Anika es una artista de otro tiempo en más de un sentido. De entrada, se lo piensa bien antes de publicar algo, lo que explica que en quince años solo haya grabado tres discos: “Anika” (2010), “Change” (2021) y “Abyss” (2025), cuyo lanzamiento está previsto para el 4 de abril. Confía, además, en grabar en directo en el estudio, sin o con los mínimos overdubs. Es imposible escuchar su voz (contralto, ajena a ideas de virtuosismo, con una entonación muy alemana) sin pensar en los gloriosos sesenta y setenta de Nico.
Y a la vez, curiosamente, la energía con que afronta cada proyecto la hace sonar siempre a rabioso presente. Uno de sus grandes hitos sigue siendo “I Go To Sleep”, esa versión de Pretenders como grabada por Broadcast, pero en su primer single en cuatro años deja claro que no quiere ser conocida como artista somnolienta o sonámbula. “Hearsay” es una bomba de rock rabioso no exento de los habituales ecos dub, un asalto a la yugular con mucho de la PJ Harvey menos parsimoniosa.
“Abyss” se llama así porque eso es el mundo ahora mismo, un abismo, sobre todo desde el pasado 21 de enero. Y en “Hearsay”, Annika Henderson lista algunos de los motivos que le hacen ver las cosas con desesperanza: “Y los periódicos de ayer forran mi jaula / Y me estáis contando cuentos para saliros con la vuestra / Y os estáis inventando historias para imponer vuestro relato / Y os estáis inventando cuentos para provocar”. Antigua periodista política, Annika ha confirmado tener aquí en el punto de mira a los medios: “Redes sociales, televisión y otros canales de comunicación”, tan a menudo empleados para propagar el ruido, agitar bajar pasiones y contribuir a los odios.
En el vídeo dirigido por Laura Martinova, el flujo parasitario de los medios se traduce en una obra “inspirada por la estética de los vampiros”, según ha dicho la propia autora, que no niega tampoco un ligero componente satanista: “La dirección creativa de Zeynep Schilling eleva el vídeo a otro nivel; en algún lugar entre el mal y el cielo”. ∎