Tras el tentativo “Bird Under Water” (2014) y el ambient en crudo de “Siren Islands” (2018), la paquistaní Arooj Aftab sorprendió en 2021 con “Vulture Prince”, una mezcla refinada a más no poder de folk, jazz y esa canción urdu derivada de la poesía llamada ghazal, generalmente con temas de pérdida y separación. Se sentía la tristeza por la ausencia de un hermano pequeño fallecido tres años atrás, al que Aftab dedicaba el disco.
Tanto en aquel álbum revelador como ahora en “Night Reign”, la artista puede agarrarse a elementos antiguos y folclóricos, pero elude los clichés instrumentales de la world music. No quiere ser representante de una cultura, sino ser simplemente ella misma: buscar un estilo propio a base de voces poderosas en la sutileza, desarrollos instrumentales tan largos como delicados, silencio y calma. La noche es su estado natural. “Además, ya sabes, todo el mundo es más guapo cuando todo está en sombras y poco claro. No me gusta ver a la gente de día”, ha dicho en entrevista con ‘The New York Times’.
Escapando un poco de su sombra o, más en concreto, de la emblemática “Mohabbat”, Aftab juega un poco a la revelación y la sorpresa en este “Night Reign” embrujador de principio a fin. En la decididamente nocturna, solitaria “Raat Ki Rani” (o “Reina de la noche”, ese jazmín de floración nocturna), conquista las almas a base de delicado Auto-Tune. Así podría sonar Sade en 2024. Residente en Brooklyn desde 2009, opta por el inglés en la enorme balada “Whiskey”, sobre una noche de intimidad marcada por el alcohol: “I’m drunk and you’re insane / Tell me how we will get home”. Tras un arranque de serenata folk casi canónica, acaba tomando unos aires freeform que seguramente celebraría Julia Holter.
También en inglés se marca un asalto al estándar jazz de 1945 “Autumn Leaves”: ¿quizá el mejor desde aquel de Coldcut con Janis Alexander (sobre todo en el remix de The Irresistible Force)? Aftab embelesa alargando y espaciando los versos a su aire, a veces casi diciéndolos más que cantándolos, a veces encontrando sus propias melodías. Todo ello sobre un colchón musical bastante espartano, con percusiones metálicas, diseñado en colaboración con el arreglista jazz James Francies. Otros cameos de lujo: la voz de Moor Mother y el vibráfono de Joel Ross en “Bolo Na”, o ese trío estelar formado por el artista R&B Cautious Clay, la guitarrista Kaki King y la arpista Maeve Gilchrist en “Last Night Reprise”, reinterpretación jazz de aquel tema de “Vulture Prince” basado en un poema de Rumi. Lo antiguo, como decíamos, nunca está tan lejos: “Na Gul” y “Saaqi” son, de hecho, adaptaciones musicales de la escritura de la cortesana, bailarina y poeta Mah Laqa Bai (1768-1824).
El disco (o la sesión de hipnosis) se acaba con “Zameen”, una gloriosa colaboración con Marc Anthony Thompson, alias Chocolate Genius; para más señas, el padre de la actriz Tessa Thompson, quien ha dirigido el vídeo de “Raat Ki Rani”, algo así como “Persona” (Ingmar Bergman, 1966) convertida en romántico fashion film. ∎