EP

Dewel

Panic ButtonFoehn, 2024

Hace apenas dos años que tenemos pruebas discográficas de Dewel. A lo largo de todo este tiempo, este asturiano afincado en Londres nos ha ido avisando de que lo suyo iba muy en serio. EPs como “The Thread” (2022) y singles con el magnetismo de “Still Together” (2022) y “Blacklight” (2023) llevan impresa la denominación de ese pequeño grupo de talentos que intenta, y logra, sobresalir dentro del sinfín de propuestas que salen a la luz diariamente.

Dicho logro se hace evidente desde el tema titular del EP, a través del cual asistimos a una muestra emotiva de tendones y atmósfera. Los beats están calibrados bajo una perspectiva en la que no faltan tonos sinte robóticos que recuerdan a los Daft Punk de los años noventa, aunque también a las sesiones de hipnotismo techno invocadas por el gurú mayor, Aphex Twin. Ya en este corte se advierte la querencia de Dewel por concebir sus creaciones como un mural de construcciones en progresión, fraguadas desde diferentes planos de atracción. Dicha dinámica se hace patente en las tres gemas que conforman “Panic Button”. En un corte como “Out Of Context” podríamos llegar a pensar en una especie de versión house de alta costura en un cruce mágico entre Mr. Fingers y Yello. Lo que evidencian temas como este es la capacidad de Dewel para alterar las matemáticas perfectas de los sonidos mecanizados. Es como asistir a un rito de tribalismo 2.0. donde los sonidos selváticos buscan, y encuentran, la paz eterna de la ortodoxia Sakamoto.

Ya para terminar, los seis minutos de “Doppelganger” progresan como si se tratara de una mutación en movimiento, dividida en dos partes. Patrones sintetizados alterados por el virus de un genoma infectado por un deseo central: romper con cualquier tipo de previsibilidad en su desarrollo. De hecho, a lo que asistimos es a un crescendo progresivo de beats, texturas y efectos encauzados hacia el éxtasis de un concepto dance cuasi místico.

La obsesión por armar bucles de atracción es el resultado de una constante metodológica: la necesidad de idear puzles en movimiento. Construcciones catedralicias de pulsión techno ybackground ambient de propensión siempre orgánica que, ahora mismo, pasan por ser de las más recomendables dentro de la música electrónica estatal. Poca broma, estamos hablando de la misma liga de gigantes que Carlos Ordóñez. “Panic Button” no deja de ser una joya preciosa tallada con la intuición de quien sabe sortear los peajes comparativos de la gran tradición techno: el anzuelo perfecto para no perderse sus siguientes movimientos discográficos. ∎

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