Ante una aparente contradicción, si la cortamos de raíz, perdemos la oportunidad de tirar de ella y aprender hasta dónde nos conduce.
Michaela Coel (Londres, 1987), escritora, actriz y creadora de “Chewing Gum” (2015) y “Podría destruirte” (2020), cuenta por fin con su manifiesto íntegramente publicado para explicar lo que supone disociarse de su propia historia. Este discurso, que en
“Marginados. Un manifiesto personal” (“Misfits. A Personal Manifesto”, 2021) viene con prólogo, epílogo y un compendio de notas más tajantes que aclaratorias, le valió la viralidad cuando fue pronunciado en el Festival Internacional de Televisión de Edimburgo de 2018. Cuenta la implicada que
“tener la oportunidad de hablar y ser escuchada sin interrupción durante ese tiempo (aproximadamente una hora) me cambió como persona. Es un privilegio: ¿quién puede estar tanto tiempo sin la amenaza de una confrontación o una réplica?”. Tómate un respiro para recordar cuándo fue la última vez que dispusiste del tiempo para explicarte con claridad.
Si el sistema que conocemos gozara de buena salud cultural, no hablaríamos de Coel como la mujer que convirtió la historía de su violación en la serie “Podría destruirte”. A ella y a muchas otras autoras las situaríamos desde sus primeros logros culturales. Poco se menciona que Michaela también tiene su carrera musical con los álbumes “Fixing Barbie” (2009) o “We’re The Losers” (2011). Algo que seguramente explica el premio a mejor “Supervisión musical” en estos Emmys 2021. Y su obra “Chewing Gum Dreams” (2012) habría llegado antes a nuestros teatros que a nuestros televisores. Nada menos que una década antes que este apabullante
speech en los
Premios Emmys 2021, donde, al recoger también el premio a Mejor Guion, reivindica el espacio y mimo necesario para contar sus historias. Las historias de los marginados a los que la industria cultural caza, supervisa y absorbe. Cuán laborioso es cuidar a tu bebé, cualquier obra artística nacida desde la otredad, dentro de esta estructura tiburón. De esto va justamente “Marginados. Un manifiesto personal”, donde no omite mordisco.
Volviendo a la disociación de la que hablábamos en un inicio, es una condición muy encarnada al trauma, pero también fruto del
gaslight del entorno. En este caso la industria, que no escatimó esfuerzos para desubicarla o reducir el control de su propia obra. Te quieren por el bebé, pero luego te lo quitan. El libro explica estas múltiples paradojas con una claridad incontestable. Aquí una de mis favoritas:
“Nunca he acusado a nadie de racista en el trabajo, pero siempre me han tenido que instar a entender que no sé quién ‘no es racista’ en todos los empleos que he tenido, solo por señalar patrones y tendencias. Cuando estoy de acuerdo en que no son racistas, pero sugiero que pueden ser desconsiderados en la materia, no se lo toman demasiado bien. Pero si no eres racista, y tampoco desconsiderado respecto al tema racial, ¿qué más puedes ser?”.
De ahí que celebremos, además del libro, la elección de la traducción al castellano a cargo del periodista y activista antirracista Moha Gerehou. Quien a su vez acaba de publicar “¿Qué hace un negro como tú en un sitio como este?” (Península, 2021), dato útil para las amantes de encadenar lecturas. Un logro que seguramente entenderán las que siguieron la polémica con la traducción de “La colina que ascendemos” (2021) de Amanda Gorman al catalán: la poetisa y defensora del #BlackLivesMatter pidió
“una traductora mujer, activista y preferiblemente negra”. Si una autora reclama dignificar el trabajo de personas con las que comparte lucha, ¿entraremos en la paradoja de cuestionarla? “Saraut” a Michaela Coel. ∎