Cómic

Nine Antico

Madonas y putasGarbuix Books, 2024

Más de 600 obras arquitectónicas quedaron inacabadas tras la Segunda Guerra Mundial en Italia, especialmente en el sur, debido a la ineficiencia burocrática y los tejemanejes de la mafia. Gigantescas moles que permanecieron abandonadas durante años hasta la irrupción del incompiuto siciliano, un fascinante estilo artístico que pretende darles nuevos usos creativos y recreativos. La historietista y cineasta francesa Nine Antico (Aubervilliers, 1981) ha aplicado los preceptos del incompiuto al terreno narrativo para insuflar nueva vida a los recuerdos que asocia a los veranos que pasó en la región de Apulia: esas tardes de sol abrumador en las que la hiperabundancia de una iconografía religiosa rica en piadosos santos y mártires convivía con el despertar adolescente de la carne.

Antico ha condensado este mundo de contrastes entre amor y violencia, sexo y guerra regido por los excesos de la violencia patriarcal en “Madonas y putas” (2023; Garbuix Boox, 2024, traducción de Regina López Muñoz), obra venenosa y fascinante cuyo hilo conductor son las vidas de tres santas particularmente veneradas en Sicilia: Ágata, Lucía y Rosalía. Las protagonistas de las tres historias que conforman esta obra llevan sus nombres y, a veces literalmente, están condenadas a revivir su mismo viacrucis. Las tres son repudiadas por pecados propios y ajenos y perecen sepultadas por una carga inasumible de la que nunca tuvieron culpa. Ágata es enviada a un sanatorio en la falda del volcán Estrómboli tras el escándalo originado por el asesinato de su noble madre a manos de su amante. Lucía cometerá el error de verse atraída por un soldado nazi en la Italia fascista ocupada por soldados estadounidenses de las fuerzas aliadas. La tercera de las neomártires, Rosalía, será repudiada en vida y tras su muerte por su propia familia tras haber testificado en contra de la mafia.

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En películas como “Playlist” (2021) o cómics como “Girls Don’t Cry” (2010; Glénat, 2011), Antico tendía a refugiarse en el humor para atenuar su visión cínica y pesimista sobre la condición humana. Una fórmula que no se permite emplear en “Madonas y putas”, donde apuesta por un tono tenebrista, rico en imaginería oscura y premoniciones de muerte, que bebe fundamentalmente de la obra de Caravaggio pero en la que también pueden encontrarse ecos del cine de Roberto Rossellini o la obra literaria de Curzio Malaparte. Sobre esta potente argamasa edifica un tratado de denuncia sobre el puritanismo, la hipocresía burguesa o ese mediterráneo miedo ancestral a que las mujeres afronten libremente su sexualidad. Esta nueva vía creativa le permite por primera vez entregarse abiertamente al territorio de lo fantástico, con estimulantes resultados. En “Madonas y putas”, los muertos conviven y conversan con los vivos con total naturalidad, y las mujeres somatizan de tal manera el rechazo al que son sometidas que mutan de forma grotesca su aspecto para invisibilizarse. Estas licencias permiten a Antico crear algunas de las imágenes más poderosas de su trayectoria, como ese tren de barraca de feria que recorre las catacumbas napolitanas –metáfora de todo aquello que se reprime y que nunca debe emerger a la superficie– que sirvieron de refugio durante los bombardeos de la segunda gran guerra, y en las que huesos y cráneos son testigos mudos de escarceos amorosos y crímenes pasionales.

Este radical cambio tonal va acompañado de notorias diferencias estilísticas con respecto a obras anteriores como “Hotel California” (2014; Sapristi, 2016). Antico no renuncia a su proverbial método observacional, pero recurre a una línea menos definida y a un trazado más tosco que persigue la búsqueda de la emoción por encima del realismo, lo que explica que muchas de las espectrales viñetas de la obra se asemejen a grabados religiosos. Este pesadillesco mundo en blanco y negro solo es profanado por el rojo intenso de los fluidos: la sangre que se escapa de un cuerpo sin vida, el flujo vaginal de la primera regla o la lava que escupe un volcán en erupción. Meras grietas que no erosionan una sociedad y valores en ruinas que se resisten a desaparecer. ∎

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