“SMASH” es el noveno recopilatorio que publican Pet Shop Boys, el cuarto abonado al concepto “Grandes éxitos” tras “Discography” (1991), “PopArt” (2003) y “Ultimate” (2010). ¿Qué sentido tiene este nuevo lanzamiento antológico, más en una era como la del streaming? Pues precisamente el de reivindicar la idea y el poder, cada vez más diluido, de lo que era una cara A de single en la versión 7” tal como el dúo los concebía para que sonaran en las radios británicas. Un verdadero arte pop del que Neil Tennant y Chris Lowe fueron verdaderos maestros, sobre todo en la segunda mitad de los años ochenta y la primera de los noventa. La misma portada transmite esa idea de explosión multicolor, con un título que bien podría haber sido ‘Smash Hits’, como la revista musical en la que Tennant escribió antes de convertirse en una de las estrellas del pop sobre las que él escribía. O, incluso, en una más brillante.
En 3 CDs (o 6 LPs) la caja recorre de forma cronológica los 55 singles publicados por el dúo: otro detalle muy de agradecer por los que somos fans de estas cosas y nos ponemos nerviosos cuando en las plataformas todo aparece desordenado en un revolutum aleatorio. También porque permite observar nítidamente la evolución de la banda. La chicha está en el primer CD, que, curiosamente, contiene los mismos 18 cortes de “Discography”, incluidos los dos temas grabados ex profeso para aquel recopilatorio: “DJ Culture” y “Was It Worthy?”. 18 temas sublimes que condensan el tiempo en que Pet Shop Boys encarnaron la perfección absoluta en la construcción de canciones pop. Desde la distancia, se puede observar su retrato emocional del thatcherismo en las siempre vigentes “West End Girls” y “Rent”, más irónico en “Opportunities” o increíblemente pegadizo en “Suburbia”. “What Have I Done To Deserve This”, con su almodovariano título, sigue sonando maravillosa en su dueto con Dusty Springfield, a quien ellos recuperaron para generaciones posteriores (inolvidable su presencia en las pantallas en el “Nightlife Tour” de 1999). “It’s A Sin”, con su pulsión Hi-NRG y su vídeo de Derek Jarman, y “Being Boring” (la favorita de Tennant y de muchos fans, entre quienes me incluyo), con su halo melancólico y el clip de Bruce Weber, permanecen como dos de los testimonios más certeros sobre la tragedia del sida, un momento histórico que todavía es necesario revisar, como tan bien hizo Russell T Davies en la serie de 2021 sintomáticamente titulada como el primer single de “Actually” (1987).
¿Y qué decir de su tendencia a lanzar inesperadas versiones como “non-album singles”? “Always On My Mind” (Elvis Presley) y “Where The Streets Have No Name (I Can’t Take My Eyes Off You)” (proto mash-up con U2 y Frankie Valli-Boys Town Gang) marcaron el canon de su personal revisión de la cultura pop, algo que, en 1993, culminarían con “Go West” (Village People).
“Left To My Own Devices”, “So Hard” y “Jealousy”, otras tres joyas de la corona, confirman dónde estribaba el mayor encanto del dúo en su era imperial: melodías, puentes y estribillos extremadamente adictivos, una producción synthpop que se iba enriqueciendo con influencias de otras tendencias (véase el estilo latin house de “Domino Dancing”), textos inteligentes y conmovedores y un aspecto que ha sido menos comentado: las siempre magníficas interpretaciones vocales de Tennant, transmitiendo calidez, empatía y mucha emoción. Incluso en sus temas más irónicos, no había cinismo en ello: son canciones siempre lanzadas desde el corazón.
Pero el segundo CD, que cubre su etapa de 1993 a 2003, muestra cómo el mojo ya se les empezaba a agotar. Los singles de “Very” (1993) y “Bilingual” (1996) son buenos, pero ya no tan buenos, y la inclusión de “Paninaro ‘95”, publicada como parte del recopilatorio “Alternative” (1995), palidece respecto a la versión original de diez años antes. Con el cambio de siglo, el talento empieza a decaer más, aunque se entrevén reminiscencias de la gloria pasada en “New York City Boy”, “Flamboyant” y en la sorprendente “Home And Dry”, una balada enriquecida por la guitarra de Johnny Marr.
Llegados al tercer disco, la paja ya se impone al grano. Hay aquí una mayoría de singles poco dignos de los Pet Shop Boys de antaño, y ni siquiera sé si se puede ser todavía benevolente con “I’m With Stupid”, su sátira de la amistad entre Tony Blair y George W. Bush. Eso sí, de entre estos 19 temas reaparecen, en algunos de los momentos más inesperados, verdaderos destellos de genio: “Love Etc.” –culmen de su trabajo con Xenomania en “Yes” (2009)–, “Vocal” y “Love Is A Bourgeois Construct” (ambas de 2013) y “The Pop Kids” (2016), el último gran tema clásico de Pet Shop Boys. Bueno, el último hasta el momento. Tennant y Lowe siguen en activo y, conociendo estos precedentes, pueden volver a revolvernos las fibras emocionales en cuanto nos pillen despistados. “This is my kind of music / They play it all night long / And the feeling of the warmth around us all is so strong / Is so strong”. ∎