Apartamentos Acapulco

¿Sabes esa sensación de haber escuchado ya algo antes? No me refiero al déjà vu, sino a cuando algo suena tan familiar, tan redondo y bien hecho que parece haber estado siempre ahí. Con “El año del tigre” me pasa algo así. Además, sobre todo en su primera parte, me parece estar escuchando un nuevo disco de Los Planetas donde habrían conjugado lo mejor de sus inicios con parte de esa vena seudoflamenca que tan bien han sabido desarrollar en sus trabajos más recientes. Arranca aquí “Con qué doblez tú me miras” y pienso que es una canción que bien podría estar en el repertorio de “Zona Temporalmente Autónoma”, el disco de 2017 de los de J, y ser un dueto de este con Soleá Morente, aunque aquí son Ismael Cámara y Angelina Herrera –los dos responsables máximos de Apartamentos Acapulco, que han hecho de sus juegos vocales una de las señas de identidad más reconocibles del proyecto–. Es esta una canción preciosa, estupenda puerta de entrada a un repertorio que se va desperezando con calma, tomando velocidad a su ritmo, como en “Ahora sé”, segunda en el repertorio que va sumando elementos sin prisas.

Sigue “Alguien normal”, con su estribillo revienta festivales. Quizá sea la melodía más inmediata del álbum y, quizá precisamente también por eso, mientras escribo esto, es de largo la canción más escuchada del grupo en las principales plataformas de música en streaming. La distorsión se pone brava desde el inicio en “No entiendo, ni quiero”, un corte que rezuma electricidad de principio a fin a lo largo de sus casi cuatro intensos minutos.

El aroma a Los Planetas regresa en “Fuego amigo” desde sus primeros compases. Es esta una canción hermosa que va creciendo poco a poco, ganando intensidad según avanza una letra que, como es marca de la casa, habla de cosas cotidianas de lectura universal que apelan a sentimientos profundos. “Las cosas cambian” es puro shoegaze, y “Vastida” es el momento del disco en el que más protagonismo gana el sintetizador, con una melodía etérea adornada con estrellas. “Y tú en Barcelona”, cargada de energía, me recuerda a Él Mató A Un Policía Motorizado. “Un nuevo comienzo” es quizá mi favorita del lote; con la hermosa ingenuidad de unos Family, pero adornada con las notas justas de guitarra, es emocionante. “Vámonos de viaje” podría haber sido un excelente cierre, pero reservan (solo en CD y plataformas) “Posible final III” para despedir el disco de forma austera, abandonando tal como arrancó, poco a poco.

Apartamentos Acapulco refinan y mejoran su fórmula en este su tercer largo. Tomando cosas de aquí y de allá, convierten sus diversas influencias en un sonido propio. Se les ve más hechos, muy inspirados, viviendo un momento dulce. La frescura de “Nuevos testamentos” (2017) y “El resto del mundo” (2019), sus dos primeros álbumes, sigue presente pero de forma mejorada, quizá más conscientes de sus posibilidades. Ojalá este trabajo les depare la suerte que merecen y les permita seguir creciendo como banda, porque lo que hay aquí es, sobre todo, un grupo que sigue dando pasos hacia su GRAN disco. Y van por el buen camino. No les pierdan la pista. No se pierdan este disco. Atentos. ∎