¿La última gira larga en solitario? Foto: Liberto Peiró
¿La última gira larga en solitario? Foto: Liberto Peiró

Concierto

Marc Almond forever

Marc Almond regresa por fin a España después de varias intentonas lamentablemente frenadas por la pandemia. Recordamos al menos dos cancelaciones en los años 2020 y 2022. La sala Repvblicca de Mislata (Valencia) acogió anoche el inicio de su periplo hispano –mañana jueves, 30 de marzo, tocará en Barcelona, y el viernes, 31 de marzo, en Madrid– con un set de canciones de título “Chaos And The Hits” que giraba originalmente alrededor de su último álbum en solitario, “Chaos And A Dancing Star”. Pero con tanta interrupción, el proyecto ha acabado por recorrer prácticamente todas las épocas y facetas del cantante.

Y lo hace empleando su habitual formato rock de bajo eléctrico, guitarra, batería y teclados, además de un coro mixto que ayudaba al cantante con las notas más altas, al igual que un teleprónter con las letras más recientes. Marc Almond suele mostrarse en buena forma sobre el escenario a pesar de tener ya 65 años, algún kilo de más y de haber finalizado la primera parte de su exigente gira continental entre Bélgica y Holanda. Ya solo le queda Barcelona (mañana, día 30), Madrid (31) y, por ahora, un último bolo en Viena. El cantante asegura que es su última gira larga por Europa y no es la primera vez que hace este tipo de declaraciones –artística y económicamente– “autolesivas”, pero es cierto que la edad no perdona y el retiro dorado –Portugal parece ser el lugar escogido– se atisba cada vez más cerca. Mientras tanto, su actividad continúa a buen ritmo con la grabación de un nuevo disco en solitario –de versiones– programado para el año que viene, y unas prometedoras actuaciones en primavera y verano con Soft Cell, ya veremos si acompañado por Dave Ball, todavía recuperándose de una lesión vertebral. El dúo ya tiene una cita reservada el próximo 23 de julio en el festival Alma Jardins de Pedralbes de Barcelona, a celebrar este año en el Poble Espanyol de Barcelona.

Con tanto ajetreo y dadas las circunstancias, no es extraño que Almond decidiera acortar el set valenciano a veintiuna canciones –que allí estábamos para contarlas–, tres o cuatro menos que en los conciertos inmediatamente anteriores. Aun así, la pérdida no fue irreparable –entre otras, “Purple Zone”, el último número uno de Soft Cell, compartido con Pet Shop Boys, que tampoco es para echar cohetes– y el veterano público, que ocupaba alrededor de dos tercios de la sala, pudo disfrutar de un puñado de éxitos –básicamente singles– que resisten bastante bien el paso del tiempo. El peso recayó lógicamente en los álbumes “The Stars We Are” (1988) y “Tenement Symphony” (1991). No tanto en “Chaos And A Dancing Star” (2020), del que solo rescató “Black Sunrise” y “Hollywood Forever”, además de “A Golden Light”, un descarte de la mismas sesiones acabado con Chris Braide dos años más tarde para el diez pulgadas “Things We Lost” (2022). 

El juego de luces: Almond pedía “rojos, morados, azules y rosas”. Foto: Liberto Peiró
El juego de luces: Almond pedía “rojos, morados, azules y rosas”. Foto: Liberto Peiró

Almond acostumbra a introducir novedades en sus giras. En este caso, versiones de “John, I’m Only Dancing”, el himno bisexual de David Bowie; la iniciática “By The Light Of The Magical Moon”, de Tyranossaurus Rex, y una joya de los Blue Cheer, “I’m The Light”. Con esta última abrió una noche ligeramente ensombrecida por el sonido algo estridente de la sala: el bajo vibraba como una cafetera. Fueron excepciones “Bedsitter”, de Soft Cell, transformada en balada con un arreglo de piano cortesía de Martin Watkins, o la inmarchitable “Black Heart”, de Marc And The Mambas. El juego de luces también irritó a un Almond vehemente y un poco cansado, hasta el punto de amenazar con marcharse del escenario: pedía “rojos, morados, azules y rosas”, aborreciendo “verdes y amarillos”. Pero las aguas volvieron a su cauce con la ambientación requerida y todo acabó como casi siempre: dos versiones electro-rock de “Tainted Love” y “Say Hello, Wave Goodbye” muy coreadas por la audiencia. Quizá pasen más desapercibidos los protagonistas de sus canciones, seres dañados en busca de lo imposible. Almond los reviste con ropajes lustrosos que endulzan lo amargo recordándonos que la vida es lo que uno hace de ella.

Finalizamos con buenas palabras para el guitarrista y cantante Alex Lipinski, que hizo de telonero con un correcto pero meritorio set de voz y guitarra eléctrica. ∎

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