Reedición

Villalobos

AlcachofaPerlon, 2023

El álbum de debut de Ricardo Villalobos, “Alcachofa” (2003), uno de los más influyentes del minimal techno y descrito por medios especializados como una sutil y brillante muestra de la música electrónica minimalista”, es reeditado en 2023 bajo el sello alemán Perlon con cuatro vinilos en lugar de los tres originales, haciendo accesible, por primera vez en mucho tiempo, la escucha de un trabajo detallista, complejo y exigente.

El álbum, a veinte años de su primera edición, consigue no solo sonar actual, sino diferente a la ingente cantidad de producciones que el género ha lanzado desde entonces. Su sonido invita a descubrir nuevos elementos que –por momentos imperceptibles y en otros apenas audibles– son capaces de expresar intensidades sin nunca parecer vacío ni excesivo. Esta reedición nos hace revisitar un disco exigente que obliga a mantener una escucha consciente de esas pequeñas y sugerentes variaciones que, al igual que la flor del mismo nombre, funcionan como hojas superpuestas que –unas sobre otras– cubren, ocultan y protegen el corazón. Su música es eso: una búsqueda de lo nuevo, extraño, auténtico y original. Y para descubrirlo hay que excavar hasta lo más hondo.

Desde los lugares políticos, pasando por su relaciones filiales con el baile, la música y el ritmo, todo lo que vivió Villalobos hasta sus 33 años está inherentemente impreso aquí, dando como resultado una mezcla oscura, efervescente y nostálgica de una pista de baile que, entre el sudor de los cuerpos, esconde la fragilidad, la intimidad y el arte de narrar historias. Publicado el 18 de septiembre de 2003 por el sello alemán Playhouse, el lanzamiento y la fecha escogida fueron un guiño a su relación con Chile. Primero, porque ocurrió solo siete días después de la conmemoración del golpe de estado. Segundo, porque es el mismo día en que se recuerda la formación de la Primera Junta Nacional de Gobierno de 1810. Y tercero, porque septiembre, especialmente el 18, es período festivo en su país de origen.

Reeditado en 2011 por el mismo sello y con sus anteriores ediciones agotadas hace tiempo, “Alcachofa” fue descubierto por muchos a través de YouTube, por lo que esta reimpresión no es solo un rencuentro, sino la confirmación de lo que dejó grabado en una de las notas de la primera edición: “Mantén vivo el vinilo y no dejes que los robots se hagan cargo”.

Considerado por Richie Hawtin como“obra maestra”, este LP transmite emociones y una combinación serena entre ritmo y melodía, llevando el house un paso adelante en relación al resto, dando como resultado música electrónica, sexi, desprejuiciada, impulsiva, rítmica, lisérgica, psicodélica, innovadora y fresca. Los variados componentes de cada pista se mezclan, cruzan, chocan, aparecen, desaparecen y mutan consiguiendo –desde la improvisación y la psicodelia– construir ritmos mínimos e insistentes que son atravesados y cubiertos por paisajes profundos donde las frecuencias viajan, cambian, se mueven, asoman, esconden, distorsionan y camuflan en un constante devenir que conduce hacia lo imposible.

“Easy Lee”, primer tema del disco, exuda sensualidad. La voz hipnótica, empalagosa, ácida y nocturna, suavemente acompasada, lenta, consciente de su peso y presencia, conduce desde el onanismo más puro hasta la clara conciencia y necesidad del otro. Los elementos sonoros emergen rítmicos, se esconden oscuros y juegan entre las opacidades. Piezas como “Theogenese” o “Bahaha Hahi” crean atmósferas por las que transitan texturas y sonidos que, como destellos intermitentes, generan un meticuloso trabajo que hace que la música se expanda y el cuerpo se mueva en una inusual complejidad que crece en canciones como “I Try To Live (Can I Live)”, que a partir de un ritmo que marcha insistente, deja aparecer tejidos que se esparcen en el espacio, liberando estelas y huellas que guían el pulso y el movimiento. Piezas como “La raja” o “Y.G.H.” asoman desde sonidos filtrados, juegan con rítmicas metálicas que parecen disolverse en frecuencias bajas y pads que sostienen urdimbres gestadas con materiales iridiscentes, que se exhiben y ocultan tenuemente mientras una voz susurra delicada sobre el oído un secreto cómplice y húmedo, erizando la piel de forma sensual y melancólica al mismo tiempo.

“Soy bailarín y no quiero bailar solo; por eso soy DJ”, dijo Villalobos en una entrevista que realizó el periodista Ben Beaumont-Thomas. Precisamente esa esencia es la que encontramos aquí, pasando de estados nostálgicos a otros progresivos, para luego sin darnos cuenta movernos al ritmo de canciones como “Waiworinao”, donde los elementos provenientes de tradiciones latinas son revestidos por las singularidades de la electrónica hasta prácticamente no dejar rastros y sumergirse en esa mezcla de rugosidades líquidas, tramas que se desintegran y repiten entre sonoridades hipnóticas, narcóticas, aleatorias y sugestivas para luego crecer al son de la guitarra.

“Bach To Back” es insistente y al mismo tiempo maleable; añade elementos, hace que las frecuencias se crucen, muevan y choquen imprevisiblemente, mientras ciertos sonidos se alteran hasta casi perder su referencia. Esta misma lógica podría describir a “Fusion The Enemies”, donde el ritmo se eleva desde lo más hondo y se extiende grave y penetrante por el cuerpo. “Quizás”, canción que la antecede, sirve como puente y tránsito hacia esas aguas que se avizoran en medio de timbres delicados, intervenidos por una voz femenina que repite “quizás, quizás, quizás” como si nos preguntara si estamos seguros de experimentar las profundidades de “Alcachofa”.

“Dexter” esconde diversos elementos que van condimentando la estructura, acelerándola entre una voz que aparece con un “ah-ah”, marcando la aparición de los diversos componentes de un tema que se mueve entre lo bailable y lo emotivo, entre lo melancólico y lo reflexivo.

“Los brasileros escuchaban techno dos o tres siglos antes que los demás. Si comparas la cadencia de la samba y la del techno, hay una idea muy muy similar tras ambas”, reveló el autor del disco tiempo atrás; idea que permite entender un álbum que mezcla géneros, símbolos, signos e intensidades que seguramente seguirán sorprendiendo a lo largo de los años. No solo por ser el reflejo de un momento sino, contradictoriamente, por demostrar la atemporalidad de su sonido. ∎

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