Álbum

SVSTO

CRISISPrimavera Labels, 2025

¿SVSTO acaba de soltar el álbum más irónicamente glam y posindustrial del año? Sí. ¿Estamos preparados para esta mezcla de nihilismo periférico y beats para la rave? Probablemente no. Pero aquí está. CRISIS” ha llegado, y Carla Parmenter (sí, la mitad de Las Bistecs, sí, icono del electro-disgusting catalán) entra en nueva fase: más densa, más oscura, más bailable. Menos risa fácil, más cinismo ácido con drop.

Alejandro da Rocha firma una producción cargada de peso: nada aquí busca sonar bonito. Los sintes no flotan, se arrastran; los ritmos no acompañan, golpean. Es música para bailar en un descampado a las 4 de la mañana, con el rímel corrido y una botella de Nestea con vodka. Y eso, por supuesto, es un elogio. Formado en Bellas Artes entre Galicia, Portugal y Francia, Da Rocha viene del mundo del arte sonoro y la instalación, y eso se nota: cada tema de “CRISIS” suena casi coreografiado, con capas que no solo se escuchan, sino que se sienten físicamente, como si la rave fuera también una performance.

“Alfa” abre como un conjuro, más declaración de principios que canción: un mantra de ruina económica y orgullo periférico. Le sigue “MIL€”, que no suena a dinero sino a precariedad, a nómina insuficiente con gancho melódico: “Mil euros, mil euros… La universidad te ha engañado.

Este no es un disco cómodo. Es europeo hasta el hueso, pero desde la trinchera: desde el polígono, el piso compartido, la playlist de techno rancio y sudor queer. Las letras no predican revolución, pero tampoco bajan los brazos. SVSTO no te dice qué hacer, solo te recuerda lo jodido que está todo, y lo hace entre bases duras y estribillos bailables.

“Cemento”, con Erik Harley, es el track más crudo del álbum. El beat pesa como una losa, la voz parece salir de un túnel de cercanías, y el ambiente es puro brutalismo sentimental. Arranca con ruidos de obras –martillos, motores, una reverberación polvorienta– que sitúan la escena en un descampado posindustrial. Tiene algo de “Todo sobre mi madre”, pero rodada en Bellvitge a las cinco de la mañana. Es como si los Esplendor Geométrico remixaran un plano secuencia de barrio obrero.

“Venganzza” (sí, con doble zeta) es reguetón oscuro con alma EBM, pero sobre todo es una fantasía de poder queer. “Mi tacón hundido en tu frente / es mi firma de delincuente” no deja lugar a dudas: esta pista no baila, desfila. SVSTO convierte el voguing en un arma emocional, en un ritual de venganza performativa. Aquí no se busca empatía, se impone el deseo violento, brillante, peligroso.

Visualmente, SVSTO también construye su imaginario con vídeos que mezclan descampado y glamur periférico. Porque este proyecto no es solo musical: es estético, político y emocional. Si alguna vez has salido de fiesta en Poblenou, si has llorado en la AP7, si has bailado mientras todo se derrumba… este disco es tu soundtrack.

El tema “AP7” se abre con el rugir de un motor arrancando, un sonido que remite al caos cotidiano de la ciudad y al constante movimiento de la vida urbana. La letra comienza con “Hey, lo siento, perdí tu llamada / Estoy atrapado en las Rondas otra vez”, una referencia a las vías de circunvalación que rodean Barcelona, como la Ronda Litoral, que se entrelazan con la vida de aquellos que viven en la periferia de la ciudad. El uso del inglés en estas primeras líneas, junto con los cambios de idioma a lo largo de la canción, es una clara referencia al mestizaje cultural de la ciudad, donde se cruzan diversas lenguas y dialectos, una característica de la Barcelona posmoderna y multicultural.

A medida que “CRISIS” avanza, el sonido se adentra en un paisaje sonoro donde el techno industrial se encuentra con la furia emocional. Pantalla” es la siguiente parada, una mirada a la angustia digital y los túneles de la sociedad contemporánea. Con un ritmo acelerado, nos invita a huir en un escenario donde lo que queda de Europa se reduce a líneas de código y cemento. La obsesión por el ritmo y la velocidad se mantiene, pero con una carga emocional más pesada, que se convierte en un lugar de reflexión, al mismo tiempo que nos empuja a seguir bailando.

El final llega con un giro inesperado en Technocastanyera”, que mezcla lo festivo con lo sombrío, la tradición catalana con la rave, en una mezcla que refleja perfectamente la dualidad del disco. Luego, La noche” entra con su tono trancero, lleno de enigmas y detalles existenciales, como si el sol estuviera apagado y todo fuera posible, pero a la vez todo fuera incierto. En el track final, Finale”, el formato de poema musical se convierte en una reflexión sobre lo absurdo de la vida cotidiana: “Tu cara, un crisantemo / y en tu mente, dos tías fumando / hablan muy alto”, una visión surrealista de una noche sin fin, donde las imágenes se superponen y las emociones se multiplican. Este formato de poema recitado en “Finale” genera una sensación más contemplativa, parecida a la manera en que Delafé utilizaba la poesía dentro de sus composiciones más reflexivas.

¿“CRISIS” es un disco feliz? No. ¿Es un disco necesario? Totalmente. ¿Te va a cambiar la vida? Tal vez no. Pero sí te hará sentir menos sola en este apocalipsis cotidiano.

Nos vemos en el after del polígono. Lleva botas. ∎

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