Ornette Coleman

Ornette Coleman (1930-2015) hace mucho que dejó de ser un grande del jazz para devenir una referencia. Observado con perspectiva, la obra del saxofonista y compositor norteamericano constituye un legado cultural que ya en sus inicios rechinaba con las etiquetas. Tenía la habilidad de pillar la escena del jazz con el pie cambiado.

Lo cierto es que la aparición de Coleman en los años 50 en la escena jazzística de Los Ángeles fue un revolcón a la modernidad del jazz, anclada en el bebop y el hard bop, pues el compositor de Forth Worth estaba en otra cosa. Calificar entonces la obra del músico de Texas como free jazz era enviarlo a las sombras, aunque pareciera lo contrario. Coleman es en sí mismo uno de los fundamentos del nu jazz que conocemos en la actualidad.

Coleman, que empezó en agrupaciones de blues, encontró en Atlantic la manera de mostrar una idea, expuesta en “Something Else!!! The Music Of Ornette Coleman” (1958), “The Shape Of Jazz To Come” (1959), “Tomorrow Is The Question!” (1959) y “This Is Our Music” (1961) . El músico atrajo a su alrededor el talento de Don Cherry, Scott LaFaro, Charlie Haden, Ed Blackwell, Bobby Bradford, Charles Moffett, Freddie Hubbard y Billy Higgins, entre otros, para construir nuevas formas de jazz cada noche que tocaban. En esa época, el jazzman prueba con dobles cuartetos, lo que supone presentarse con una sección rítmica que incluía dos baterías. Aún hoy, hay quien lo venera por ello y quien lo detesta por lo mismo. Coleman no desesperó; esperó hasta dar con la tecla adecuada, cuyo resultado fue un sistema compositivo que el saxofonista llamó harmolodics, que conjuga armonía, ritmo y melodía.

Blue Note, sello señero del jazz, ha estado atento al devenir de Ornette Coleman. En los 60 lo rescató de un cierto ostracismo y, ahora, de su archivo discográfico recupera al multinstrumentista en la “Tone Poet Audiophile Vinyl Reissue Series”, colección remasterizada por un mago del sonido como es el productor “Tone Poet” Joe Harley (de ahí el nombre de la serie).

El boxset “Round Trip. Ornette Coleman On Blue Note”, que incluye un cuaderno con textos, fotos inusuales y los créditos correspondientes, presenta una edición de seis vinilos en formato analógico, los que Coleman grabó como líder, tanto en estudio como en directo: contiene dos audiciones –“At The “Golden Circle” Stockholm. Volume One” (1966) y “At The “Golden Circle” Stockholm. Volume Two” (1966)–, registradas en 1965 durante una breve gira europea. En la primera, las melodías mandan de un modo intenso. En la segunda, el cromatismo y las tonalidades juegan entre sí. En 1966, publica su primer álbum de estudio para la nueva disquera, “The Empty Foxhole”, en el que consta un jovencísimo batería de diez años de edad, Denardo Coleman, hijo del compositor. El padre reparte raciones de jazz crudo e ilustra la portada del álbum.

Dos años después, Coleman reúne una sección rítmica de excepción, conformada por el bajista Jimmy Garrison y el baterista Elvin Jones, y decide doblar la sección de vientos, con el destacado saxo tenor Dewey Redman, padre del gran Joshua Redman, también saxofonista. El cuarteto registrará dos discos, “New York Is Now!” (1968) y “Love Call” (1971), reivindicados con los años. De nuevo había volteado el free jazz. En las ediciones originales, Francis Woff, ejecutivo y fotógrafo de Blue Note, ejerció de productor.

Antes, en 1967, Coleman ejerce de sideman para Jackie McLean, también saxo alto, en “New And Old Gospel”, producido por el fundador del sello, Alfred Lion, que incluye dos composiciones (en la cara B del vinilo) del que será músico harmodólico, aquí en funciones de trompetista. Coleman, mientras se liberaba de patrones gastados, caminaba hacia la universalidad. Si en Atlantic le ofrecieron desarrollar la idea de un jazz diferente, la etapa Blue Note le sirvió de método para descodificarlo en busca de otras sonoridades. Parafraseando su biografía, Ornette Coleman es territorio y aventura. ∎