Álbum

Rubén Blades y Roberto Delgado & Orquesta

FotografíasRubén Blades Productions, 2025

¿Cuántas vidas caben en una foto? ¿Cuántos recuerdos en una canción? Rubén Blades, el cronista definitivo de la salsa, ha vuelto para seguir dándole voz a las historias del barrio, la migración y el paso del tiempo con su nuevo trabajo, “Fotografías”. Pocas figuras de los años setenta en este género, conocidas como la vieja guardia (Willie Colón, Ismael Miranda o la más veterana Celia Cruz, entre otros), siguen en escena, y Blades es una de ellas. No por nada lo llaman “el poeta de la salsa”, porque su música, además de poner a la gente a bailar, cuenta historias y documenta la realidad social.

Algunas de sus obras imprescindibles son: “Siembra” (1978), probablemente el disco más vendido en la historia de la salsa, grabado junto a Willie Colón, con clásicos como “Pedro Navaja” y “Plástico”; “Maestra vida” (1980), que llevó el género a otro nivel con una historia narrada a lo largo de dos discos; en solitario, “Buscando América” (1984) marcó un giro en su sonido con temas como “Decisiones” y “El padre Antonio y el monaguillo Andrés”; “La Rosa De los Vientos” (1996) llegó tras su incursión en la política, cuando se presentó como candidato a la presidencia de su país y más tarde ocupó un cargo en el gobierno de Martín Torrijos (aunque el disco pasó desapercibido, es uno de los mejor elaborados de su carrera); con “Mundo” (2002) se alejó de la salsa en un experimento que le valió un Grammy (en total, acumula doce de estas estatuillas y veinte nominaciones).

“Fotografías” marca su regreso al material inédito desde “Paraíso Road Gang” (2019), y a sus 76 años, disfrutar de su talento y su manera única de contar historias a través de la salsa resulta un auténtico privilegio. El disco incluye ocho cortes y dura aproximadamente 35 minutos. En él, Blades mantiene su sociedad con Roberto Delgado & Orquesta, apostando por el formato big band, con dos trompetas y tres trombones, pero sin perder su esencia, manteniendo el equilibrio entre ritmo y contenido, prueba de que su pluma y su voz siguen siendo esenciales para la salsa.

La portada del álbum es un retrato que resulta de la mezcla del rostro de Rubén con el de su propio padre. Tres de estas composiciones son totalmente nuevas. El trabajo abre con “Fotografías”, una salsa que suena a Blades en estado puro. El ritmo oscila entre lo cadencioso y lo bailable, pero lo que realmente pesa aquí es la letra: habla del valor de las fotos, de los recuerdos que arrastran y de la gente que se queda en ellas cuando ya no está. También está “Emigrantes”, con ese coro memorable: “Yo no me fui porque sí, la situación me obligó”. Blades ya había tratado el cambio climático como motivo de la inmigración en la canción principal del filme “Mariposas negras” (2024), con el que canario David Baute se alzó con el premio Goya a mejor película de animación este año. La tercera pista original y la más majestuosa del disco es “Hoy por ti (mañana por mí)”, continuación de la saga de Cipriano Armenteros, con son cubano y la trompeta grandiosa de Luis “Perico” Ortiz. Cipriano es el personaje ficticio creado por el panameño y protagonista de una serie de canciones que narran la historia de un guerrillero en la América Latina del siglo XIX. Su primera aparición fue en “Cipriano Armenteros”, incluida en “Este es Ismael Miranda” (1975), seguida de “Vuelve Cipriano”, en “No voy al festival” (1977), también de Miranda.

Además, hay revisiones de temas que otros grabaron antes: “Señor botánico” (Ismael Miranda, 1976), “La barricada” (Johnny Kenton, 1983) y “La belleza del son” (Bobby Valentín, 1977). Por otro lado, rescata piezas propias que antes interpretaron otras orquestas, como Eso es amar”, que grabó con Ray Barretto en el 75 en el mítico álbum “Barreto” del sello Fania –piedra angular de la salsa como la conocemos hoy–, y una nueva vuelta a “La belleza del son”, que ya había regrabado en 2002. Como guiño, reaparece “El panquelero”, grabado en 2018 con su ya conocido Medoro Madera, su alter ego. Aquí, Blades juega con su voz, bajando el tono para acercarse al estilo de los grandes soneros cubanos de la música afrocubana y el son. El resultado es tan convincente que cuesta creer que sea él mismo cantando, una de las jugadas más creativas de su carrera.

Los arreglos llevan las firmas de Roberto Delgado, el ya nombrado Luis “Perico” Ortiz y Tom Kubis, lo que ya es garantía de que la maquinaria está engrasada y sin fisuras. Hoy todo pasa y se olvida en cuestión de horas, pero con “Fotografías” Rubén Blades pisa el freno y pone la memoria en el centro. Entre inéditos, regrabaciones y homenajes, su legado es memoria, es historia, y en el caso de Blades, sigue vivo porque él sigue ahí. ¡Que sea por mucho tiempo! ∎

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