Canción del día

The Sophs

SWEAT2025
Nuevos chicos en la ciudad. Foto: Eric Daniels
Nuevos chicos en la ciudad. Foto: Eric Daniels

He aquí una situación inusual: pocas veces destacamos como canción del día una canción que es, literalmente, la primera que han publicado sus autores. En efecto, The Sophs es un grupo angelino de seis colegas que hasta hace un par de días eran virtualmente desconocidos: dieron su primer concierto el pasado otoño.

Es peculiar su historia: enviaron, podría decirse que a puerta fría, una demo a la discográfica Rough Trade que, recordemos, a lo largo de las décadas ha publicado discos de formaciones tan variopintas como This Heat, The Libertines o black midi, entre otras muchas. Esta grabación impresionó tanto a sus jefes –textualmente, su visceralidad y eclecticismo les “aceleró el corazón”– que solo un mes después la banda ya formaba parte del sello, ante la probable incredulidad de sus miembros.

De hecho, Ethan Ramon, líder y vocalista del sexteto, ha afirmado que firmar con Rough Trade fue como “un acto de fe simbiótica”. En cualquier caso, ahora que ya tenemos su primer tema, ¿realmente se puede hablar de una gran revelación? Al principio, “SWEAT” parecería una apacible pieza a medio tiempo, un “pop-rock de cámara” diligente a nivel instrumental: cálidos punteos de guitarra eléctrica, rasgueo acústico, unos teclados y sección rítmica intrusivos y una voz arrastrada cuyas letras brincan indecisas entre la autoflagelación y el amor propio, entre el control de las emociones y su pérdida: interpretación a cargo de un aparentemente atormentado Ramon que sin embargo nos descubre en el videoclip ser alguien bastante dado a la ironía y las cucamonas absurdas.

Todo bien, todo correcto, pero en el último tercio la pieza da un giro bastante interesante con un breve break de deliciosas armonías en falsete, seguido de un repentino desfase al micrófono del cantante, respaldado por un textural y muy controlado feedback guitarrero. Es patente la “brutal honestidad” prometida por Rough Trade: lo que no vemos tan claro es la “mezcla de géneros” también subrayada. La competencia melódica, la pulcra producción y el arreglo de las voces agudas durante el arrebato final son elementos destacables, y Ramon promete una idiosincrasia escénica relativamente auténtica. Pero, por supuesto, será necesario degustar más de su cancionero surgido “de la nada” para comprobar cuán mágico es el surtido de trucos, habilidades y sentimientos. ∎

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