Libro

Laurent Mauvignier

Historias de la nocheAnagrama, 2024
Pocas veces una nota de prensa de una novela ha sido tan acertada como la correspondiente a la promoción de “Historias de la noche” (“Histoires de la nuit”, 2020; Anagrama, 2024; traducción de Javier Albiñana), nueva obra del siempre interesante Laurent Mauvignier (Tours, 1967), también autor de las más que recomendables “Hombres” (2009; Anagrama, 2011), “Lejos de ellos” (1999; Cabaret Voltaire, 2014), “En la turba” (2006; Nocturna, 2017) y “Lo que yo llamo olvido” (2011; Anagrama, 2013). Pero volvamos a lo enunciado más arriba, a la descripción de este libro como un thriller psicológico con ecos de Proust y Haneke. Sobre esta última referencia, no hay más que dejarse llevar por la violencia seca de los diálogos, en los que se acumula gran porcentaje del horror aquí armado en torno a una deconstrucción cuasi bermangiana de los cánones sujetos a la novela matrimonial de pareja.

Respecto a esto, Mauvignier crea un espacio de intimidad tenebrosa por su cercanía, en la cual cualquiera puede verse reflejado. Sin embargo, el francés no pretende gestar un halo de empatía con el lector, sino una confrontación directa con los sentimientos ocultos que, a veces, ni reconocemos como una pauta normal de pensamiento negativo, de odio y rencor, en nosotros mismos.

La distante tercera persona con la que Mauvignier enuncia cada acción, escena o diálogo permite ampliar el ángulo compresivo de cada uno de los momentos aquí engarzados por medio de una narración que, ante todo, desarma por la precisión quirúrgica pero torrencial que encierra cada gesto o palabra.

En cuanto a Proust, no hay más que dejarse llevar por la narrativa extremadamente descriptiva empleada en todo momento, como si se tratase de un informe exhaustivo de los hechos retratados en forma de thriller rural. Uno delineado muy a la francesa, con la agresividad y la acción supeditadas a la fuerza de las palabras lanzadas con tirachinas, no a escenas empujadas por la violencia física.

En este sentido, estamos ante una nueva demostración de los beneficios de recrear un thriller dentro de un entorno rural, algo que, a cada año que pasa, se hace más presente dentro de la literatura y que ha encontrado en esta novela un ideal de consumación de estilo, dentro del que tampoco podemos dejar pasar la evidente huella chabroliana de sus personajes, nunca condicionados por su condición de buenos o malos. Aquí no hay tiempo para crear arquetipos que impidan la extrema desnudez con la que brotan los sentimientos encarcelados en su momento dentro de un pasado que retorna para cobrarse deudas ya olvidadas y también para remover el presente de unas vidas ya condenadas a su desasosegante día de la marmota.

Escrito sin ningún tipo de ornamentación que pueda suavizar el impacto final, “Historias de la noche” subraya la ventaja que la vieja Europa siempre ha tenido sobre la narrativa norteamericana a la hora de poder hurgar con desapego total en cualquier condicionante moral. Y ahí es donde Mauvignier triunfa y nos conquista. Eso sí, no sin abrir posibles heridas en quien lea esta más que sobresaliente novela. ∎

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