El nuevo culebrón televisivo de Los Javis –Ambrossi y Calvo– cuenta con facetas musicales imprescindibles y bien definidas, de las cuales alguna ha gozado ya de salida discográfica. Las canciones que Hidrogenesse compusieron para la banda ficticia de hermanas Stella Maris –programadas, caducidad mediante, para el próximo Primavera Sound– se han recopilado en un álbum titulado “La casa huele a Gloria” (2023). Otro interesante vector sonoro de la serie es la gran cantidad de gemas, a menudo de pop apocalíptico, que han ido ilustrando sus siete episodios, como “Angel Of The Morning” de Evie Sands, “Cuando llegue el fin del mundo” de Rocío Durcal –la compusieron Augusto Algueró y Antonio Guijarro–, “Nada de nada” de Cecilia, o “The End Of The World” en la versión de Skeeter Davis. Tampoco podemos olvidarnos de los temas musicales, en su mayor parte inéditos, que han aportado de una u otra forma actrices intervinientes como Amaia Romero –“El árbol”–, actores como Albert Pla –con Refree hace la inevitable “Experiencia religiosa”– y músicos invitados al serial sacropop como Papá Topo y su exclusiva “Tengo estigmas en las manos (Señor)”.
La parte a priori más árida, funcional y sin duda importante del lote le ha tocado a uno de los popes de la independencia nacional de quien nada vamos a descubrir aquí. Treinta y un cortes que encuentran hueco de forma heroica entre tanta substancia musical, visual y argumentativa. Destacan especialmente piezas vocales como “Final Ep1”, cuya melodía recuerda mucho al tema “Untitled” de Marc & The Mambas; “Lamento casa”, con voces en reverso que retrotraen a Ligeti; o “Jo crec en Vos, bon Deu (Nearer, My God, To Thee)”, himno cristiano que algunos supervivientes del Titanic escucharon justo antes del hundimiento y que Gavin Bryars exhumó en 1975 para Obscure Records. Refree exhibe imaginación y habilidad en el tratamiento de voces con piezas experimentales –“EP2 Final”, “Intro Ep3”– y corales –“El Mesías” le une a Nyman, Bach y Wendy Carlos– junto al Cor Plèiade y las misteriosas Voces Masculinas del Ensemble Vocal La Mesías.
Detectamos otra reutilización obvia de composiciones clásicas con el “verano” –“Concierto Nº 2 en sol menor”– de Antonio Vivaldi en la –aún más– obsesiva “Para que salven el mundo”. Raül Refree apenas incluye fragmentos hablados –salvo “Tu madre quiere verte” y “La Mesías”– superando con nota el hándicap que supone trabajar con música incidental gracias a la gran variedad de texturas, colores y géneros que emplea: música de cámara, guitarra abstracta, folk, ambient electrónico, etc. También ayuda que el barcelonés limite la duración de los cortes a tres minutos como máximo –con muy pocas excepciones–, aunque es verdad que no elabora los títulos pragmáticos o “de trabajo” que aún conservan muchos de ellos.
Podríamos seguir con la descripción de los temas hasta aburrir: casi cada uno cuenta con la suya. Lo importante es que el score de “La Mesías” puede funcionar como un álbum independiente, desprovisto de los componentes extramusicales que lo justifican. Por ejemplo, sin haber visto la serie –lo que puede ser contrafactual si ya lo has hecho o simplemente has leído u oído hablar de ella– puedes hacerte una idea del componente onírico que la recorre de principio a fin. Refree aprovecha sus amplios recursos creativos y técnicos para crear una música extrañamente litúrgica que refuerza con sentido lo expresado allá donde se requiere. Esto hace que no haya temas musicales claramente recurrentes. El productor y músico, que compone, mezcla e interpreta por entero –salvo los coros– todas las piezas, ha sabido destilar la esencia profunda de una serie de gran factura que trata temas universales como la dominación o la búsqueda espiritual. Que me aspen si “Créditos finales” no deconstruye la estructura de “Preparad el camino al señor” –salmo catequético que Stephen Schwartz y John Michael Tebelak escribieron en 1971 para su musical “Godspell”–, otra de las joyas inéditas que una desatada Amaia canta gloriosamente en el último capítulo. ∎