Serie

La historia de A&M Records

Ryan Suffernminiserie, Movistar Plus+
Jerry Moss y Herb Alpert.
Jerry Moss y Herb Alpert.

El logo con las dos iniciales y la trompeta debajo, el sello verde o el dorado, el rediseño con fondo gris plateado… A nada que te pongas a pensar, has estado rodeado desde niño de los discos de A&M Records, quizá en el salón de los padres cuando eran jóvenes y modernos y se compraron uno de Sergio Mendes & Brasil ‘66; cuando Cat Stevens te tocó la fibra adolescente; cuando te diste cuenta de lo fundamentales que eran Burt Bacharach, Carole King y los Carpenters; cuando explosionó la new wave con The Police y Joe Jackson. La discográfica A&M Records siempre ha estado ahí, en primera fila y lanzando uno tras otro discos y artistas trascendentales, logrando éxitos tremendos a menudo de lo más insospechados.

No tendrá la identidad o la mítica de otras más uniformes o esporádicas, pero es como ese tesoro nacional que se da por hecho. “La historia de A&M Records” (2021) era necesaria para contarnos lo que probablemente ya sabíamos o tenemos más o menos desperdigado en nuestro bagaje personal. Pero quizá no éramos conscientes de la gigantesca importancia de su legado global y, sobre todo, del funcionamiento en realidad independiente y muy personal de un sello que vendió millones de copias de decenas y decenas de títulos, comandado por dos amigos que funcionaron como tales y hoy lo siguen siendo: el músico Herb Alpert y el ejecutivo de corazón artístico Jerry Moss.

Cat Stevens.
Cat Stevens.
“La historia de A&M Records” se articula como miniserie en dos capítulos, pero funciona como un relato cronológico de un par de horas contado con sencillez y eficacia. Ryan Suffern –coproductor de “Laurel Canyon” (Alison Ellwood, 2020), “The Bee Gees. How Can You Mend A Broken Heart” (Frank Marshall, 2020) o “McCartney 3, 2, 1” (Zachary Heinzerling, 2021)– no innova: frases en off –no bustos parlantes– de todos los que tienen que estar y un gran archivo de fotos, actuaciones, acontecimientos y anécdotas, bien medido y sin avasallar. Más allá de la clarividencia de apostar, desde que empezaron en 1962 con el propio trompetista Herb Alpert, por todos los arriba citados y por Joe Cocker, The Flying Burrito Brothers, Styx, Supertramp, Janet Jackson, Peter Frampton, Chris De Burgh, Joan Armatrading, Suzanne Vega, The Go-Go’s, Squeeze y muchísimos más, prevalece la idea que todos repiten: en A&M se cuidaba a los artistas y su música. Esa era la clave. Y una intuición para atrapar enseguida cada nueva andanada de la juventud, desde la generación del festival de Monterrey a la explosión del punk: no se olvide que ficharon a los Sex Pistols tras el fiasco de EMI, aunque los echaran a los pocos días por haber apaleado a un amigo de la casa. La miniserie se detiene demasiado en la mística de Cat Stevens y reduce a un listado final a muchos nombres fundamentales, pero es emocionante zambullirse en un tiempo en que una gran discográfica podía ser un campo de creatividad y éxito, en una interacción de músicos e industria construida y vivida con pasión. ∎

La historia de un sello que siempre estuvo ahí.
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