Disco destacado

María José Llergo

ULTRABELLEZASony, 2023

En tiempos de trincheras de odio, viva la diferencia. Y la belleza (estética pero también moral) como bien común para sortear el miedo a lo ajeno: dolencia colectiva que tiene poco de nueva, la verdad. El leit motiv que inspira el segundo trabajo de María José Llergo es meridiano, y además vehicula una ambición que se ve correspondida por los resultados. Por enfoque. Por versatilidad. Por crecimiento artístico. Por proclamar la vigencia de lo universal desde lo local. Y también viceversa, porque ese no deja de ser un trayecto de ida y vuelta. El panorama musical estatal puede rebosar –lo hace, de hecho– de envites que aúnan con suma destreza lo tradicional y lo contemporáneo, esa auténtica “marca España” que le saca kilómetros de distancia a su clase política. Pero “ULTRABELLEZA” juega en una liga de unos pocos.

La raíz flamenca se entrevera con beats, sintetizadores, algún ritmo cuatro por cuatro, interferencias y distorsiones que mapean un extraordinario ejercicio de equilibrismo a tres bandas: se nota que hablamos de un disco gestado con la confianza de quien se ha permitido descartar hasta veinte esbozos previos, diversificando su tacto entre Zahara y Martí Perarnau (_juno), Antonio Narváez, Lost Twin, ODDLIQUOR y el tándem George Moore/Knox Brown. Podría decirse que se estructura en tres bloques pero cuenta con hasta cinco productores distintos. Suena diverso pero no disperso, pese a la concurrencia. Y rezuma luz, esperanza, perspectiva de clase y de género y una desafiante seguridad en un lenguaje que la de Pozoblanco domina a sus 29 años. Quizá ese sea también su único hándicap: todo suena excesivamente medido, calculado, dosificado y, hasta cierto punto, previsible. Es un triunfo anunciado. Por mucho que el trecho respecto a Sanación” (2020) sea evidente y tanto la secuencia como el ritmo interno del álbum no decaigan. No hay valles en su escucha.

El gran poder.
El gran poder.

Entre los momentos más subyugantes, “SUPERPODER” arranca con esos intermitentes cedazos de electrónica disruptiva que recuerdan al “Quorum” de Low (abría “Double Negative” en 2018) –pasión confesa de Zahara y Martí– hasta derivar en una ensalada de beats que producen microrréplicas de sí mismos al estilo de lo que hizo Mark Bell en “Hunter” de Björk (abría “Homogenic” en 1997), ilustrando un honesto relato de crecimiento personal y artístico (“aprendí a llorar cantando”). “Desde el día que nací ando matando a la muerte”, declama la andaluza en la sensacional “VISIÓN Y REFLEJO”, antes de ponerse en modo spoken word sobre una empalizada de ritmos secos, otro de los momentos en los que la apuesta electrónica resulta más frontal y palmaria.

En el extremo opuesto de su arco estilístico, “NOVIX” se ciñe a su veta más esencialmente flamenca, con palmas y guitarra española, seguida de una “TANTO TIEMPO” que guiña algo más que un ojo al bolero “Sabor a mí” (1959) de Álvaro Carrillo, popularizado por Los Panchos o Luis Miguel, y guarda referencia valdelomariana en su texto, como bien detectó César Luquero en su entrevista a la autora. Son dos cortes que funcionan como bisagra entre la primera y la segunda mitad del disco (o como segundo de sus tres tramos), quizá pensadas para que este coja aire y respire entre tanto diseño sonoro de última generación. Porque justo a continuación llega la grandilocuente base hip hop (podría rubricar un corte de 50 Cent o de Kanye West) de “JURAMENTO”, que es media canción –un impepinable acierto–, y la resultona bruma casi trap de “MALAHE”, con producción de ODDLIQUOR, alfombrando una recta final que deja el control cualitativo en lo más alto: exultante “RUEDA, RUEDA”, con sutiles pinceladas de piano en modo flamenco-neosoul, con Lost Twin; extraordinaria “LO QUE SIENTO”, con el latido rítmico global favorecido por George Moore y Knox Brown (el único momento en el que su podría vislumbrar su reciente pasión por el afrobeats) y el R&B –muy noventa– empoderado (“es que nunca viste una mujer, pero naciste de una mujer”) de “LUCHA”, de nuevo con la pareja productora de Stormzy. Derroche de duende y groove para coronar uno de los discos importantes de 2023. ∎

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