EP

CVTO

RestosDiscos El Colmado-Cintas Juan, 2025

“Turbo mugre” es la autodescripción planteada por los miembros de este nuevo grupo, que debutan discográficamente con este casete grabado en el extrarradio barcelonés –nada menos que en el estudio Trash Zone de Bellvitge, por donde se han arrastrado bandas punkarras como Alerta! u Ofensiva–. Y no mienten con esa definición: hay elevadas dosis de suciedad, en ocasiones acelerada, en otras brutalmente ralentizada, pero nunca (a pesar de la distorsión y la patente agresividad instrumental/vocal) del todo impenetrable, chirriante u obtusa. Si nos ponemos técnicos, de entrada quizá podríamos insertarlos en las tradiciones neocrust internacionales (Alpinist, His Hero Is Gone) y nacionales (Ictus, Tenue), aunque lo que articulan es más bien una mezcolanza de ecos metaleros y hardcoretas diversos o, en otras palabras, un microfestín ideal para los más propensos a deleitarse con latigazos de cuello: se asoman ligeramente, entre otros, el grindcore de Full Of Hell, el noise rock asfixiante de Today Is The Day, la tralla black metal de Darkthrone y, especialmente en la segunda mitad del EP, las aplastantes atmósferas post-metaleras de lo que podríamos llamar el género Neurosis, sobre todo en los fragmentos más paisajísticos-agónicos (de compás denso, feedback textural y letargia expresada en crescendos-acuchillamientos guitarreros) que pueden hallarse en “Sunderland” o “Cuerpos” –tema que, es preciso destacar, impacta también a nivel lírico, tratándose de un catártico y frontal alegato feminista en contra del acoso a la mujer y su invisibilización–.

El grupo es dado a cierta bipolaridad rítmica: en las dos canciones mencionadas, las narcóticas ciénagas se conjugan con arranques de batería frenética y carnicería de cuerdas vocales. Pero en cuanto a trepidación se refiere, la mayor tralla se concentra en “Sanar”, donde una carrerilla de guitarra filtradísima da paso a la sección más deliciosamente sludge del disco; así como en “Flores nuevas”, que nos introduce el riff más característico-pegadizo de todo el set (incluso con un punto socarrón a lo Chat Pile) antes de ser consumido por un vendaval de pura abrasión sónica. Resumiendo: en su contundente declaración inicial de intenciones, CVTO no reinventan nada –ya que, a pesar del relativo eclecticismo, permanecen dentro de los confines estilísticos de un terreno musical donde, todo sea dicho, puede ser dificultoso innovar–, pero sí arman un suculento y relativamente accesible cuerpo de partes descuartizadas, revelándose como eficientísimos ejecutores de la proclamada “turbo mugre”. Una orfebrería clínica, pero también muy visceral y emotiva, que por supuesto no surge del vacío, apoyándose en gran medida en el rodaje previo de sus integrantes en formaciones como Neguit o Ansïa. ∎

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