“La serie de acuarelas ‘Constelaciones’ son mis obsesiones a la manera de un dibujo amable y decorativo, aunque las temáticas no lo son: desplazados de sistemas de gobierno, republicanos españoles, campos de refugiados, protestas civiles globales. Son contra-información por su dualidad entre lo inocuo y poderoso. El color y la fragilidad de la acuarela permite abordar temas intensos, casi camufla. Utilicé unas con pigmentos muy puros llamadas sminke –‘maquillaje’, en alemán– empleadas en restauración”.
Con el Mèdol-Centre d’Art Contemporànies de Tarragona has instalado, sobre el Portal de Sant Antoni, “Far Libertas”, la cabeza de un niño esclavo.
Es fruto de explorar esa parte de Cataluña, su relación con el Mediterráneo, la migración y el comercio; el de esclavos fue lucrativo. El Museo Arqueológico alberga un dedo del pie izquierdo de 20 centímetros de una estatua colosal de Augusto en mármol de Carrara, de unos 14 metros, destruida. Vivió varios años en Tarragona y su imagen estuvo en el templo, como recuerda una moneda. Al lado, está la figura en bronce de “El Negret”, un niño esclavo lampadari de siete u ocho años, con una bandeja para poner lámparas. Augusto trajo esclavos africanos; casi cada localidad tiene su “negret”. Quise alterar la escala histórica honrando a todos los que construyen la ciudad e iluminan la vida de los ricos –situación en la que estamos todos– poniendo su cabeza al mismo tamaño. Posee un sistema de luz morse que envía al mar un poema revelador y universal de Lorca, “Grito hacia Roma”, elegido por Ian Gibson, sobre la explotación humana y del planeta.
Para la expo “Presons imaginàries”, del Mataró Art Contemporani, comisariada por Germán Labrador, hiciste la animación digital “Fuga de Bram”.
El título viene de un libro sobre el fin de la esclavitud, el origen del proletariado catalán y cómo las prisiones panópticas fueron elementos de control. Mataró fue una de las primeras; hoy es centro de arte. La muestra habla de cómo los seres humanos pueden liberarse en sistemas de represión. Soy depositario de objetos prestados por familiares: animalitos tallados en prisión, caballos de ajedrez de campos de refugiados y concentración, mariposas bordadas –guardadas por una de “Las trece rosas”–, un toro de madera para hacer corridas del campo de concentración de Bram. Con retratos 3D, los animamos. Es una vuelta de tuerca a la fábula como explicación de lo social: los animales huyen ayudándose unos a otros, perseguidos por la sombra de un águila que representa los fascismos.
Para la XVI Bienal de Cuenca, en Ecuador, que se inauguró el pasado diciembre, reinterpretas la estatua de Simón Bolívar de la ciudad.
La zona está ligada a los mitos de Simón Bolívar o Sucre y a la iconografía en torno a ellos y otras figuras. Un modelo limitante y limitado con una élite criolla que no comparte la historia colonial y poscolonial de gran parte de la población, inmersa en una crisis social, donde el mensaje libertador no llega. Las estatuas poseen algo coercitivo e impositivo y quise generar una estructura de liberación. A partir de sus botas con espuelas construí un columpio para posibilitar una relación más lúdica con la historia.
También has participado recientemente en “#nichtmuedewerden”, una colectiva junto a obras del pintor Felix Nussbaum –quien falleció en el campo de Auschwitz-Birkenau– en la ciudad alemana de Osnabrück. Aportas figuras de August Landmesser, el alemán que no hizo el saludo nazi y fue deportado a un campo de concentración antes de ser enviado al frente, donde murió.
Su foto se descubrió en los años noventa, la única persona entre miles que está de brazos cruzados, uno de esos granitos de arena que hacen chirriar el engranaje del sistema. Cuando la vi pensé que era fantástica para expresar comentarios pacifistas o sobre las manipulaciones que sufrimos. El movimiento antibelicista está en retroceso frente al negocio de las armas. Además de los genocidios por motivos económicos, está el del planeta: delitos brutales contra el medio ambiente que se aceleran con las guerras.
Y vas a participar en la Bienal de El Cairo.
Presento el vídeo de una coreografía de la policía antidisturbios de Holanda, un clásico de mi producción nunca visto allí.
Tienes otro proyecto en Gmunden, por la capitalidad cultural europea que esta ciudad acoge en 2024.
Es una zona paradisíaca en Austria con un lago, rica en naturaleza e industrial, que refleja cómo el hombre convive con ella y la aprovecha. Por un lado, presento una gran colección de máscaras, muchas de protestas ciudadanas, que recuerdan a las de los carnavales de Suiza y Austria. Por otro, un columpio de un ilustrado, hecho para la Bienal de Shanghai, que viaja a ese lago para que la gente pueda liberarse de las distopías de la Ilustración. Habla de una sociedad más libre, en contacto con la naturaleza y descreída de narrativas.
¿Cómo fue la actividad “Misiones Pedagógicas” en el Museo Reina Sofía, en la que participaste en 2022?
Visitamos la sierra madrileña con alumnos de Bellas Artes, investigadores e implicados en temas de memoria histórica para ver las cabañas de los trabajadores del Valle de los Caídos y las chabolas de familiares que les dieron asistencia o consuelo en ese campo de esclavitud faraónico. Pintamos y dibujamos en ese paisaje con heridas tremendas invadido de naturaleza, con restos de botellas, zapatos o medicinas casi al ras de la vegetación, entre líquenes, plantas y árboles. Una labor de meditación plástica, estrategias liberadoras en ese lugar de trauma y coacción. Fue muy bello y emocionante.
Trabajar con la memoria en España te ha creado sinsabores como el Memorial a víctimas del franquismo en el Cementerio de la Almudena de Madrid, del que quitaron sus nombres. Y satisfacciones como los desenterramientos de los siete de Pajares. ¿En qué punto estamos de sanar heridas?
Mi relación con los movimientos memorialistas es muy bonita. Queda por hacer, aún no hay libertad para hablarlo con normalidad. Las muertes son irreparables, pero se puede reconfortar a muchas familias. La situación del Memorial evidencia la censura. ¿Qué daño hacen los nombres de gente ejecutada? Es un espejo brutal. Soy optimista, un día estarán. Los políticos no lo usarán para confrontar sino para reparar. Espero verlo. Muchos familiares no podrán y me entristece. Respecto a los siete de Pajares, fue emocionante ver a Fausto Canales, casi nonagenario, recuperar pacíficamente los huesos de su padre. Como los demás, son un ejemplo de humanidad sin rencor. Hacen lo que creen justo, sin heroicidades ni esperar recompensas, y nos liberan a todos.
Participas en el documental francés “Todo sobre Almodóvar”, dirigido por Catherine Ulmer, sobre Pedro Almodóvar. Algunas de tus obras ayudan a contextualizar su trabajo.
Aborda la película donde trata la cuestión de las fosas (se refiere a “Madres paralelas”). Los franceses piensan en España obsesivamente. Es interesante que pidan a artistas que hablen de otros, saltándose jerarquías, generando visiones del arte desde el arte. Me sirvió para reflexionar sobre cómo me afecta el trabajo de Almodóvar como creador y ciudadano. ∎