Bienaventurados los exploradores del dub porque de ellos será el eco, porque de ellos será el temblor, porque de ellos será la nueva era. Tocados por esta profecía creativa surgieron Adrian Sherwood y Ari Up de The Slits, que decidieron en 1981 ir más allá de las sinergias ya habituales por entonces entre rock y músicas jamaicanas (demasiados artistas coetáneos con una canción o dos con pinzada reggae en su repertorio para enumerarlas) para zambullirse en las procelosas aguas del más futurista y abstracto de los géneros afrocaribeños.
El primer disco homónimo de New Age Steppers leía el dub evitando la literalidad y atendiendo a la esencialidad. Interpretar el género desde una perspectiva blanca y británica, y avanzando por la senda que ya habían empezado a trazar The Clash o P.i.L, significaba fiarlo todo a la vibración en lugar de al formato canción. Repeticiones hipnóticas, interrupciones cut’n’paste (una estética sonora y visual: se aprecia incluso en la portada), interferencias misteriosas, voces esotéricas apenas insinuadas, experimentación lúdica y hasta un concepto de colectivo artístico que poco tenía que ver con la idea de grupo común: por las puertas giratorias de “New Age Steppers” (1981) entran y salen artistas jamaicanos como Style Scott, Sean Oliver, Crucial Tony o George Oban, pero también nombres propios del post-punk como Mark Stewart, John Waddington y Bruce Smith de The Pop Group, Viv Albertine de The Slits, Keith Levene de P.I.L., Steve Beresford de The Flying Lizards, Vicky Aspinall de The Raincoats y hasta la célebre periodista Vivian Goldman recitando en “Private Armies”.
Este debut no solo fue la piedra sobre la que se construyó la idea de banda fluida como un sound system experimental. También sirvió para definir el dub como un punto de fuga para la electrónica más mutante, para levantar el pequeño imperio On-U Sound (que siempre fechaba sus referencias en los créditos diez años más tarde de lo que salían: sabían, quizá pretenciosamente, que lo suyo era la música del mañana) y para echar a rodar la carrera guadianesca del propio colectivo New Age Steppers.
Recopilada toda su producción ahora en la antología de 5 CDs “Stepping Into A New Age 1980 - 2012”, queda claro que aquel disco inicial tenía un filo que cortaba más que los álbumes siguientes, seguramente por su condición de aerolito. Aun así, la panorámica que va del casi gemelo “Action Battlefield” (1981) a la recopilación de rarezas exclusiva para este boxset “Avant Gardening”, pasando por “Foundation Steppers” (1983) y el más descolgado “Love Forever” (2012), es altamente disfrutable y valiosa. En ella se aprecia como la vanguardia es mucho más útil si se acaba insertando en un formato canción. Investigación + desarrollo, sí. Innovación + aplicación, también. ∎