Álbum

Oneohtrix Point Never

ReplicaSoftware-Music As Usual, 2011
Desde que el sello No Fun recopiló y remasterizó en “Rifts” (2009) los tres primeros discos que Daniel Lopatin grabó como Oneohtrix Point Never“Betrayed In The Octagon” (2007), “Zones Without People” (2009) y “Russian Mind” (2009)–, además de un montón de temas editados en casetes y CD-Rs imposibles de encontrar, y después de que Editions Mego editara el año pasado “Returnal” (2010) y un single con una versión de la pieza central de aquel álbum al piano y con la voz de Antony en la cara A y una remezcla de Fennesz en la B, el proyecto de Lopatin ha ido ganando entidad y un reconocimiento capaz de romper cualquier barrera comercial mientras él transformaba su sonido en una deriva que lo ha llevado del nido de zumbidos y distorsiones de sus primeras grabaciones perdidas al elogio de los sintetizadores; de Klaus Schulze y Manuel Göttsching a una música acuática, casi inocua. Un sonido basado en música sampleada que Lopatin ha desmontado para construir y habitar un espacio propio, definitivamente suyo, en “Replica”, el más personal e inquietante de todos sus discos y lo mejor que ha grabado.

Si “Returnal” proponía un reencuentro con el pasado a través de los sentidos, de la estética y de las formas de la música, “Replica” es un viaje hacia atrás en el tiempo que apela a la emoción con un apabullante diseño del sonido. De un modo inexplicable, surgen fogonazos dentro de estos temas; son señales, cebos mentales que inducen recuerdos, imágenes y sensaciones, desenterrándolos de algún lugar del inconsciente. El sonido te manipula, arrastrándote hacia lo que parecía haber desaparecido de tu cabeza. Lopatin ha utilizado fragmentos de anuncios de televisión, capturados y reproducidos reiteradamente, sobre los que ha añadido arreglos de piano (en “Power Of Persuasion”, cuyo título es probablemente una referencia a la publicidad, “Nassau” o la magnífica pieza que da nombre al álbum), sintetizadores o ritmos grabados en un estudio junto con Joel Ford (su compañero de ciberaventuras en Ford & Lopatin y socio en Software, el sello de ambos) y Al Carson, envolviendo el núcleo de cada tema, añadiendo más ciclos de instrumentos y sonidos repetidos que giran alrededor, engullidos en la mezcla.

El disco tiene retazos de música impresionante: los coros sobrecogedores de “Child Soldier”, la música como de documental de naturaleza de “Up” y “Sleep Dealer” con fracciones de voz rescatadas del anuncio de un refresco cuando el protagonista del spot lo saborea. Pero todo eso no es más que una forma de llegar a otra cosa: a lo intangible de la música, algo que no se puede entender ni reconocer, pero que sí se siente y hace que todo cambie. ∎

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