Fernando Sánchez Castillo: la memoria. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais
Fernando Sánchez Castillo: la memoria. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais

Entrevista

Fernando Sánchez Castillo contra el cliché, estrategias lúdicas de liberación

Fernando Sánchez Castillo es especialista en reconstruir los discursos del poder con una mirada lúdica de conmovedora humanidad. Utilizando técnicas y materiales muy diversos, aborda en su obra asuntos como la memoria histórica, la disidencia y sus consecuencias o las dinámicas del colonialismo.

“Lo interesante del arte es que no sabemos qué es, no tiene definición, ni conocemos los límites entre las prácticas artísticas, políticas, históricas o personales”, dice el artista Fernando Sánchez Castillo (Madrid, 1970) con la humildad y sabiduría con que desarticula los discursos del poder y sus representaciones, resignificando acontecimientos históricos, evidenciando su complejidad y cómo la historia se construye desde muchas posiciones.

Desde su infancia, la actividad artística acompañó su interés por los animales, las plantas o el paisaje: “Hacía estudios científicos a la manera de Félix Rodríguez de la Fuente. También me interesó la historia, el derecho o el periodismo. El arte actúa donde otras disciplinas fallan. Sin palabras, ni discursos estructurados unívocos, da luz para afrontar la vida en sociedad en el planeta”, subraya.

Tu exposición “Contra-Informaciones” en la Galería Albarrán Bourdais de Madrid se saldó con un gran éxito. ¿La repasamos para quien no la haya visto?

El título viene de Deleuze. Contra-información es una imagen que elimina clichés de las estructuras, ofreciendo una experiencia liberadora. Se subtitula “textos y tejidos” porque se articula en torno a ellos. Ambas palabras comparten raíz: texere, tejer, tramar.

La bandera blanca y el vídeo “Coreografía 01”. Fotos: cortesía de Albarrán Bourdais
La bandera blanca y el vídeo “Coreografía 01”. Fotos: cortesía de Albarrán Bourdais
“Con la bandera blanca de la entrada de la galería, más grande que la de la plaza de Colón en Madrid, hicimos el vídeo ‘Coreografía 01’. Tan asociada a la paz y a otros clichés, la traté como un objeto de laboratorio. Las coreografías son un estudio de la luz y su comportamiento a lo largo del día. Usamos una grúa más alta que el edificio de Plaza de España, se grabó con un dron en Torrejón de Ardoz cerca de la base aérea militar; los permisos fueron complejos. Toda actividad, hasta la más neutra, requiere un sinfín de implicaciones poéticas y políticas. Recuerda la pintura barroca, donde los ropajes son elementos constitutivos que equilibran cuadros llenos de cargas simbólicas”.

Sobre el cuadro de Velázquez “La expulsión de los moriscos”. Fotos: cortesía de Albarrán Bourdais
Sobre el cuadro de Velázquez “La expulsión de los moriscos”. Fotos: cortesía de Albarrán Bourdais
“Este vídeo proyectado en la pared reproduce el cuadro de Velázquez ‘La expulsión de los moriscos’, que se perdió en el incendio del Alcázar de Madrid de 1734. Con él ganó un concurso y empezó a ser pintor de Felipe IV. Simboliza esa ‘España grande’ llena de exiliados y personas que quedan fuera del sistema. Solo hay descripciones en un inventario de palacio y de un historiador del siglo XVIII. Lo recreamos con Inteligencia Artificial. Va surgiendo como las humedades, se ve más o menos completo y desaparece. Una imagen fantasmal de una obra fundamental en la historia, la pintura y la formación de los artistas españoles”.

“Salón de los Espejos”. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais
“Salón de los Espejos”. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais
“Esta composición de lienzos pegados al muro se llama ‘Salón de los Espejos’. Los hice con pigmento negro y toalla, sobre pared, técnica que elaboré meses para captar esa violencia y el cálculo donde infringir un golpe. La toalla no deja huellas en el cuerpo pero hace heridas internas. Habla de las marcas del imaginario que no se visualizan. La pintura contemporánea occidental está ligada al óleo sobre tela. Elástico, flexible y ligero, se podía enrollar y transportar. Lo adquiría la burguesía surgida en el Renacimiento y expandida en el Barroco. Los murales y las pinturas en tabla solo los podían tener los monarcas, grandes nobles o iglesias. El óleo libera la pintura de su poder y es un vehículo de propaganda. Revisitan la historia del informalismo de los cincuenta o sesenta, recuerdan a las ‘Pinturas negras’ de Goya por su dimensión y porque se rescatan de los muros”.

“La cueca sola”. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais
“La cueca sola”. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais
“Esta figurita, ‘La cueca sola’, no es la típica imagen del héroe. Es una señora de mediana edad y representa a las bailarinas chilenas de la cueca sola, un baile tradicional en pareja que danzan solas con un pañuelo y la foto en el pecho de su ser querido desaparecido. La construimos en 3D a partir de fotos reales, con la asociación de bailarinas. Habla de los desaparecidos de la dictadura. Hicimos muchas pequeñitas para el Museo de la Memoria de Chile. La gente podía llevarse una tras dejar una pregunta en la pared, a menudo incómoda y reveladora de lo que sucede en muchos países”.

“Constelaciones’”. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais
“Constelaciones’”. Foto: cortesía de Albarrán Bourdais

“La serie de acuarelas ‘Constelaciones’ son mis obsesiones a la manera de un dibujo amable y decorativo, aunque las temáticas no lo son: desplazados de sistemas de gobierno, republicanos españoles, campos de refugiados, protestas civiles globales. Son contra-información por su dualidad entre lo inocuo y poderoso. El color y la fragilidad de la acuarela permite abordar temas intensos, casi camufla. Utilicé unas con pigmentos muy puros llamadas sminke –‘maquillaje’, en alemán– empleadas en restauración”.

Con el Mèdol-Centre d’Art Contemporànies de Tarragona has instalado, sobre el Portal de Sant Antoni, “Far Libertas”, la cabeza de un niño esclavo.

Es fruto de explorar esa parte de Cataluña, su relación con el Mediterráneo, la migración y el comercio; el de esclavos fue lucrativo. El Museo Arqueológico alberga un dedo del pie izquierdo de 20 centímetros de una estatua colosal de Augusto en mármol de Carrara, de unos 14 metros, destruida. Vivió varios años en Tarragona y su imagen estuvo en el templo, como recuerda una moneda. Al lado, está la figura en bronce de “El Negret”, un niño esclavo lampadari de siete u ocho años, con una bandeja para poner lámparas. Augusto trajo esclavos africanos; casi cada localidad tiene su “negret”. Quise alterar la escala histórica honrando a todos los que construyen la ciudad e iluminan la vida de los ricos –situación en la que estamos todos– poniendo su cabeza al mismo tamaño. Posee un sistema de luz morse que envía al mar un poema revelador y universal de Lorca, “Grito hacia Roma”, elegido por Ian Gibson, sobre la explotación humana y del planeta.

“Far Libertas”, Tarragona a sus pies.
“Far Libertas”, Tarragona a sus pies.

Para la expo “Presons imaginàries”, del Mataró Art Contemporani, comisariada por Germán Labrador, hiciste la animación digital “Fuga de Bram”.

El título viene de un libro sobre el fin de la esclavitud, el origen del proletariado catalán y cómo las prisiones panópticas fueron elementos de control. Mataró fue una de las primeras; hoy es centro de arte. La muestra habla de cómo los seres humanos pueden liberarse en sistemas de represión. Soy depositario de objetos prestados por familiares: animalitos tallados en prisión, caballos de ajedrez de campos de refugiados y concentración, mariposas bordadas –guardadas por una de “Las trece rosas”–, un toro de madera para hacer corridas del campo de concentración de Bram. Con retratos 3D, los animamos. Es una vuelta de tuerca a la fábula como explicación de lo social: los animales huyen ayudándose unos a otros, perseguidos por la sombra de un águila que representa los fascismos.

Para la XVI Bienal de Cuenca, en Ecuador, que se inauguró el pasado diciembre, reinterpretas la estatua de Simón Bolívar de la ciudad.

La zona está ligada a los mitos de Simón Bolívar o Sucre y a la iconografía en torno a ellos y otras figuras. Un modelo limitante y limitado con una élite criolla que no comparte la historia colonial y poscolonial de gran parte de la población, inmersa en una crisis social, donde el mensaje libertador no llega. Las estatuas poseen algo coercitivo e impositivo y quise generar una estructura de liberación. A partir de sus botas con espuelas construí un columpio para posibilitar una relación más lúdica con la historia.

También has participado recientemente en “#nichtmuedewerden”, una colectiva junto a obras del pintor Felix Nussbaum –quien falleció en el campo de Auschwitz-Birkenau– en la ciudad alemana de Osnabrück. Aportas figuras de August Landmesser, el alemán que no hizo el saludo nazi y fue deportado a un campo de concentración antes de ser enviado al frente, donde murió.

Su foto se descubrió en los años noventa, la única persona entre miles que está de brazos cruzados, uno de esos granitos de arena que hacen chirriar el engranaje del sistema. Cuando la vi pensé que era fantástica para expresar comentarios pacifistas o sobre las manipulaciones que sufrimos. El movimiento antibelicista está en retroceso frente al negocio de las armas. Además de los genocidios por motivos económicos, está el del planeta: delitos brutales contra el medio ambiente que se aceleran con las guerras.

Y vas a participar en la Bienal de El Cairo.

Presento el vídeo de una coreografía de la policía antidisturbios de Holanda, un clásico de mi producción nunca visto allí.

Tienes otro proyecto en Gmunden, por la capitalidad cultural europea que esta ciudad acoge en 2024.

Es una zona paradisíaca en Austria con un lago, rica en naturaleza e industrial, que refleja cómo el hombre convive con ella y la aprovecha. Por un lado, presento una gran colección de máscaras, muchas de protestas ciudadanas, que recuerdan a las de los carnavales de Suiza y Austria. Por otro, un columpio de un ilustrado, hecho para la Bienal de Shanghai, que viaja a ese lago para que la gente pueda liberarse de las distopías de la Ilustración. Habla de una sociedad más libre, en contacto con la naturaleza y descreída de narrativas.

    “Las muertes son irreparables, pero se puede reconfortar a muchas familias. La situación del Memorial evidencia la censura. ¿Qué daño hacen los nombres de gente ejecutada? Es un espejo brutal. Soy optimista, un día estarán”

    ¿Cómo fue la actividad “Misiones Pedagógicas” en el Museo Reina Sofía, en la que participaste en 2022?

    Visitamos la sierra madrileña con alumnos de Bellas Artes, investigadores e implicados en temas de memoria histórica para ver las cabañas de los trabajadores del Valle de los Caídos y las chabolas de familiares que les dieron asistencia o consuelo en ese campo de esclavitud faraónico. Pintamos y dibujamos en ese paisaje con heridas tremendas invadido de naturaleza, con restos de botellas, zapatos o medicinas casi al ras de la vegetación, entre líquenes, plantas y árboles. Una labor de meditación plástica, estrategias liberadoras en ese lugar de trauma y coacción. Fue muy bello y emocionante.

    Trabajar con la memoria en España te ha creado sinsabores como el Memorial a víctimas del franquismo en el Cementerio de la Almudena de Madrid, del que quitaron sus nombres. Y satisfacciones como los desenterramientos de los siete de Pajares. ¿En qué punto estamos de sanar heridas?

    Mi relación con los movimientos memorialistas es muy bonita. Queda por hacer, aún no hay libertad para hablarlo con normalidad. Las muertes son irreparables, pero se puede reconfortar a muchas familias. La situación del Memorial evidencia la censura. ¿Qué daño hacen los nombres de gente ejecutada? Es un espejo brutal. Soy optimista, un día estarán. Los políticos no lo usarán para confrontar sino para reparar. Espero verlo. Muchos familiares no podrán y me entristece. Respecto a los siete de Pajares, fue emocionante ver a Fausto Canales, casi nonagenario, recuperar pacíficamente los huesos de su padre. Como los demás, son un ejemplo de humanidad sin rencor. Hacen lo que creen justo, sin heroicidades ni esperar recompensas, y nos liberan a todos.

    Participas en el documental francés “Todo sobre Almodóvar”, dirigido por Catherine Ulmer, sobre Pedro Almodóvar. Algunas de tus obras ayudan a contextualizar su trabajo.

    Aborda la película donde trata la cuestión de las fosas (se refiere a “Madres paralelas”). Los franceses piensan en España obsesivamente. Es interesante que pidan a artistas que hablen de otros, saltándose jerarquías, generando visiones del arte desde el arte. Me sirvió para reflexionar sobre cómo me afecta el trabajo de Almodóvar como creador y ciudadano. ∎

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