Pase por ventanilla, gracias. Así sonaría el vigésimo tercer disco de cualquier banda: trámite burocrático, sello, archivo y a otra cosa. Pero John Darnielle, al frente de
The Mountain Goats, lleva toda su vida evitando ese destino. Desde
“Taboo VI: The Homecoming” (1991), grabado con un
boombox Panasonic RX-FT500 en su apartamento de California, hasta convertir su adolescencia rota en
“The Sunset Tree” (2005), donde narró sin filtros la violencia de su padrastro, o el volantazo palomitero de
“Bleed Out” (2022), su carrera demuestra que no sabe trabajar en piloto automático. Entremedias ha firmado tres novelas, una novela corta, ha aparecido –feliz y desatado– en
“Poker Face” (Rian Johnson, 2023) y este mes publicará “This Year. 365 Songs Annotated”, una antología de 365 canciones que funciona como memoria, manual y guiño privado.
Ahora, con
“Through This Fire Across From Peter Balkan”, Darnielle levanta un pequeño musical de cámara disfrazado de naufragio: un barco pesquero al mando del capitán Peter Balkan zarpa con quince tripulantes, naufraga y solo tres sobreviven. Balkan, el marinero Adam y un narrador anónimo alcanzan un islote árido. El capitán, herido, empieza a delirar y anunciar visiones apocalípticas. Adam desaparece poco después y el narrador queda a solas, cuidando de Balkan en sus últimos días. Después, imagina cómo sería volver a su vida anterior y promete no olvidar a quienes se perdieron en el desastre. El título, aparecido en un sueño de Darnielle, funciona como un mensaje en clave del subconsciente y como despedida velada a Peter Hughes, el bajista que dejó la banda tras más de veinte años de servicio. Fue producido por Matt Douglas, multinstrumentista de la banda, y reforzado por Tommy Stinson (The Replacements), la arpista Mikaela Davis, el bajista Cameron Ralston y el dramaturgo Lin-Manuel Miranda, autor de los musicales “In The Heights” y “Hamilton” y director del filme “Tick, Tick... Boom!”.
La
“Overture” es fundamental para entender el disco, ya que esta pieza inaugura el concepto del musical y adelanta, uno por uno, los elementos que después lo estructuran. Incluye sintetizadores, bloques de cuerdas que exponen el leitmotiv melódico junto con una línea de teclado clara y la percusión amplia de Jon Wurster. Ese planteamiento hace que el final,
“Broken To Begin With”, funcione casi como el cierre lógico del acto: la música se abre con un empuje mayor, con metales breves, guitarra en primer plano, un ritmo más firme y una letra que encapsula la tesis del disco. Darnielle remata el arco de Balkan y del narrador aceptando que todo estaba roto desde el principio
(“It was broken to begin with”), asumiendo que no quedará rastro de ellos (
“No proof that we were ever here alive”) y llevando la idea de libertad al punto más extremo del musical: la liberación llega cuando ya no queda nada que sostener.
En el desarrollo del musical, hay cinco piezas que sustentan todo el esqueleto dramático: el inicio, la primera caída, la visión, la cura fallida y la salida del personaje más frágil del reparto.
“Fishing Boat” actúa como escena inicial: un arranque casi inocente, de aprendizaje, que va creciendo con cuerdas y vientos hasta introducir la primera grieta en el relato:
“Me and Peter Balkan and you, friend / Everybody else is dead”. “Cold At Night” recoge ese hilo y lo convierte en una especie de manual de supervivencia cantado, con un pulso constante. Tiene ritmo, sí. Y tiene una energía contenida que coquetea con el power pop y un estribillo que funciona como
hook recurrente
(“the first thing you learn…”).
El primer gran estallido llega con
“Dawn Of Revelation”,
donde Wurster marca un pulso casi marcial y la guitarra entra en modo épico para ilustrar la deriva delirante de Balkan. La canción está llena de profecías, mesianismo y discursos grandilocuentes.
“Your Bandage” invierte ese impulso: es más íntima, casi un diálogo implícito, sostenida por piano, respiraciones de viento. Muestra al narrador intentando curar a un Balkan que ya ha resbalado hacia el delirio apocalíptico. El golpe emocional llega
con “Rocks In My Pockets”, la despedida de Adam, construida con la mínima instrumentación posible y la letra más devastadora del conjunto. Una confesión tranquila sobre hundirse con las piedras que carga desde antes del naufragio.
La narración de “Through This Fire Across From Peter Balkan” da al álbum una estructura clara, casi literaria, pero cada canción se abre a algo más amplio: la tenacidad, la fragilidad, la necesidad de agarrarse a alguien cuando el mundo se tambalea. El mar borra casi todo, pero no una buena historia, aunque pueda parecer pretenciosa. Y por eso The Mountain Goats siguen en la superficie. ∎