Cuenta Matthew Houck que fue consciente de que un nuevo disco de
Phosphorescent estaba en camino cuando compuso
“Revelator”, la canción que abre y bautiza su flamante álbum, el primero con nuevo material desde
“C’est la vie” (2018), obviando el EP “The BBC Sessions” (2021) y el primer volumen de su proyecto de versiones
“The Full Moon Project” (2023). Asentado desde hace unos años en Nashville, estas nueve canciones suponen también su debut en Verve Records por más que su motivación apenas se distancie del tono sereno y sosegado que marcó trabajos precedentes para Dead Oceans, solo que ahora la esperanza conquista terreno en un sonido y, sobre todo, en unos textos que se inician con una terminante declaración de intenciones:
“I got tired of sadness / I got tired of all the madness / I got tired of being a badass all the time / It’s only survival”.
Y es la propia resistencia la que sigue impulsando una veta compositora que expresa inquietud, e incluso disconformidad, con un paquete de decisiones vitales y artísticas que muestran a nuestro protagonista navegando por un mar de dudas alimentadas en su génesis por la pasada pandemia y por problemas de salud. Ni más ni menos que el paradigma de típico compositor atenazado por incertidumbres existenciales.
Pero afortunadamente este estado, antes que enrocar su música en un espacio redundante y claustrofóbico, la ha ayudado a crecer, en busca de esa revelación tanto personal como externa que, pese a aquellas incertidumbres, se concreta con éxito en este disco. Registrado en Spirit Sound, el estudio que Houck se construyó en su propia casa,
“Revelator” logra embarcarnos en una travesía que convierte el desasosiego en esplendor, gobernada por un meritorio cuadro de composiciones propias en el que se inserta un
“The World Is Ending” suscrito por su esposa, la australiana Jo Schornikow, quien también juega un rol decisivo en la arquitectura instrumental de sus canciones. A ella se suman amigos como Jack Lawrence (Raconteurs) o Jim White (Dirty Three) para dar cuerpo y sentido a este estupendo trabajo, uno de los más inspirados de su discografía, surcado por conmovedoras melodías y sustentado en un rico paquete de timbres certeramente empastado en el que cuerdas, guitarras, órganos y pianos,
pedal steel o sintetizadores armonizan sin fracturas. Y así se evidencia tanto en episodios de perfil más etéreo –
“Wide As Heaven”– como en un
“A Moon Behind The Clouds” cuyo título y dinamismo definen ese reparador espíritu que termina por convertirse en bálsamo para aquellos titubeos que impulsaron su origen. Y es que como se expresa en el épico
“To Get It Righ” que clausura el álbum,
“To get it right is hard to do / But we get it right, it’s what we do”. En efecto, Matthew: así continúa siendo la vida. ∎