joy de Vivre. Todo lo que hicimos con las canciones de Crass tenía que ver con la aceptación general, no se trataba de individuos, se trataba de ser una comunidad.

Crass, en directo, en 1981. Steve Ignorant, con el micro. Foto: Steve Rapport (Getty Images)
Crass, en directo, en 1981. Steve Ignorant, con el micro. Foto: Steve Rapport (Getty Images)

¿Qué es lo que más te enorgullece de haber estado en Crass?

Que todos nos mantuvimos fieles a nuestra filosofía y que, aunque no terminamos siendo ricos ni adinerados, ni con coches deportivos o grandes palacios, no creo que a ninguno nos importara. A mí desde luego no.

¿Qué referentes te inspiraron a seguir la filosofía del “hazlo tú mismo”?

Siempre me han interesado mucho las películas en blanco y negro de los años cincuenta y sesenta dirigidas por directores ingleses. Se llamaban películas de “jóvenes furiosos” (angry young men), aunque también había mujeres involucradas y trataban de las injusticias de la época. Mi anarquismo diría que viene de esas películas, esos libros, esas obras de teatro y de los poetas. Walt Whitman fue una gran inspiración para mí, al igual que Jack Kerouac.

¿Teníais muchos roces al convivir en Dial House?

No, porque no había reglas. Pero por ejemplo si había platos sucios en el fregadero, los lavabas. Si el suelo necesitaba limpieza, se limpiaba. Siempre se trataba de consideración hacia los demás y, de alguna manera, funcionaba. Sé que otras personas han intentado vivir así y no les ha funcionado.

“Se llamaban películas de ‘jóvenes furiosos’ (angry young men), aunque también había mujeres involucradas y trataban de las injusticias de la época. Mi anarquismo diría que viene de esas películas, esos libros, esas obras de teatro y de los poetas. Walt Whitman fue una gran inspiración para mí, al igual que Jack Kerouac”

¿Imaginabas las consecuencias que tendrían vuestras grabaciones imaginarias de Margaret Thatcher hablando con Ronald Reagan, donde consideraban usar Europa como frente de batalla ante los líderes soviéticos en el caso de un hipotético conflicto nuclear?

Fue una broma. ¡Cómo demonios la CIA, el KGB y el MI5 pensaron que podían ser reales! Es incomprensible. Aún tengo que reírme porque solo estábamos jugando. A menudo pienso que si hubiéramos hecho eso hoy, algo parecido entre Donald Trump y el primer ministro inglés Keir Starmer, probablemente nos encarcelarían por terroristas.

Después de Crass, empiezas a tocar con Current 93, que tenían una visión mística y se inspiraban en el budismo.

Por entonces salía con David Tibet. Nos veíamos mucho y escribí la letra de una canción. Toqué con él un par de veces o tres. Enseguida me di cuenta de que ese tipo de cosas no eran para mí. Así que le dije: “David, no puedo con esto, simplemente no es para mí”. Soy más de rock’n’roll.

Dejaste Conflict por sus actitudes violentas y tu falta de armonía con Colin Jeerwood, su vocalista.

Bueno, no fue necesariamente el aspecto violento. Había cosas que me comprometían en ciertas situaciones y no podía soportarlo. Además, quería hacer algo diferente al punk rock de Crass. Y no sentía que tuviera derecho a intentar que Conflict lo hiciera. Así que pensé dejar Conflict y luego intentar hacer lo mío, que es en parte por lo que también me fui. Colin y yo somos grandes amigos de nuevo, así que no hay problema.

Steve Ignorant Band, con Carol Hodge (teclado y voz), Pete Wilson (guitarra), Jay Bagnall (batería) y Pete Rawlinson (bajo).
Steve Ignorant Band, con Carol Hodge (teclado y voz), Pete Wilson (guitarra), Jay Bagnall (batería) y Pete Rawlinson (bajo).

Después creaste Schwartzeneggar.

A nivel musical pensé que podríamos haber firmado con un sello discográfico, porque era una banda bastante buena. Las grabaciones que sacamos tenían unas mezclas horribles, pero las letras y la música eran geniales. Dentro de la banda había demasiados choques de egos y al final no funcionó, simplemente se desvaneció, y Robert Butler, el bajista, dejó de ser amigo. Fue una mala separación.

Más tarde te uniste a los Stratford Mercenaries.

Fue una experiencia genial. Tocábamos mucho en Estados Unidos. Habíamos estado de gira en Europa, pero por alguna razón no funcionaba. Sentí que al final era solo una excusa para subirme a una furgoneta o a un avión e ir a otro país y tomar cervezas con gente diferente, conocer chicas y esas cosas, y pensé “eso no es suficiente para mí”. No parecía tener ningún rumbo.

¿Qué grupos crees que mejor han recogido el legado de Crass actualmente?

Club Rat, una banda muy joven. También Sunny War o Carol. Hay cientos.

“No soy Steve, de Crass, sino solo este compañero que sufre de depresión mental, y encuentro que eso es justo a lo que intento llegar con Slice Of Life, solo para que la gente sea consciente de ello. Como el envejecimiento. Tengo 67 años, soy viejo y veo mi cuerpo cambiar”

¿Qué significó para ti ser voluntario en la organización Sea Palling Lifeboat?

No ser Steve Ignorant, sino simplemente un miembro más de un equipo de rescate, marca una diferencia real en la vida de las personas al salvarlas de la muerte. Eso cambió por completo mi perspectiva y me di cuenta de que sí, puedo gritar ante el micrófono y vociferar sobre esto y aquello, pero una de las cosas más emocionantes y satisfactorias que he hecho fue estar en esa organización de rescate.

¿Con Slice Of Life, tu banda actual, sigues procesando tu furia de la misma manera que lo hacías en Crass?

Mi forma de protestar con Slice Of Life es probablemente más personal. Hablo más sobre mis problemas mentales personales, problemas de salud mental, mi depresión, y creo que lo bueno es que la gente se me acerca y habla de su depresión, incluso en Estados Unidos. Eso me hace sentir muy contento. No me contengo al permitir que la gente sepa quién soy exactamente, al hablar de mis debilidades y todos mis defectos, y creo que eso de alguna manera abre las puertas para que la gente pueda venir y hable conmigo como individuo, como un igual. No soy Steve, de Crass, sino solo este compañero que sufre de depresión mental, y encuentro que eso es justo a lo que intento llegar con Slice Of Life, solo para que la gente sea consciente de ello. Como el envejecimiento. Tengo 67 años, soy viejo y veo mi cuerpo cambiar. Simplemente hablar de eso en las letras. Si me lesiono, tardo más en sanar y tengo un sentido de mi propia mortalidad. He vivido más de lo que voy a vivir, así que estoy abordando esas cosas que son tan importantes como el mundo en general. ∎

Steve Ignorant Band: “Big A Little A”, tema mítico de Crass, en directo en Leeds en 2024.
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