A veces una cámara fija, bajo el mínimo despliegue técnico y reducido monto presupuestario, registrando una escena sin apenas elementos en cuadro, puede auspiciar un videoclip de estela icónica. No intentéis probarlo en vuestros hogares porque no va a funcionar. A menos, claro, que tengáis a mano el teléfono de Cate Blanchett.
La actriz, quien el próximo domingo opta a su tercer Óscar por el papel de Lydia Tár en la celebrada obra de Todd Field, es el motor de “The Girl Is Crying In Her Latte”, videoclip que sirve como presentación oficial del próximo álbum que la banda Sparks sacará a la calle el próximo 26 de mayo. Los propios hermanos Ron y Russell Mael han dirigido la pieza con la ayuda de Richie Starzec.
La intrahistoria tiene su punto de partida en la gala de los Premios César del año pasado, cuando los músicos conocieron a la intérprete australiana. Poco podían imaginar entonces que un año más tarde la tendrían alistada a su causa para dar rienda suelta a uno de los bailes más jocosos y memorables que se recuerdan en mucho tiempo.
El videoclip confía, y se basta, con la actriz de “Carol” (Todd Haynes, 2015), embutida en un traje amarillo chillón que parece robado del vestuario de “Dick Tracy” (Warren Beatty, 1990). Situada en medio de un plano simétrico, totalmente estático, Cate Blanchett inicia sus peculiares contoneos corporales al ritmo de la música del dúo. Estos, a su vez, la acompañan a cada lado. Russell a su derecha dándole algo de cobertura con su playback y las circunvalaciones por esa zona del escenario. Por su parte, Ron se mantiene hierático a su izquierda, tomando un café sin variar ese rictus de villano de “Indiana Jones”. Ni un añadido, todo transcurre en ese ciclorama blanco de los estudios Hype de Los Ángeles, con un mobiliario de lo más anodino.
Pero, como se puede comprobar, ¿para qué desviar la atención de lo verdaderamente expresivo y divertido, que no es más que ese bailoteo con el que Blanchett se acerca a David Byrne, Mick Jagger y Carlton Banks, y con el que sintoniza plenamente con el personal universo que destila el dúo angelino? Una colaboración con una estrella hollywoodiense que se produce poco después de la intervención crucial de los hermanos Mael en el filme “Annette” (Leos Carax, 2021), el documental que les dedicó Edgar Wright, “The Spark Brothers” (2021), y a la espera de poder ver pronto el musical “X Crucior”, su debut como guionistas.
Mientras llega el momento, nos conformamos con este “menos es más” en toda regla, que resonará favorecido por el potencial icónico de la coreografía que secuestra su visionado. ∎