“The Dark Side Of The Moon” (1973), el octavo álbum de Pink Floyd, es uno de esos objetos presentes en hogares de todo el mundo y que han ido pasando de generación en generación. Se trata de una obra en la que es posible percibir la huella de diversas educaciones musicales precedentes, tanto de la música popular como de la más experimental. Y dado su carácter universal y transversal, puede ser infinita la lista de creadores que lo han tenido como referente o que se han dejado influir por él de un modo incluso inconsciente. Seleccionamos veinte conexiones del disco, sonoramente explícitas o espirituales, mirando hacia atrás y hacia adelante, que nos ayudan a calibrar su peso en la historia.