Como un buen plusmarquista o uno de esos espigados saltadores de altura, Fernando Martínez parece contemplar sus propios trabajos como marcas a batir, récords que solo cabe mejorar o, ya puestos, fracasar estrepitosamente en el intento.
Pero que nadie se preocupe, que lo de
Remate tiene mucho de superación y nada de fracaso, y apenas un año después de haber dislocado mandíbulas codeándose nada menos que con Stephin Merritt para dar forma al superlativo
“Superluv. Por lo que tiene de romántico” (2011), el madrileño asoma de nuevo la cabeza para firmar su primer trabajo grabado completamente en castellano.
Una prueba que afronta sin problemas echando mano de una imaginación borrosa y siempre pendiente del ruido de fondo, y a la que se suma el reto musical de seguir enriqueciendo ese superpop generosamente orquestado, maniobra que en
“Un araña a punto de comerse una mosca” lo lleva a patentar una suerte de melancolía de alta fidelidad –
“Suelo estar”, “Superlativo”– mientras le saca de nuevo los colores al pop más clásico –
“Por si atracamos un banco”–, se arrima al soul blanco –
“Su madre está enamorada de Kafka”– y demuestra una vez más que tras esa barba de estibador neoyorquino se esconde un gran contador de canciones y un compositor en estado de gracia. ∎