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The Power Of The Heart. A Tribute To Lou ReedLight In The Attic, 2024

Ay, los discos de versiones, ese campo de minas artístico donde muchas veces tanto el homenajeado como los invitados salen con importantes heridas y mutilaciones. Aunque también sirven, en algunas ocasiones, para descubrir nuevas perspectivas no reveladas en las partituras originales.

“The Power Of The Heart” toma su título de la canción que Lou Reed (1942-2013) compuso para celebrar su matrimonio con Laurie Anderson en 2008, una rareza en su discografía y un acto de amor sin barreras (“You know me I like to dream a lot / Of what there is and what there’s not / But mainly I dream of you a lot / The power of the heart”) que aquí sirve para cerrar este recopilación de homenaje a la obra del músico neoyorquino. La interpreta BROGAN BENTLEY, hijo de Bill Bentley, ejecutivo discográfico, publicista, periodista y amigo personal de Reed, responsable de que este trabajo –su génesis se detalla en este pódcast– haya llegado a buen puerto y el hombre detrás de otros tributos a outsiders del rock como Roky Erickson y Skip Spence.

Sus muchos años en el mundillo del business le han permitido armar un casting de veteranos de altura, aunque sin obviar savia más o menos fresca: por aquí desfilan KEITH RICHARDS, JOAN JETT & THE BLACKHEARTS, RUFUS WAINWRIGHT, BOBBY RUSH, RICKIE LEE JONES, LUCINDA WILLIAMS y ROSANNE CASH, pero también THE AFGHAN WHIGS, MARY GAUTHIER, AUTOMATIC y MAXIM LUDWIG con ANGEL OLSEN.

Richards descorcha la fiesta con un “I’m Waiting For The Man” con, cómo no, visibles ecos stoniamos, con riffs de guitarra potentes y una calculada desgana vocal que entronca muy bien con la de Reed, mientras que Ludwig & Olsen le inyectan gas a “I Can’t Stand It”, el corte que abría el debut en solitario de Reed en mayo de 1972, y Mr. Wainwright interioriza, solo con guitarra acústica y voz femenina de apoyo, “Perfect Day”, uno de los hitos de “Transformer” (1972). También de este disco sale “I’m So Free”, con una Jett que sigue tan fresca y fiera como en los tiempos de su “I Love Rock’n’Roll” (1981). Hasta aquí, sin sorpresas: la primera la proporciona el veterano (90 añitos) Rush, leyenda viva del blues que convierte “Sally Can’t Dance” en un jugoso cocido de blues-funk sureño, respetando el esqueleto del tema original (1974), con su vacilada de vientos y armónica.

No se aminala Rickie Lee Jones, dejando en los huesos el manoseado “Walk On The Wild Side” con notas de piano honky-tonk: su cover parece interpretado a las tres de la mañana en un decadente bar de carretera (perdida). Una verdadera maravilla que enlaza con Greg Dulli y sus Afghan Whigs: los de Ohio han optado por “I Love You, Suzanne” –la apertura de “New Sensations” (1984), uno de los álbumes menos apreciados de Reed–, toma que nos recuerda la grandeza de sus “Congregation” (1992) y “Gentlemen” (1993), mientras que Automatic también revisan ese álbum con el tema titular, un “New Sensations” en gustoso cóctel glam rock.

Finalmente (pero no las últimas), trío de damas para quitarse el sombrero: Mary Gauthier (con un “Coney Island Island” inmaculado, aunque la parte final, con esos “glory of love” en repeat no son replicables: Reed rompió el molde), Lucinda Williams (“Legendary Hearts”, con esa voz en el abismo del cansancio que la hace única) y Rosanne Cash (la hija mayor del Hombre de Negro se deja abducir por la órbita Tom Waits en un “Magician” –de “Magic And Loss” (1992)– con luces y sombras adecuadamente espectrales).

¿Sonreiría Mr. Reed con este ramillete de apropiaciones o le saldría su lado más avinagrado y díscolo? Mejor no entremos en la dimensión desconocida… ∎

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