Era ya la cuarta vez que Ken Vandermark pisaba el escenario del antiguo Matadero oscense, donde realizó su debut español en 2003 al frente de LKV Trio y al que regresó años después con El Infierno Musical –proyecto sobre textos de Alejandra Pizarnik– y a bordo de los salvajes Lean Left. En esta ocasión el gran saxofonista de soplido torrencial venía en formato dúo, acompañado por Damon Locks, artista visual y músico electrónico que ejerce también de profesor de arte en prisiones norteamericanas y que, además de formar parte de la Exploding Star Orchestra de Rob Mazurek, es el líder de Black Monument Ensemble, orgiástico proyecto –con dos imprescindibles discos publicados– del que forman parte también luminarias como Ben LaMar Gay o Angel Bat Dawid, y que mantiene su empeño de seguir reivindicando esa deslumbrante arcadia que constituye la denominada great black music. El dúo, que todavía no tiene nada grabado, surgió gracias a una invitación cursada por el Hyde Park Jazz Festival de Chicago en septiembre de 2020. La actuación del domingo en Huesca inauguraba su primera gira.