Steve Cropper, guitarrista de Booker T. & The M.G.’s. Foto: Don Paulsen (Getty Images)
Steve Cropper, guitarrista de Booker T. & The M.G.’s. Foto: Don Paulsen (Getty Images)

Fuera de Juego

Steve Cropper: el hombre que fue soul

Steve Cropper, que falleció en Nashville el 3 de diciembre de 2025, con 84 años, fue el paradigma de una época irrepetible que alumbró el soul sureño como un género pujante, creado por músicos y empresarios blancos y negros en un puñado de localidades situadas en los estados más racistas de Norteamérica, música jubilosa y febril que alimentó la lucha por los derechos civiles en el ambiente más hostil y segregado de los años sesenta. La herencia artística de Cropper, no obstante, trasciende cualquier circunstancia y lo sitúa como uno de los gigantes de la música popular de nuestra época.

Diez días después de la muerte del guitarrista Phil Upchurch, esencial en los discos de Aretha Franklin y muchos otros dioses de la música negra, el planeta soul se viste de luto por el fallecimiento de uno de sus grandes pioneros, el gran Steve Cropper (1941-2025), un músico blanco cuya importancia resultó capital en la génesis y el desarrollo del soul sureño, miembro fundador de Booker T. & The M.G.’s, compositor y productor imprescindible en el organigrama de Stax Records, coautor de un puñado de clásicos imprescindibles para entender el género, desde “Last Night”, “Green Onions”, “Melting Pot”, “Soul Limbo”, “Time Is Tight” y “Hip Hug-Her” hasta “(Sittin’ On The) Dock Of The Bay”, “Fa-Fa-Fa-Fa-Fa (Sad Song)”, “Mr. Pitiful”, “In The Midnight Hour”, “Sookie Sookie” y “Knock On Wood”.

En 1996 la revista británica ‘Mojo’ nombró a Steve Cropper el segundo guitarrista más grande de todos los tiempos, solo por detrás de Jimi Hendrix: “Cropper pone todo lo que tiene, que es mucho, al servicio de cada artista y cada canción. Un tempo preciso como un metrónomo, una técnica infalible, ‘riffs’ que sacuden la tierra bajo tus pies, adornos precisos y contundentes y solos de guitarra que nunca se alargan demasiado pero tampoco te dejan con ganas de más”.

Booker T. & The M.G.’s: Steve Cropper, Booker T. Jones (teclado), Al Jackson Jr. (batería) y Donald ‘Duck’ Dunn (bajo). Foto: Don Paulsen (Getty Images)
Booker T. & The M.G.’s: Steve Cropper, Booker T. Jones (teclado), Al Jackson Jr. (batería) y Donald ‘Duck’ Dunn (bajo). Foto: Don Paulsen (Getty Images)

Pero la importancia de Steve Cropper trasciende su magisterio como guitarrista, su inmensa destreza como productor para artistas de distinto pelaje e incluso su contrastada capacidad para crear himnos inmortales del rhythm’n’blues, cuya autoría muchos piensan que pertenece a un músico de ascendencia afroamericana. Él fue, como Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Dan Penn o Spooner Oldham, uno de esos blancos sureños amamantados en los sonidos negroides de las iglesias del llamado Cinturón Bíblico, pequeños héroes que compartían estudio de grabación y amistad con compañeros de raza negra (estos fueron los grandes héroes), a pesar de que fuera, en la calle, en los bares, en las escuelas y hospitales, en los transportes públicos, en las propias iglesias, se veían obligados a respetar las llamadas leyes de Jim Crowe, que consagraban la segregación racial bendecida en 1896 por la Corte Suprema estadounidense.

Steven Lee Cropper nació en Dora, Misuri, el 21 de octubre de 1941, pero se mudó con su familia a la populosa Memphis antes de cumplir 10 años. Allí aprendió a tocar la guitarra y se enamoró de los sonidos del jazz y del incipiente rhythm’n’blues que escuchó en los discos de Tal Farlow, Chuck Berry y su banda favorita, los gloriosos The 5 Royales, que muchos escuchaban en la emisora WLAC de Nashville, gracias al increíble olfato musical del DJ John Richbourg, otro personaje de raza blanca esencial en el desarrollo del soul.

Tras formar los Royal Spades con amigos del instituto, Cropper fundó en 1958 The Mar-Keys, una banda instrumental donde también militaban el bajista Donald “Duck” Dunn y el guitarrista Chips Moman, futuro capo de los American Studios. Con ellos coescribió y grabó el single “Last Night”, un éxito nacional que fue distribuido por la etiqueta Satellite, antecesora de Stax Records. El talento de Steve Cropper fue percibido enseguida por los responsables de compañías locales, pero fue Jim Stewart, el capo de Stax, quien lo fichó como A&R y uno de los baluartes de su sello, donde debutó en 1962 como miembro de una banda recién bautizada Booker T. & The M.G.’s con un single arrebatador titulado “Green Onions”, en realidad casi un ejercicio de estilo ensayado en ratos libres del estudio de grabación por el organista Booker T. Jones, el bajista Lewis Steinberg (luego remplazado por Duck Dunn), el baterista Al Jackson Jr. y el propio Cropper.

El gran éxito de Booker T. & M.G.’s: “Green Onions” (toma en directo, de 1967).

En junio de 1992, la revista ‘The Wire’ seleccionó este single como una de las cien grabaciones más importantes del siglo XX, y lo justificó con este texto: “Cuando entró por primera vez en las listas en agosto de 1963, para el cuarteto con sede en Memphis podría haber parecido otro tema instrumental más de R&B, pero la sencilla progresión de acordes de cuatro por compás del organista Booker T. Jones resistió el paso del tiempo hasta convertirse en uno de los pocos grandes ‘riffs’ de la historia. Pronto fue copiado por The Dartells (‘Hot Pastrami’), Sonny Boy Williamson (‘Help Me’) y John Lee Hooker (‘Onions’), y su atractivo fue tan atemporal que llegó al top 10 británico en 1980. Fue la primera flor del sonido Stax, contundente, relajado, pero funky, que impulsaría a Otis Redding, Wilson Pickett y Sam & Dave a las listas de éxitos mundiales, además de ofrecer una primera muestra de la guitarra incomparable y perfectamente sincronizada de Steve Cropper”.

Enseguida llegaron los grandes discos instrumentales del cuarteto –incluyendo arrebatos deslumbrantes como el LP “McLemore Avenue” (Stax, 1970), lectura del “Abbey Road” (1969) de los Beatles en clave de soul instrumental– y las formidables descargas de soul sureño facturadas en el pequeño estudio de Stax con los cuatro músicos acompañando a decenas de cantantes privilegiados (de William Bell a Carla Thomas, de Eddie Floyd a Pops Staples, de Johnnie Taylor a Wendy Renée, de Wilson Pickett a Otis Redding), siempre con los músicos y los vocalistas compartiendo tiempo y espacio, uno de los secretos de su magia.

En 1967, Cropper vivió el pináculo de su carrera al coescribir, grabar y producir con Otis Redding el clásico póstumo “(Sittin’ On) The Dock Of The Bay”. Pero tras la muerte de Redding aquel año y el asesinato de Martin Luther King en 1968, las cosas empezaron a cambiar en el sur de Estados Unidos y en Stax Records. Jim Stewart cedió buena parte de su poder al productor de Detroit Don Davis y al empresario y activista Al Bell, mientras Steve Cropper perdía protagonismo por momentos.

Steve Cropper (a la izquierda) con el productor Bruce Robb y con Harry Nilsson. Foto: Lester Cohen (Getty Images)
Steve Cropper (a la izquierda) con el productor Bruce Robb y con Harry Nilsson. Foto: Lester Cohen (Getty Images)

En mayo de 1970, Booker T. Jones se casó con Priscilla Coolidge y se trasladó a California, dando el cerrojazo momentáneo a Booker T. & The M.G.’s. Cropper aún grabó un par de álbumes memorables para Stax en 1969 –“With A Little Help From My Friends” (Volt, 1969) y “Jammed Together” (Stax, 1969), este último con Albert King y Pops Staples– y produjo algunos discos de los Staple Singers, Eddie Floyd y otros amigos, antes de largarse con los trastos a los estudios Trans Maximus de Memphis, del productor blanco Jerry L. Williams, mánager de Paul Revere & The Raiders.

Desde entonces, trabajó como músico de sesión para decenas de solistas y grupos tan distintos como Tower Of Power, Alabama, John Prine, Ringo Starr, Bob Dylan, William Bell, Big Star, David Clayton-Thomas, A.J. Croce, John Lennon, Jeff Beck, Aaron Neville, B.B. King, Tom Petty, Eric Clapton, José Feliciano, Eddie Floyd, Al Kooper, Harry Nilsson, Rod Stewart, Neil Young y muchos más; participó en festivales de guitarra, considerado uno de los grandes; lideró a los Blues Brothers creados a partir de la película de John Landis; y reactivó la vieja banda de Stax con Booker T. Jones y Duck Dunn (ya sin al Jackson Jr., asesinado en extrañas circunstancias en 1975), grabando dos álbumes notables, “Universal Language” (Asylum, 1977) y “That’s The Way It Should Be” (Columbia, 1994).

Steve Cropper tocando con Neil Young en 1993. Foto: Tim Mosenfelder (Getty Images)
Steve Cropper tocando con Neil Young en 1993. Foto: Tim Mosenfelder (Getty Images)

Siguió grabando en el siglo XXI espléndidos trabajos con Felix Cavaliere –“Nudge It Up A Notch” (2008) y “Midnight Flyer” (2010), ambos en el remozado sello Stax– o en solitario: el glorioso homenaje a The 5 Royales “Dedicated. A Salute To The 5 Royales” (429 Records, 2011) y los fantásticos “Fire It Up” (Provogue, 2021) y “Friendlytown” (Provogue, 2024). Murió el 3 de diciembre en un hospital de cuidados intermedios y rehabilitación de Nashville, donde llevaba unos días ingresado tras haber sufrido una caída accidental. Le sobreviven su esposa Angel y sus hijos Cameron y Andrea.

El nombre de Cropper, Steve, había quedado inmortalizado en el éxito de 1967 “Soul Man”, grabado por Sam & Dave. A mitad de la canción, el cantante Sam Moore grita “play it, Steve”, y entonces Cropper dejó para la historia uno de sus riffs característicos, creando a un sonido transparente de slide guitar con un mechero Zippo. De los llamados “Big 6”, responsables del sonido Stax –Steve Cropper, Duck Dunn, Al Jackson Jr., Isaac Hayes, Booker T. Jones y David Porter–, ya solo quedan vivos los dos últimos. ∎

Cebollas verdes fritas

BOOKER T. & THE M.G.’s
“Green Onions”
(Stax, 1962)

El álbum que cimentó el soul sureño, propició el despegue comercial y artístico de Stax y estableció a Booker T. & The M.G.’s como la gran banda instrumental del género, un cuarteto interracial que explicó la magia del soul de Memphis en menos de tres minutos, la duración del clásico que dio título al disco. Apenas grabaron diez LPs –más uno navideño– en los nueve años que trabajaron para Stax, todos ellos repletos de música suculenta, pero este debut es absolutamente único, la primera referencia de la compañía y el bautismo de fuego de al menos tres estrellas inmortales: Booker T. Jones, Steve Cropper y Al Jackson Jr.

STEVE CROPPER / ALBERT KING / POPS STAPLES
“Jammed Together”
(Stax, 1969)

En 1969, Stax necesitaba demostrar el vigor de su catálogo, tras firmar un contrato de distribución con Gulf+Western, una vez que los capos de Atlantic decidieran romper sus vínculos con la etiqueta de Memphis. Fue entonces cuando editaron en un corto espacio de tiempo 27 álbumes, entre ellos esta especie de falsa jam session (nunca coincidieron en el estudio de grabación) entre los tres grandes guitarristas de la discográfica. El resultado es un clásico mayúsculo, que ha ganado enteros con la edad, deslumbrante mezcolanza de soul, góspel y blues, con piezas de orfebrería como el “Tupelo” de John Lee Hooker.

STEVE CROPPER & THE MIDNIGHT HOUR
“Friendlytown”
(Provogue, 2024)

Entre 2008 y 2024, Steve Cropper publicó cinco álbumes arrebatadores, secundado por escuderos de tanto fuste como Felix Cavaliere, exmiembro de The Rascals. Probablemente, los dos mejores sean el maravilloso “Dedicated. A Salute To The 5 Royales” (2011) y este, su canto del cisne, que vio la luz en agosto de 2024, una hermosa declaración de amor por la música que él contribuyó a crear, donde le acompañan amigos y admiradores de la categoría de Jon Tiven, Brian May, Felix Cavaliere, Eddie Gore, Tim Montana o el guitarrista de ZZ Top Billy Gibbons. Música rabiosamente heterodoxa. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados