Jamie xx

Jamie Smith es demasiado joven para haber vivido los años dulces de la eclosión rave, pero en su cabeza se han ido construyendo a lo largo de los últimos seis años impresiones extáticas de todo tipo: de euforia y hermandad, de gente sola perdida –reencontrada– en la multitud, de sonidos macerados como un eco en la memoria.

“In Colour”, su primer álbum al margen de los dos que ha grabado con The xx y sus colaboraciones con Gil Scott-Heron, se abre con un breakbeat envuelto en texturas porosas, entre lo hipnótico, lo espectral y lo fibroso: su estrategia sonora no está lejos de la que han utilizado en la última década Burial y Four Tet. Pero Jamie xx encuentra una nueva manera de emocionar, igual de epidérmica, y aun así mucho más directa, y no únicamente porque su socia Romy Madley Croft cante en un par de temas –Oliver Sim también participa, en “Stranger In A Room”, en la línea de las canciones house de “Coexist” (2012)–, sino porque todo en “In Colour” apela a una nostalgia inmediata, como si fuera la respuesta a un deseo urgente.

Aquí es fácil imaginar a un chico solitario que ha encontrado su refugio en la música –a alto volumen en un festival, o en los auriculares, encerrado en su habitación– y que trae de vuelta el consuelo y las emociones tras años de aprendizaje y perfeccionamiento en las artes de la producción. He aquí, por una parte, un compendio acelerado de grandes momentos vaporosos de la historia rave británica –en “SeeSaw”, con Romy, podríamos reconocer a los casi olvidados Electribe 101; “Loud Places” es su particular “Missing” (Everything But The Girl)– mientras van brotando enormes chorros de felicidad, como esa especie de réplica de “Belfast” (Orbital) que es “The Rest Is Noise”: el sonido del nacimiento del sol en el horizonte, reconfortando el cuerpo agotado y el espíritu evadido.