José Sanz / Manuel Moreno / Enrique Piñuel / David Bizarro

En Libros Walden han tenido la buena idea de recuperar “Desde los márgenes” (José Sanz y Manuel Moreno, 2014) y “La peli era mejor” (Sanz, Moreno, Enrique Piñuel y David Bizarro, 2017), ya agotados y descatalogados, en este “Desde los márgenes”, que incluye un nuevo prólogo y añade la ficha de veinticinco películas más. En total, como leemos en el subtítulo, el volumen se pasea por “300 películas que deberías ver y que nadie más te va a decir que deberías ver”.

Ordenado alfabéticamente, el libro es una verdadera “filmoteca alternativa” que, entre “70 minutos para morir” (Steve De Jarnatt, 1988) y “Yo, Pierre Rivière” (René Allio, 1976), se sumerge sin prejuicios y con pasión en kilómetros de celuloide que casi nunca (y remarcamos el “casi nunca”) han obtenido el visto bueno de los mandarines de la Gran Cultura.

Películas que, como indica Piñuel en la introducción “recorren parajes ignotos, lugares olvidados, pueblos fantasmas y ruinas abandonadas”: carne, en su momento, de videoclub, sesiones dobles (o triples) de noche y cinematecas ajenas al canon y que hoy hay que buscar con lupa y paciencia en las plataformas de streaming.

Obras de culto, imperfectas y de bajo presupuesto, superproducciones que se hundieron al salir a la luz, monumentos trash y manifiestos políticos, alaridos punk, elucubraciones de auteur y sexo a la carta. Verdaderos ovnis de celuloide firmados por autores con prestigio crítico (sí, por aquí desfilan Bertrand Bonello, Miguel Gomes, Jean Eustache, Alain Resnais, Rainer Werner Fassbinder…), firmantes de obras únicas que desaparecieron tras debuts prometedores y visitantes de la periferia (filmes de Guatemala, Armenia, Lituania o Colombia) desmenuzados en suculentas fichas escritas con entusiasmo y las gotas necesarias de erudición.

Así que dinamiten complejos y buceen en “La verdadera historia de Barman y Droguin” (Gilberto de Anda, 1991), “Pájaros de ciudad” (José María Sánchez Álvaro, 1983), “Los años rugientes” (Luigi Zampa, 1962) o “Liberxina 90” (Carlos Durán, 1970), ejemplos que no excluyen sumergirse por primera o enésima vez en “La mamá y la puta” (Jean Eustache, 1972), “Une femme douce” (Robert Bresson, 1969), “Mishima” (Paul Schrader, 1980) o “La vida de bohemia” (Aki Kaurismäki, 1992).

Solo un pero: la inexistencia de un índice final (por películas o directores) para orientarse más confortablemente por esta torrencial catarata de imágenes descritas. ∎