Medio siglo de terror.
Medio siglo de terror.

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La niña que salvó a Stephen King de la indigencia

Hace ahora medio siglo, en abril de 1974, el célebre escritor estadounidense publicó su primera novela, “Carrie”. Le cambió la vida por completo, y nos descubrió a uno de los autores más exitosos y queridos de la literatura contemporánea.

En una pequeña roulotte en un perdido pueblo del estado de Maine, un joven Stephen King (1947) malvivía con su mujer, Tabitha King, y sus dos hijos recién nacidos. No tenían teléfono, no tenían tarjetas de crédito y rezaban todas las noches para que no llegasen imprevistos que hundiesen su maltrecha economía familiar. Ella trabajaba en un Dunkin’ Donuts y él como profesor en la Academia Hampden y en una lavandería en las vacaciones de verano. Y a pesar de todo, King todavía creía que podía llegar a ser un gran escritor.

De vez en cuando, lograba vender por 200 dólares alguno de sus cuentos a revistas masculinas como ‘Cavalier’. Esos días la felicidad era máxima. Por un segundo, podía respirar, y eso lo mantenía atado a la escritura, a esa sensación de que gracias a sus historias se podía salir de la indigencia. Si solo consiguiese publicar una novela… Lo intentó hasta en tres ocasiones, pero solo logró rechazo y desánimo. Al final, harto de todo y de todos, decidió dejar de vivir de sueños y delirios de grandeza y tiró a la papelera las cuatro primeras páginas de una pequeña historia que había comenzado a escribir.

La familia King en 1979.
La familia King en 1979.

Su mujer, Tabitha, rescató esas cuartillas y empezó a leerlas. No podía creer lo que tenía ante sus ojos. Ella leía todo lo que escribía su marido, y sabía de su talento, pero aquello tenía una fuerza mayor. Era la historia de una adolescente con poderes telequinéticos de nombre Carrie White. Si conseguía que su marido entendiese mejor la experiencia de una mujer adolescente y sus frustraciones, aquella novela de terror podía convertirse en algo mucho más grande, en un reflejo de los miedos y angustias de todas las adolescentes del planeta.

Así que insistió a su marido para que se dejase de tonterías y retomase esa historia, asegurándose de que le consultase a ella todo lo referente a lo que sentiría una adolescente en determinadas situaciones. El resultado final fue “Carrie”, auténtica obra maestra de la literatura de terror y la primera novela que King consiguió ver publicada en un ya lejano 1974, hace 50 años.

Primeras ediciones, americana y española, de “Carrie” (1974).
Primeras ediciones, americana y española, de “Carrie” (1974).

El rey Midas del terror

Libros Cúpula ha editado este año en castellano el libro de Bev Vincent –publicado originalmente en 2022– “Stephen King. Una celebración de la vida y la obra del gran maestro de terror”, un repaso cronológico a la bibliografía del venerado autor de “El resplandor” (1977) o “It” (1986). Cartas, fragmentos manuscritos, fotografías, pósteres… El libro es un excepcional documento gráfico que bucea en la mente del maestro y nos descubre todos sus secretos. Entendemos mejor quién es King, qué le empujó a escribir y cómo se convirtió en el gran rey Midas de la literatura de las últimas cinco décadas con un género en principio menor y despreciado por todos como era el terror y la fantasía.

Pero esta historia tiene un principio clave y lo mejor de las novelas de King siempre son sus principios. A comienzos de los setenta, King todavía desconfiaba de su talento hasta el punto de no querer comprometerse con el tiempo que necesitaría para escribir otra novela como “Carrie”. Sin embargo, Tabitha lo convenció de que se dejara de tonterías y empezó a ayudarlo. “Me estaba adentrando en el mundo de una mujer donde debería lidiar con un montón de cosas en las que nunca había pensado”, aseguraba King.

Empezó a escribir con fiereza y acabó un primer manuscrito de unas cien páginas. Era demasiado corto para una novela, así que se le ocurrió la idea de añadir recortes de periódico para dar mayor verosimilitud a la trama y alargar la acción. No es extraño que esa estructura con recortes de periódicos sea lo peor de la novela, pero no embarró el potencial de la historia. Ni mucho menos. Porque Carrie White seguía siendo el gran personaje que los confusos adolescentes de los setenta necesitaban leer, “una rana entre los cisnes”, como la describe el autor de “La danza de la muerte” (1978). “Tabby fue capaz de proporcionarme un camino en varios momentos de encrucijada”, aseguraba, respecto a la ayuda de su mujer.

Fotogramas de “Carrie” (Brian De Palma, 1976).
Fotogramas de “Carrie” (Brian De Palma, 1976).

Un calendario country

Las curiosidades respecto al libro son asombrosas. King, después de tantas negativas, no se atrevía a volver a enviar la novela a un editor. Sin embargo, esas navidades, Bill Thompson, el editor de la editorial Doubleday, le envió un calendario de 1974 dedicado a grandes figuras de la música country y el escritor pensó que eso era una señal para retomar el contacto.

Envió nervioso la novela y el editor le dijo enseguida que era optimista respecto a una pronta edición. Empezaron a trabajar juntos, sobre todo a la hora de mejorar sus últimas 50 páginas, uniendo así los dos grandes polos narrativos que mueven toda la acción. Porque la novela arranca con la primera menstruación de Carrie, en las bañeras de su instituto, mientras las demás niñas se ríen de ella. Y acaba con las mismas niñas riéndose de ella cuando le cae el cubo de sangre de cerdo encima en el baile de final de curso.

Este paralelismo encapsula a la pobre Carrie. La niña se “convierte” en mujer normal al principio de la novela, pero no recibe ayuda, ni conmiseración, ni amor alguno, sino burla y chanza, lo que la convierte en la mujer rechazada, la mujer rara, la mujer falsa. La novela pasa a relatar entonces la broma final, cómo esas adolescentes le harán creer que no solo es una mujer normal, sino además maravillosa, que todo el mundo quiere y que encima enamora al chico guapo. Entonces sube a recibir la corona como reina del baile de fin de curso y cree culminados todos sus sueños de normalidad. Allí sufrirá su segunda “menstruación”, la sangre de la cerda. Le acaban de negar su espacio como mujer normal definitivamente y la convierten en un monstruo. Es, por decirlo de alguna forma, una “monstruación”.

Muchos leyeron “Carrie” como reafirmación de las desclasadas, de las marginadas, de las incomprendidas, y para ellas no era una historia de terror, sino una historia de venganza. King recibió 2.500 dólares a cuenta de los derechos. La noticia le llegó por telegrama. Se había quitado el teléfono para ahorrar. “Bingo. Llama para recibir más detalles”, le escribió Thompson.

Telegrama de Bill Thompson a Stephen King informando de la venta de los derechos de “Carrie” (cortesía de Cemetery Dance Publications).
Telegrama de Bill Thompson a Stephen King informando de la venta de los derechos de “Carrie” (cortesía de Cemetery Dance Publications).

Según confesó King, el personaje de Carrie estaba inspirado en dos compañeras suyas del instituto. Pero gracias a Tabitha King, el escritor consiguió no describir desde la distancia un personaje “maligno” con poderes telequinéticos, sino crear un arquetipo de la adolescencia y sus ansias de encajar.

Muchos ven paralelismos entre Holden Caulfield, el protagonista de “El guardián entre el centeno” (J. D. Salinger, 1951) y Carrie White. Y es cierto, aunque las diferencias son obvias. Holden es un adolescente, o sea, un hombre, y todos sus problemas son neuróticos y autoinfligidos. Carrie, en cambio, es una mujer, y sus problemas son reales. Sufre acoso en el hogar y sufre acoso en el colegio. Holden simplemente odia a sus padres porque no lo confortan. Es un rebelde sin causa. Carrie ni siquiera se atreve a odiar a su madre por mucho que le haga la vida imposible. Mataron a John Lennon usando al personaje de Salinger como inspiración. Carrie mataba a todo el mundo, pero nadie ha matado en su nombre. Hombres igual a neurosis igual a violencia. Mujeres igual a realidad igual a compasión. Tal cual.

El secador de pelo de un millonario

El éxito de la novela fue instantáneo y antes de publicarse King ya había vendido los derechos del libro de bolsillo por 400.000 dólares (el equivalente a 2,5 millones de dólares actuales). De pronto, era millonario. Sus días como profesor se habían acabado. Le dieron la noticia de la suma que recibiría el día de la madre y King solo pensó en las mujeres de su vida. “Sentí el impulso de comprarle a Tabby un regalo, algo atrevido y extravagante. Lo intenté, pero en la única tienda abierta lo único que pude comprar fue un secador de pelo”, comentaba jocoso. Lo que sí hizo fue cuidar a su madre, enferma de cáncer, y conseguir que dejara de trabajar.

El libro de Bev Vincent incluye el telegrama original donde Thompson, también descubridor de John Grisham, le informaba que iba a publicar la novela, así como la primera página original mecanografiada de la novela. Y este gusto por el detalle se repite en el libro de Vincent con todas las obras maestras del genio del terror, desde “El misterio de Salem’s Lot” (1975) a “Cuento de hadas” (2022).

Página del libro de Bev Vincent con el primer folio original mecanografiado de “Carrie”.
Página del libro de Bev Vincent con el primer folio original mecanografiado de “Carrie”.

Pero todo empezó con “Carrie”, esa reina de los marginados que introdujo al terror no solo a los chicos solitarios, sino también a las chicas. King reconoce que si la novela llega a publicarse seis meses antes o después, no hubiese cogido el tren abierto por el éxito de “El exorcista” (William Friedkin, 1973) y nadie le hubiese hecho caso. Seguiría siendo un profesor frustrado de instituto. Pero allí estaba “Carrie” para echarle una mano.

Cuando Morrissey canta en “How Soon Is Now?”, de The Smiths, “soy el hijo, soy el heredero, de una timidez que no tiene nada de particular”, puede que tenga razón, pero sigue siendo Morrissey. Multitud de niños tímidos oían esa canción y pensaban que su timidez podía no tener nada de particular, pero aun así todavía podían seguir siendo Morrissey. Esa es la trampa de la ficción, de la gran ficción. “Carrie” podía no tener nada de particular, pero podía matarte con solo pensarlo, así que cuidado con ella. ∎

El rastro del maestro

BEV VINCENT
“Stephen King. Un gran celebración de la vida y de la obra del gran maestro del terror”
(Libros Cúpula, 2024)

Bev Vincent sigue la obra de Stephen King desde sus inicios hasta la actualidad para realizar un retrato en profundidad del mítico escritor. Con motivo del 75º aniversario del autor de “El resplandor” (1977), recopiló en “Stephen King. Una celebración de la vida y la obra del gran maestro de terror” (“Stephen King. A Complete Exploration Of His Work, Life, And Influences”, Quarto, 2022; Libros Cúpula, 2024) fotos de archivo, documentos de la colección personal de King, pósteres y fotografías de rodaje de sus más de ochenta adaptaciones cinematográficas para indagar en el proceso creativo del prolífico autor.

Y la “Carrie” de Brian De Palma sigue siendo la mejor adaptación al cine de todas ellas, aunque se estrenase en el ya lejano 1976. El libro recoge así anécdotas, comentarios del escritor y de sus editores, además de increíbles historias detrás de sus novelas. Quien sea fan del maestro del terror, lo será todavía más al acabar este libro, que no se tiene que leer necesariamente de forma cronológica, ya que su formato permite curiosear de aquí allá dependiendo de las novelas que más te interesen. ∎

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