Lady Day. Uno de los mitos del siglo XX, la cantante más grande de la historia del jazz. Pero en los años cincuenta, a pesar de su fama, su voz había perdido elasticidad, volumen y timbre. Y mientras sus cualidades vocales desaparecían, crecía su magnetismo, que alcanzó gigantescas proporciones en este “Lady In Satin”, el disco más controvertido de su carrera. Para algunos, un trabajo sin el menor mérito artístico; para muchos, una de las grabaciones más sobrecogedores jamás oídas. Fue decisión suya utilizar cuerdas en lugar de una orquesta de jazz por primera vez en su carrera. Y eligió a un joven y casi desconocido arreglista llamado Ray Ellis. Lady Day cantó aquí los versos ajenos con tanto dolor como si hubiese vivido cada estrofa en sus propias carnes. Murió el 17 de julio 1959, un año y medio después de grabar esta obra, que fue escogida la número 64 de los doscientos mejores álbumes del siglo XX en el Rockdelux 200. Esta es la apasionada crítica que escribió Roger Roca.