Serie

El camino estrecho

Justin Kurzel & Shaun Grant(miniserie, Movistar Plus+)
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Basada en la novela “El camino estrecho al norte profundo” (2013; Literatura Random House, 2016) de Richard Flanagan, la miniserie “El camino estrecho” (2025) narra uno de los episodios más brutales de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico: la construcción del conocido como “ferrocarril de la muerte”, cuando el Imperio Japonés mandó crear una línea de ferrocarril a través de una selva montañosa. El objetivo de los japoneses era garantizar la llegada de suministros y tropas para mantener sus fuerzas en Birmania, y por ese motivo necesitaban unir Tailandia con Birmania a través del paso de Tres Pagodas. Un trabajo faraónico y brutal que se llevó la vida de decenas de miles de hombres, entre ellos muchos prisioneros australianos, protagonistas del libro de Flanagan.

Esta es una de las tramas principales de la serie, creada por Justin Kurzel y Shaun Grant, donde se muestra la brutalidad de los japoneses con los prisioneros aliados, entre ellos, Dorrigan (Jacob Elordi), un joven médico que establecerá una especial relación con uno de sus compañeros, dedicado a dibujar los horrores a los que están siendo sometidos, no solo por vivir en condiciones infrahumanas en la selva, sino por la tarea casi imposible de construir con sus propias manos un camino para el tren. En ese sentido, esta parte de la serie, donde se visualizan torturas y mutilaciones, contrasta con el antecedente fílmico de este mismo hecho histórico: “El puente sobre el río Kwai” (David Lean, 1957), notable película donde, en cualquier caso, el maltrato queda minimizado para mostrar una visión histórica edulcorada típica de los años cincuenta, donde la verdadera violencia y el horror quedan en mera caricatura. El objetivo era siempre el mismo: ensalzar la figura del héroe.

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Dorrigan muestra en esta parte su lado más humano, tratando de ayudar a sus compañeros. Sin embargo, el trauma de este pasado le convertirá más adelante en un hombre frío y autosuficiente, alguien que, a pesar de haberse convertido en un famoso y rico cirujano, no es capaz de disfrutar de su vida. Esta sería la otra trama temporal de la serie, la del presente, donde vemos a Dorrigan ya mayor (interpretado por Ciarán Hinds) preparando la presentación del libro de dibujos de su amigo. En tercer lugar estaría la trama de antes de la guerra, cuando Dorrigan es un joven y atractivo médico que lee a poetas griegos y que se enamora de una joven de buena familia. Se trata de una figura ensimismada que se deja llevar por todo tipo de arrebatos amorosos, de tal forma que incluso tendrá relaciones con la esposa de su tío.

Las tres líneas temporales se entrecruzan de forma semejante al libro, pero si en la novela esta estructura funciona, en la serie impide conectar con el personaje protagonista. Los tres Dorrigan no llegan a ser uno y se crea una distancia con el espectador. Hay además un intento de hacer un serie de qualité, con una fotografía de época en tonos pastel, especialmente en la trama de antes de la guerra, que provoca que la estética resulte un tanto pesada y cargante. La serie respira una cierta falta de libertad y los momentos en los que mejor funciona es en la selva, cuando vemos las escenas más crudas, donde los cuerpos son cuerpos y no figuras vestidas por el departamento de vestuario. Toda la parte sentimental del pasado, con esa atmósfera nostálgica, la belleza de la juventud perdida, cae en clichés un tanto viejunos. Si la serie tiene interés, finalmente, es por mostrar los acontecimientos relacionados con el ferrocarril de Birmania, narrados de una forma directa y cruda, emotiva pero no sentimentaloide. Una trama que se podría haber convertido en el verdadero centro de la serie. ∎

Heridas de guerra.
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