Álbum

AMMAR 808

Live At Another Sky FestivalGlitterbeat, 2025

Sofyann Ben Youssef, aka AMMAR 808, es un productor y DJ de ascendencia turca y origen tunecino afincado en Europa. Su explosión internacional se produjo con el disco de revelador título “Maghreb United” (2018), reseñado en su día en Rockdelux. Y es exactamente lo que reivindica en una obra en la que las músicas folklóricas y populares de la tradición de Marruecos, Argelia y Túnez se mezclan con ritmos electrónicos de bajos gordos y vocación de trance. Y es en sus sesiones live donde mejor se puede calibrar su minuciosa labor de recorta y pega, incrustando fragmentos de músicas de raíz norteafricana en robustos beats, en una combinación apta para la pista de baile y el placer etnológico. Además, cabe mencionar, AMMAR 808 también aprendió a tocar la tabla y el sitar en Nueva Delhi, quedando prendado a la vez del hinduismo, algo que refleja su segundo álbum, “Global Control/Invisible Invasion” (2020). Pero ahora se concentra en los beduinos del desierto y los pastores de la montaña con la gasba –flauta de caña de origen bereber que resulta fundamental en la música chaoui– para crear el trance descomunal de “Dalila”, a ritmo de house marcial.

Grabado en directo el 30 de septiembre de 2023 en el Another Sky Festival –que se celebra en Londres para difundir la música experimental del territorio denominado SWANA (Sudeste Asiático y Norte de África) y su diáspora–, el álbum incide en el techno duro y lineal con “Zawali Fitness Club”, siempre con la sinuosa y determinante flauta de caña gasba bereber, que a la manera de un encantador de serpientes es ideal para colarse entre unos beats que acaban en hipnótico subidón para enlazar con “Yarima”, en este caso protagonizado por el fru-fru de las castañuelas marroquíes qarqaba, propias del trance gnawa, que producen un frotado y metálico sonido que parece el de un crótalo Y en clave gnawa se cierra una sesión, sin bajón alguno, que había empezado una hora antes con “Alech taadini”, introduciendo a lo bucle electrónico el estridente sonido de la rhaita o ghaita –un característico instrumento de viento de doble lengüeta que aquí se conoce como zurna–, junto a unos cantos que se convierten en loop hasta dejar que la rhaita ceda el paso en el percutivo “Ain essouda” a un cantante que parece llegado directamente de las montañas del Atlas, dialogando de nuevo con la omnipresente gasba, todo ello dentro de un ritmo techno con latido industrial.

Una percusión procesada es la antesala de “Anna ma nensak”, en la que otro bombo inmisericorde inyecta futurismo a una nueva gasba repetitiva, alternada con las melopeas vocales de rigor. Es una efectiva fórmula que se va repitiendo de manera muy imaginativa, incluyendo también el laúd de tres cuerdas guembri (gimbri o sintir), para trasladar las formas ancestrales a la cultura de club, dejando espacio para los breaks puramente techno en los que se explaya añadiendo y quitando frecuencias al monocorde ritmo básico, enlazando los temas con maestría y cierto suspense, con cambios sorprendentes, como es el caso de “Boganga & sandia”, que, sin alejarse del trance gnawa, se permite introducir unos riffs de guitarra eléctrica determinantes; es necesario no olvidar que, entre los sonidos de SWANA, el blues-rock tuareg es primordial. La única vez que suenan aplausos y silencio es antes de “Doudou Brahim”, lo más parecido a entrar en una cofradía de morabitos que salmodian entre un retumbar de percusiones sintéticas, a lo pistón de motor, en un álbum que es un logrado cruce de caminos entre trance rural y urbano. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados