Catástrofe visual.
Catástrofe visual.

Entrevista

The Residents: los demonios bailan solos

El sentido de la vida, los límites del Cosmos, la existencia de Dios o la personalidad real de The Residents son preguntas sin respuesta que todavía se hacen algunos. La Teoría de la Oscuridad ha envuelto la prolífica carrera de estos hierofantes septuagenarios desde que en 1972 contaminaran el misticismo egotista del rock con una búsqueda identitaria no menos llamativa, pero, sobre todo, mucho más divertida. Hablamos con Homer Flynn, portavoz de The Residents, tras la publicación de “The Ghost Of Hope”.

Si la creación de universos paralelos es el fin último del arte, entonces The Residents deberían ser encumbrados, junto con su adorado Sun Ra, a la categoría de grandes genios de Occidente. Con residencia definitiva en San Francisco, feudo hippy permeable a todo lo que oliera a raro –desde la infame secta Templo del Pueblo de Jim Jones hasta la contracultura química de Timothy Leary–, aquella ameba corrosiva sin rostro conocido representó una continuación-reacción tanto visual como sonora a la fecunda vía lisérgica: “Efectivamente. Si los artistas y músicos de la era psicodélica hubiesen continuado explorando en lugar de encontrar sus fórmulas de éxito, puede que The Residents nunca hubiesen existido. En definitiva, su ‘sonido’ es una búsqueda continua de estéticas visuales impresas sobre un medio auditivo-sonoro. Pura psicodelia”. Desde el éter californiano responde con paciencia Homer Flynn, artista (“porno”)gráfico y misterioso portavoz de estos dioses obscuros a los que representa desde tiempo inmemorial, esperpento chirigotero solo superado por el embajador de Nicolás Maduro en España y otros casos de difícil catalogación.

Bajo la excreción transgresora inicial de The Residents yacía la precariedad técnica más atroz. Una cortina de humo que fue refinándose con los años hasta dar con un discurso articulado igualmente ininteligible para la mayoría distraída (si bien aseguran haber compartido mesa con Donna Summer en el reparto de los Grammy de 1979). Homer replica: “No importa lo espesa que sea esa cortina de humo. El verdadero valor del arte es, al final, imposible de ocultar. En el arte y en la vida nada es más importante que la expresión personal. Dado que no sabían tocar ni cantar, sintieron que la tecnología era la única opción que tenían para despuntar creativamente. Eso es probablemente verdad, especialmente al principio... Cualquier herramienta que permita la expresión directa de la creatividad individual es válida, pero a veces es útil conocer cómo funciona el instrumental”. Es decir: hazlo tú mismo o vete. Su versión de “Satisfaction” (anterior a la de Devo) es considerada por muchos el primer single punk de la historia. Recordemos que San Francisco fue contendiente seria de la no wave neoyorquina durante la segunda mitad de los años setenta con bandas tan dispares como ellos, Tuxedomoon o Dead Kennedys. El excelente “The Ghost Of Hope” (Cherry Red, 2017), su último álbum, trata curiosamente sobre los fracasos emancipatorios del sueño tecnológico. Una deriva satírica recorre la entrevista: “Alguien más listo que yo dijo una vez que no hay mejor éxito que el fracaso. Si The Residents hubiesen tenido éxito alguna vez, habrían repetido sin duda la fórmula ganadora hasta el aburrimiento y más allá. Pero al fracasar y abrazar su fracaso, no tuvieron más remedio que retarse continuamente a sí mismos o dejarlo. Pero la idea de abandonar era todavía más aburrida que el éxito”. Todo esto me recuerda a otras frases lapidarias de Dalí, Beckett y Lynch imposibles de reproducir aquí. Quien no gaste una fórmula, que tire la primera piedra. En su caso, es el álbum conceptual: “Sus años formativos estaban ligados a discos como ‘Sgt. Pepper’s’ (The Beatles, 1967), ‘Song Cicle’ (Van Dyke Parks, 1967) y ‘Trout Mask Replica’ (Captain Beefheart & His Magic Band, 1969). Además, tenían interés, y quizá talento, para escribir canciones pop. Su tendencia narrativa es, sin embargo, perfecta para los álbumes conceptuales”.

“Su mérito más extraordinario ha sido su continuo compromiso con el anonimato durante cuarenta y cinco años. La invisibilidad resultante en la cultura generalista también fue su mayor error”

Homer Flynn

Un logro que no se les puede negar es haber mantenido el anonimato durante tanto tiempo. Nadie lo ha conseguido como ellos, pues tanta libertad implica demasiada soledad. Mr. Flynn, obviamente, reconoce la apreciación: “Su mérito más extraordinario ha sido su continuo compromiso con el anonimato durante cuarenta y cinco años. La invisibilidad resultante en la cultura generalista también fue su mayor error. Como un buen lavado, el efecto total ha sido dejar a The Residents frescos y nuevecitos como una sábana blanca ondeando al viento”. Un hermetismo ligeramente agrietado en 2010 cuando, hartos de los famosos globos oculares, adoptaron una indumentaria más porosa y nombres probablemente falsos: Randy (voz), Chuck (teclados) y Bob (guitarra), reduciendo, de paso, el formato de cuarteto a trío. ¿Traición a la Teoría de la Oscuridad? Parece que el tema le toca un poco a Homer: “No puedo asegurártelo del todo, pero creo que, en un momento dado, dieron un paso atrás, se miraron a sí mismos, y decidieron que ya no necesitaban más humo y espejos... The Residents existen todavía gracias a que siguen surfeando los mares del cambio sin quedarse inmóviles en cubierta orinando al horizonte mientras el barco se hunde. También se dice que las reglas están para ser rotas o, al menos, retorcidas un poco”.

Arte en la chistera.
Arte en la chistera.
Estos oriundos de Luisiana han utilizado iconos modernos (Elvis, The Beatles, James Brown, Hank Williams, Beethoven, Papá Noel, La Biblia, los trenes, el spot publicitario...) para crear algo, si no completamente nuevo, sí por lo menos diferente. De eso se trata. El declive de la idea romántica del genio creador, los cut-ups de Burroughs, la “muerte del autor” según Barthes y otras teorías del arte posmoderno que quizá tuvieron en cuenta: “Personalmente no los veo especialmente complicados. Creen que la creatividad es un hecho de la vida que te traspasa, tan simple y natural como respirar. Es el cese o la obstrucción de la creatividad lo que es complicado. Por un lado, no se toman a sí mismos tan en serio. Por otro, tampoco nadie lo hace. Quizá dentro de mil años”.

“Dado que el marketing más exitoso exige una identificación descarada de lo que se vende, ¿cómo una marca construida sobre la oscuridad podría tener éxito? El mundo demanda marcas insulsas y blandas. Sin embargo, The Residents se han colado de alguna forma entre las grietas del negocio”

Homer Flynn

Desde el demoníaco single “Santa Dog” (Ralph, 1972), primer acto terrorista de The Residents en vinilo, uno se pregunta si alguien les ha pillado alguna vez el punto. “A ellos les da igual, aunque siempre han preferido una audiencia conocedora a los consumidores de palomitas de maíz. No es que haya nada malo en las palomitas de maíz, pero no es comida de verdad”. La presencia del grupo en el mercado con todo tipo de productos y ediciones no ha sido precisamente insignificante. Hay un teutón cuya colección se estima en más de diez mil objetos. También existen diez frigoríficos valorados en cien mil dólares con primeras ediciones y memorabilia diversa (uno está en el MoMA de Nueva York). El secreto de tanta longevidad, a pesar de aberraciones como “Eskimo” (Ralph, 1979) y odas anti-rock como “The Aging Musician”, podría ser, de nuevo, la estrategia infalible del enigma. Homer no lo niega del todo: “Dado que el marketing más exitoso exige una identificación descarada de lo que se vende, ¿cómo una marca construida sobre la oscuridad podría tener éxito? El mundo demanda marcas insulsas y blandas. Sin embargo, The Residents se han colado de alguna forma entre las grietas del negocio. Nadie sabe cómo lo han hecho y no lo piensan revelar. Pero, al final, independientemente de lo cuestionable de su valor, la supervivencia es lo único que importa. Vivir y seguir creando es el auténtico éxito”. La cosa se acelera. ¿Les queda algo por hacer?: “Aunque empezaron a trabajar en ‘Vileness Fats’ a principios de los setenta, todavía no han hecho una película. Pero no han renunciado a ello. También quieren hacer teatro y ya tienen ideas para los siguientes tres álbumes”. Volverán a Europa en noviembre. Su agente mantiene conversaciones con promotores españoles: “El espectáculo se llamará ‘In Between Dreams’. Se trata principalmente de material clásico de su catálogo relacionado con los sueños, más un par de piezas de ‘The Ghost Of Hope’ y cosas del próximo álbum. También habrá vídeos cortos en los que diferentes personajes hablarán de sus sueños, como John Wayne con una bailarina”. ∎

Crónica de un fracaso anunciado


He intentado no centrar la entrevista en el manido asunto de la identidad de The Residents, pero es como quedar con un profeta y no preguntarle por Dios. George Harrison, expresidentes de Estados Unidos, Talking Heads y Brian Eno estuvieron nominados en su momento. Ya hemos visto que el objetivo de nuestros amigos es crear sin interferencias y no trabajar de verdad (como Frank Zappa). La cuestión es: ¿se habrán mosqueado alguna vez con Homer Flynn por no decir exactamente lo que piensan? En caso contrario, serían unas bellísimas personas o los representados más indolentes de América. La opción más plausible es que les importe un pito todo lo que se dice sobre ellos, aunque lo haga una persona de la máxima confianza.

Entre todos los personajes de la esquiva Corporación Críptica, Homer ha sido el más expuesto. Adicionalmente, gracias a la naturaleza chivata de internet, desde 2010 han asomado ciertos rasgos carnales de uno de sus miembros (con perdón). “Randy”, la voz cantante de The Residents, ha dejado entrever hasta hace poco un buen porcentaje de su testa (barbilla, cuello, ojitos y orejas prominentes). El tono de su voz es bien conocido, por no hablar de sus gestos y altura corporal. ¿Algo que decir, Homer?: “La vida es solo una situación. La vida es solo un juego. La vida es un torbellino y reclama en alto mi nombre” (en inglés rima). La voz de Randy, el payaso más siniestro de la historia del music hall, es imprescindible para ellos, aunque ya haya jubilado la indumentaria. ¿Quizá el último Resident original?: “¿Quién es Randy?”, responde en inamovible presente.

Respecto a N. Senada, progenitor de la Teoría de la Oscuridad, ¿era realmente Harry Partch, inventor de instrumentos y reputado músico microtonal?: “Harry Partch y El Misterioso N. Senada eran ciertamente uno y el mismo”. Eso es echarle la culpa al muerto... Pero digo yo que alguien les habrá visto. Por ejemplo, Andy Partridge (XTC) al participar en “Commercial Album” (Ralph, 1980): “En el estudio siempre se cubren la cabeza con bolsas de papel, lo cual explica el inusual estilo del cantante, ya que a menudo no puede ver el micrófono... En cualquier caso, la mayor parte de sus colaboradores saben quiénes son, pero The Residents son tan buenos acogiendo a la gente que sus colegas se sienten parte de algo especial y chivarse supondría traicionar su confianza. Además, ¿qué se conseguiría diciendo o conociendo sus nombres? No saberlo es mucho más interesante”. ∎

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