Álbum

Feu! Chatterton

LabyrintheUniverso Em Fogo-Virgin, 2025

Francia nos parece siempre un mundo lejano, otro mundo. Será que las fronteras físicas, los Pirineos, nos separan más que nos conectan. Sin embargo, su escena musical no deja de sorprender. Y aquí estamos ante la nueva gran banda francesa, que viene a comerse el mundo con su cuarto álbum (el primero data de 2015), confirmando su estado pletórico de forma. Si en los noventa fue el tiempo del rock de Noir Désir y los dos mil de Phoenix, estos son los tiempos líquidos de Feu! Chatterton, una banda que tira de rock pero también de pop y electrónica. En “Le labyrinthe”, por ejemplo, nos recuerdan a Les Negresses Vertes, en una canción que busca en las raíces, como queriendo conectar con África y con el Magreb. “Ce qu’on devient” late con un pulso electrónico hechizante de synthpop confesional. Y “À cause ou grâce” es una balada, de las que desarman, de preciosismo pop.

El trayecto continúa firme, pleno y robusto. Otro delicia electrónica sucede en “Baisse les armes”, un caramelo sabroso de synthpop. El vocalista Arthur Teboul despliega todo su magnetismo, que sin duda es rico y sustancioso. Es de esas voces que conquistan a la primera, con un timbre muy personal e imponente. El single adelanto del álbum, “Allons voir”, apuntaba alto. Supuso un hit incontestable, pegadizo, con una letra que se queda grabada: “Vamos a ver / Lo que la vida nos reserva / Lo que la vida nos reserva / No tengamos miedo de nada / Cógeme la mano”. Entre la épica, la revelación y lo inapelable.

“Cosmos Song” adquiere una cadencia fulminante a través de un bajo marcado, como si Radiohead abrazaran a Big Thief. El viaje persiste trepidante con “Mon frère”: confesiones de andar por casa, confidencias para un tiempo esperanzador. Como si quisiéramos encontrar a Love junto a Captain Beefheart en el siglo XXI.

Luego nos adentramos en “L’Alcazar” como si fuera un paraje de ensoñación. Las bases electrónicas y los teclados basculan entre hermosas frutas. Y el viaje prosigue con una balada infalible pero de corte más clásico como “Le carrousel”. “Monolithe” es una canción que abusa del rock progresivo, que aparece brumosa y espesa en su trayecto. Con “Sous la pyramide” llegamos al final del viaje, un recorrido por la grandeza de una banda que no suena previsible, que se nutre de muchas capas de belleza. En este corte final Feu! Chatterton indagan en melodías y hacen que suceda la fantasía, en un registro entre Brian Eno y Jean-Michel Jarre. Si con “Palais d’argile” (2021) ya tocaron techo, con este álbum buscan la excelencia, y amplían su sonido en un espectro electrónico tremendamente seductor. Obra magna que crece con cada escucha. ∎

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