Joe Lovano se siente agradecido a la vida. Y “Homage” contiene una explícita dedicatoria a todas aquellas personas “que nos inspiraron para ser nosotros mismos”, con especial mención a su padre, el también saxo Tony “Big T” Lovano, quien cumpliría 100 años el próximo septiembre, a su mujer, Judi Silvano, y al equipo de ECM, liderado por el octogenario Manfred Eicher. No en vano, el saxofonista norteamericano rompió en 2019 casi tres décadas de relación con el legendario sello Blue Note para firmar con la disquera de Múnich y activar una concurrida agenda: busquen proyectos propios como Trio Tapestry, junto a la pianista Marilyn Crispell y el batería y percusionista Carmen Castaldi, además de alianzas con el también veterano trompetista italiano Enrico Rava en “Roma” (2019), con el guitarrista Jakob Bro y su tributo a Paul Motian en “Once Around The Room” (2022), o como invitado estelar del trío del pianista polaco Marcin Wasilewski en “Arctic Riff” (2020).
Esta última asociación, liderada ahora por el saxofonista, oferta una segunda entrega que renueva el simbólico enfoque que Lovano ha estampado en su música durante esta nueva etapa en ECM, incorporando influjos orientales y sin desmantelar del todo ese gesto poderoso que definió su sonido desde los comienzos. El trío de Wasilewski no es un convidado de piedra en este “Homage”: la compenetración de una terna muy rodada, que se conoce al dedillo, y la alineación con esa proporción entre la pausa reflexiva y el intenso arranque juegan a favor de un desenlace con recompensa que discurre sobre abiertos planos armónicos y pulsos polirrítmicos. Valgan de ejemplo los poco más de diez minutos de “Golden Horn”, inducidos por un motivo que evoca a “A Love Supreme” de John Coltrane y surcados por lúcidas intervenciones de ambos solistas. También llegan para sumar capítulos más autónomos como el que bautiza al álbum y en cuyo progreso se diluyen los sutiles límites entre partitura e improvisación, con Lovano alternando de nuevo saxo y tarogato.
“Homage” se abre además al recuerdo del violinista polaco Zbigniew Seifert (1946-1979), cuyo “Love In The Garden” inaugura un trabajo dominado por la pluma de Lovano en sus cinco temas restantes. El músico de Cleveland prescinde incluso del trío en el meditativo “Giving Thanks” para exponer en solitario su sensible gestión de espacio y tiempo. Los dos minutos de cierre con “Projection”, con el líder renunciando a su tenor y apostando por un juego percusivo de gongs, arrojan la última evidencia de ese clima espiritual, preñado de reconocimiento, en el que Lovano y el trío de Wasilewski se desenvuelven como pez en el agua. ∎