Álbum

Mac DeMarco

GuitarMac’s Record Label, 2025

Mac DeMarco tiene 35 años y acaba de publicar Guitar, su sexto disco de estudio: un conjunto de canciones simples reducidas al mínimo común múltiplo, apenas un esqueleto a ritmo de balada indie. “Guitar” es su primer trabajo no instrumental desde “Here Comes The Cowboy” en 2019: entremedias, tiene One Wayne G y Five Easy Hot Dogs, ambos de 2023. El primero de ellos, de 199 temas y una duración aproximada de 9 horas y 30 minutos, bebía de las emisoras radiofónicas de YouTube en las que el lo-fi se funde con las bases más minimalistas del hip hop. En “Guitar” el influjo de la música pasiva se mezcla con el poso indie rock del compositor.

Parece mentira que DeMarco, que entrega un disco que mira hacia el futuro de manera existencialista, fuese un día el ídolo de toda una generación de chavales que pensaron que iban a ser el próximo Tony Hawk. En 2017, se hizo famoso un vídeo del canadiense meándose en sus pantalones durante su concierto en el Zoo de Oregón. De acuerdo con su banda, era la tercera vez que cometía tal hazaña. En 2012, durante un concierto en Montreal, DeMarco cantó “Beautiful Day” de U2 completamente desnudo y con un par de baquetas metidas en el culo. Después de que su madre encontrase ese vídeo, el canadiense escribió “Freaking Out The Neighborhood”: “Sorry, mama, there are times I get carried away” resonaba en la cabeza de miles de adolescentes que empezaban a autodeterminarse contraculturales, como si el incidente de las baquetas hubiese reforzado la admiración que sentían por su ídolo.

No fue hasta ocho años más tarde cuando DeMarco dejó de beber y de fumar. Se adentró en la música introspectiva, cumplió los 30 y creció al mismo tiempo que lo hicieron sus fans. Por ello, y pese a lo lejano que se siente Salad Days (2014) desde este prisma, “Guitar” funciona. Las composiciones son más maduras, hay un refinamiento en la manera de cantar y una calma que se siente honesta. Para quienes lo escuchamos desde hace una década, es casi inevitable proyectarse en su evolución: es una introspección que viene de la mano del crecimiento, y que Mac ilustre eso en sus últimos trabajos lo vuelve, de algún modo, una persona que crece al mismo tiempo que su público. La caricatura del payaso de Zoo de Oregón ha dado paso a un músico adulto que, aunque menos incendiario, sigue retratando con crudeza (y a veces con ternura) el proceso de hacerse mayor.

De ahí que “Guitar” se quede con lo mínimo: un bajo eléctrico, una batería simple y unas guitarras en las que todavía persiste ese espíritu de rock holgazán que siempre lo ha acompañado. El resultado es la expresión más directa y segura de Mac hasta ahora: canciones que asumen que está bien estar un poco triste, que aceptan la vulnerabilidad como punto de partida y que encuentran en la calma la posibilidad de superarlo. “Guitar” es, en ese sentido, una reflexión tranquila sobre el presente y el futuro, donde los temas se construyen a base de pinceladas simplistas que logran abrir espacios casi inéditos en su registro previo: por ejemplo, en “Terror”, canta “I am terrified of dying, that old gift we all receive”. Lo que queda es una colección de bocetos breves, con la sensación de que DeMarco busca desesperadamente un sentido no solo a su vida, sino a la vida en general. ∎

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