Álbum

Geese

Getting KilledPartisan-[PIAS] Ibero América, 2025

El pasado mes de abril Nick Cave elogió en su blog ‘The Red Hand Files’ el álbum de debut de Cameron Winter, “Heavy Metal”, publicado a principios de diciembre de 2024, y unos cuantos nos pusimos a rastrear quién demonios era ese pavo. Pues bien, ese tal Winter era (y es) el cantante y líder de Geese, una banda neoyorquina fundada en 2016 en el barrio de Brooklyn por cuatro estudiantes de secundaria y con tres álbumes publicados hasta aquel momento.

Como podéis imaginar, que Nick Cave valide algo significa que buena parte de la atención mediática “alternativa” se va a volcar sobre ello y puede que los tres compañeros de Winter en Geese se echaran a temblar, sobre todo después de que en diciembre de 2023 se hubiera producido la deserción de uno de sus dos guitarristas originales, Foster Hudson, pocos meses después del lanzamiento de su segundo álbum, “3D Country” (2023). ¿Volvería al seno del grupo? A pesar de su título terminal, “Getting Killed” responde afirmativamente y el cuarteto restante, formado por Winter, Emily Green (guitarra), Dominic DiGesu (bajo) y Max Bassin (batería), interpreta sus nuevas canciones con una compenetración rítmica que no ha disminuido.

La canción inicial, “Trinidad”, marca la pauta: una base melódica de funk-rock se ve salpicada por estallidos caóticos de guitarra, batería, trombón y voces gritadas. En la canción que da título al álbum, los potentes riffs de rock sureño dan paso a acordes abstractos y discordantes, como si se despojaran de la piel de Lynyrd Skynyrd y encontraran a Radiohead. Suena descabellado, pero la agitada energía rítmica de la canción discurre, en sus transiciones, por esos derroteros, en los que tenemos que fijarnos, además, en la batería de Bassin como fuerza motriz del disco.

Los casi siete minutos de la canción final, “Long Island City Here I Come”, pasan volando con una flexible interacción de percusión mientras Winter se embarca en un delirio febril al estilo de Dylan. Cameron es un vocalista expresivo, que pasa de forma impredecible de un murmullo nasal de aires folk de los Apalaches (¿recordáis a los “osos montañeses” de los dibujos animados?) a los gritos desinhibidos de un enfebrecido cantante de rock de los setenta. Y, personalmente, prefiero al Cameron Winter de Geese que al que debutó en solitario: suena menos histriónico en compañía de su banda que en el entorno musical más tranquilo de su paradójicamente titulado “Heavy Metal”. Y la neurótica fiereza de su música (más rockista, pero con algo que también remite a los psicóticos inicios de Talking Heads) me resulta también muchísimo más convincente. ∎

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