¿Qué tendrá Canadá para que algunos de sus músicos nos parezcan tan interesantes? Glenn Gould, Leonard Cohen, Neil Young, Mary Margaret O’Hara, Ron Sexsmith, Richie Hawtin, Rufus Wainwright, Eric Chenaux, Arcade Fire o Final Fantasy. Este último puede que no les suene demasiado salvo quizá por una cuestión también generacional: la famosa franquicia de videojuegos creada por Hironobu Sakaguchi. Un gran aficionado a las consolas como Owen Pallett escogió aquella denominación para publicar sus primeros discos en solitario, pero el sello británico Domino los acaba de reeditar sustituyendo Final Fantasy por el nombre propio del músico canadiense.
Uno que Pallett añade a la lista es Alex Lukashevsky y su proyecto Deep Dark United. “The Two EPs”, y empezamos por lo más reciente, recoge los temas correspondientes a “Plays To Please” y “Spectrum, 14th Century”, ambos publicados en 2008. El primero, donde por cierto silba Andrew Bird –“Ultimatum”–, consiste en seis temas de Lukashevsky que su admirador versionó empleando para ello una orquesta completa. En el plazo de apenas cinco años, el sonido de Pallett fue enriqueciéndose y cortes como “Horsetail Feathers” suenan ya al Rufus Wainwright más complejo y pizpireto. Ambos cantan de forma parecida, aunque el de Toronto suele experimentar con texturas más espartanas y sus armónicos están menos entrenados. “Spectrum” es el “territorio” donde sitúa posteriormente a “Heartland” (2010), su obra maestra, concebida como el último trabajo de Final Fantasy. Redondean la reedición tres temas raros, entre ellos “Joys”, del recopilatorio coral –a partir de la obra del artista visual David Shrigleys– “Worried Noodles” (2007), recordando al John Cale de “Paris 1919” (1973).
“He Poos Clouds” (2006) fue el segundo disco largo de Final Fantasy. Pallett da un paso adelante en su original lieder-pop haciéndose acompañar esta vez de un cuarteto de cuerda. Él mismo toca con soltura el órgano, su habitual viola –con ella crea increíbles bucles melódicos que superpone en directo con la ayuda de pedales–, un clavecín, bajo, piano y canto. Porque, además de escribir óperas y otras piezas que asustan a los niños, lo que Pallett hace es música popular, incluso de raíces –escuchen “None Of Us Will Ever See A Penny”–. La música virtuosa, pero no elitista, de este cotizado y poco prolífico –al menos para él mismo– artista te atrapa con la naturalidad de una tela de araña futurista donde tampoco falta un surrealismo desafiante. La cinematográfica “I’m Afraid Of Japan”, la bretchiana “Do You Love?”, o “The Pooka Sings”, donde canta como un encantador Klaus Nomi sin falsete, refuerzan el original sentido lúdico de esta máquina de hacer magia que es Owen Pallett. El single “The Tomlab Alphabet Single Series X” (2007), registrado con la banda Beirut, y las caras B del EP de siete pulgadas “Many Lives ---> 49 MP” (2006) completan esta vez el material extra.
Que todos estos discos suenen siempre tan inagotables y frescos puede deberse a su combinación de apertura y academicismo, a su rica musicalidad y sentido de la experimentación. El espacioso y austero “Has A Good Home” (2005), su primer álbum, contiene canciones como “This Is The Dream Of Win & Regine” que Pallett aún interpreta en sus directos –actualmente está de gira con su amigo Joel Gibb, otro canadiense de pro, y sus The Hidden Cameras, de quienes formó parte en sus inicios–. O “Furniture”, equidistante de Rufus y Belle And Sebastian; la minimalista “--->”, tipo Philip Glass; o “Adventure.exe”, que encajaría en el mejor freak folk de Filadelfia. Pero si a algo suena Pallett es a sí mismo: sencillo y ambicioso, renovador y clasicista, contenido y superdotado. Esta última edición deluxe suma como extra el single de cuatro temas “Young Canadian Mothers” (2006). ∎