Me encargan que escriba esto a las pocas horas de leer que este último domingo otro hombre ha vuelto a asesinar a una mujer. Su mujer, dirá él, en posesivo, con la que tenía tres hijos en común, dos niñas de 7 y 9 años y un niño de 11. Ha ocurrido en Benalmádena (Málaga). El 3 de febrero, el juzgado número 3 de violencia sobre la mujer de Málaga denegó las medidas de protección que la fallecida y la policía pidieron. No busques en las noticias sobre este crimen el nombre de la jueza que rechazó esas medidas ni el del asesino: no aparecen. El de la muerta sí. Se llamaba Catalina. Si lees esto por la mañana, tal vez la magistrada esté desayunando. O ya desayunada. ¿Un cortado? La vida sigue igual.
Palmas por tangos, cruzamos de acera y pasamos a la canción que nos ocupa. “Bien de amores”. Se hace difícil al escuchar la letra no pensar que tal vez Catalina se la habría querido/podido dedicar a su asesino: “Yo quise vivir contigo, pero no morir por ti. Yo quería reír contigo, pero no llorar por ti. Si pudiendo estar conmigo, estuviste contra mí, sabes cuál es tu destino, que te vayas ya de aquí”. Frases que suenan justo después de escuchar en una grabación como de ultratumba, apenas 15 segundos al inicio de la canción, a su venerado abuelo Pepe (“una personita grande…”, empieza diciendo él), ese del que comenta su nieta que lleva su voz cosida a su garganta. Seguimos con la nieta.
“El mismísimo Dios con el agua y el viento te hizo así, no hay nada malo en ti. Cuando puso el amor por encima del miedo te hizo así, no hay nada malo en ti”, soltaba María José Llergo en la canción “ULTRABELLEZA” hace un par de años, derritiéndose y cautivada por una especie de Edén del amor que en esta nueva entrega se le ha transformado en un dolor del que escapar, en una decepción de la que aprender, como bien ha explicado ella misma en un par de mensajes en una red social: “Orgullosa de haber podido salir de un (pseudo)amor donde tenía que hacerme chiquitita para encajar. Y aprendí que si tienes que hacerte pequeñita para encajar en un sitio es que ese sitio no es de tu talla (…) Gracias a mis amigas, que me sostuvieron cuando estaba intoxicada por una relación que casi me cuesta la vida (…) Con vosotras pasé de llorar por un mal amor a celebrar la ruptura y verla como un renacer y una liberación”.
Más respaldos. En “Bien de amores” Llergo ha contado con Benjy Gibson (composición, producción y grabación), Víctor Martínez (composición y producción), Tatiana de la Luz (composición y grabación) y Luis del Toro (masterización y mezclas). El videoclip que lo acompaña, dirigido por Jean Lafleur, que ha sido filmado en una fábrica de yeso en Tembleque (Toledo), nos la muestra con una estética más Mad Max de pasarela que flamenca –aunque la canción suene más flamenca que Mad Max, léase más flamenca que el disco “ULTRABELLEZA” (2023) y sus giros electrónicos y R&B, más como si fuera la evolución del “Me miras pero no me ves” que cerraba “Sanación” (2020), su primer disco–, valiente pero cautelosa, eso sí, porque ese dron que la sobrevuela a ella y a sus amigas-escuderas es puro malaje. Y al final, como acaba pasando, toca echarlo abajo de un certero disparo y cortar de raíz, porque ahora “volviendo a ser yo con mi corazón, todo lo que a ti te amaba ahora me amo yo”. Así que el 29 de julio, Día Internacional del Mal de Amores, ya sabes qué canción ponerte. ∎