Mucho llevarnos las manos a la cabeza cuando el país islámico de turno censura cierta escena de cierto blockbuster, pero en Occidente todavía hay una corriente de nuevo puritanismo social que, sin llegar a extremos censores, sí dificulta que se exploren temáticas de sexo explícito en la gran pantalla, prácticamente un tabú en la industria. Es un poco lo mismo que ocurre con las cintas de calificación X, indicadas solo para adultos: cada vez son menos, porque el suicidio comercial está casi asegurado si no eres “Deadpool”.
Afortunadamente, aún quedan algunos intrépidos cineastas dispuestos a navegar en el fango de la industria triple X y, en el plazo de unos pocos meses, han coincidido en cartelera tres cintas alejadas del mainstream, que no van a conseguir taquillas millonarias y con estrellas protagonistas ajenas al séptimo arte: el VJ de MTV Simon Rex en “Red Rocket”; una de las starlets porno más rutilantes del momento, Evelyn Claire, en “Pleasure”, y Kid Cudi en “X”.
“Red Rocket” (2021) se estrena hoy en España (tras sus pases en los festivales de San Sebastián 2021 y Las Palmas 2022) y es lo nuevo de Sean Baker, un hombre que ha hecho carrera dando voz a personajes en los márgenes de la sociedad, a menudo trabajadores sexuales. De hecho, esta no es la primera vez que cuenta con personajes provenientes de la industria X: el honor recae en “Starlet” (2012), ambientada en el valle de San Fernando, meca del porno. En cualquier caso, su nueva cinta narra la historia de Mikey “Saber” Davies, una superestrella en los dosmiles y orgulloso triple ganador del premio AVN a la mejor mamada (si le preguntas es mérito suyo, no de sus compañeras de escena). Después de que el peso de los años le haya dejado sin trabajo, sin un puto duro y prácticamente sin techo, vuelve a su pueblo nativo de mala muerte en el golfo de Texas dispuesto a darle una segunda oportunidad al sueño americano, aunque por el camino joda la vida a todos los que tiene por delante.
La elección de Simon Rex es una soberbia decisión de casting: sus años de gloria se remontan 25 años atrás y en el inicio de su carrera también hizo pinitos como actor porno solista para solaz del público gay. Al final del día, el tipo es un aprovechado y un manipulador de tendencias sociópatas, pero hay un cierto encanto harapiento en su carácter de buscavidas, un personaje con el que todos podemos conectar porque siempre hay alguien similar alrededor nuestro. Baker extrae catarsis cómica de todo este desaguisado en una película que, más que demonizar a un porno que se ha infiltrado en todo aspecto de nuestras vidas, mete el dedo en la llaga de la maquinaria americana y muestra cómo esta lo tritura todo.
Igual de cruda en sus reflexiones sobre cómo la industria X pervierte a las personas es “Pleasure” (2021), el debut cinematográfico de la escritora y directora sueca Ninja Thyberg. En este caso se explora la otra cara de la moneda, la de una joven sueca de 19 años que deja su país para mudarse a Los Ángeles y convertirse en estrella porno bajo el alias de Bella Cherry. Thyberg lleva explorando el mundo del triple X desde hace dos décadas, y hasta tuvo una fase de activismo antiporno durante la adolescencia que la llevó a ser arrestada varias veces.
Para crear “Pleasure”, que parte de un corto homónimo de 2013, Thyberg se infiltró en la industria X, ganándose la confianza de muchos de sus protagonistas delante y detrás de las cámaras. De hecho, en su debut hay un buen puñado de cameos: desde el superagente de estrellas y hombre fuerte del sector Mark Spiegler a grandes starlets como Mick Blue, Abella Danger y Chanel Preston. Es una manera de darle credibilidad y legitimidad a una película de precisión clínica en su observación del plató X como puesto de trabajo, con no pocas escenas francamente incómodas para los ojos menos curtidos. La directora concedió hace unos meses una entrevista a ‘Variety’ en la que dijo: “Seguimos culpando a la gente que hace porno, viéndolos como pervertidos, pero simplemente están dando a sus clientes lo que quieren. [...] Uno de mis objetivos haciendo esta película fue que la gente no pudiese volver a ver el porno de la misma manera”. Vaya si lo consigue.
“X” (2022), lo nuevo de Ti West, son casi dos películas en una. La primera, una celebración de la mera creación cinematográfica, en particular de una película X en el nacimiento de la era home video durante los años 70, algo que cambiaría por completo la industria porno, como ya nos enseñó la tercera temporada de “The Deuce (Las crónicas de Times Square)” (David Simon y George Pelecanos, 2017-2019). Y, la segunda, un homenaje a los slasher de esa misma época, especialmente a “La matanza de Texas” (Tobe Hooper, 1974).
Hay un respeto reverencial hacia el material al que está rindiendo tributo West, y es fácil entender que el director equipara el porno al horror –echando también unas pizcas de cine independiente a la mezcla– en el sentido de que ambos siempre han tenido atención marginal, siempre relegados a las esquinas en los videoclubs y, al parecer, no merecedores de consideración, a diferencia de otros géneros. Es darle la vuelta al tópico del sexo y la violencia como algo vulgar y otorgarle un halo de cine de calidad. Ya es una favorita de la crítica, ha funcionado francamente bien en taquilla y se va a convertir en saga con el anuncio de una precuela que Ti West rodó en paralelo y en secreto. ∎