Álbum

Wolfgang Flür

Magazine 1Cherry Red, 2022

Con matices, puede decirse que “Magazine 1” es el segundo álbum en solitario de Wolfgang Flür, cuarto hombre de los Kraftwerk más canónicos, clásicos y productivos en estudio –lo de ahora es otra historia–. Ya saben, la integrada por él mismo, Ralf Hütter, el ya fallecido Florian Schneider y Karl Bartos, el otro percusionista. Es decir, los Kraftwerk de “Autobahn” (1974), aunque el jovencito Bartos empieza a aparecer en “Radio-Aktivität”, al año siguiente, hasta “Electric Cafe” (1986)–. Desde la salida voluntaria de Flür del mejor proyecto de pop electrónico de la historia para dedicarse al diseño de muebles, su actividad musical no ha sido constante, probando como DJ, con proyectos puntuales como Yamo, junto a sus compatriotas Mouse On Mars, registrando el álbum “Time Pie” (1996), o como el polémico libro autobiógrafico de “Kraftwerk: yo fui un robot” (1999; Milenio, 2017).

En realidad, “Magazine 1” es un disco coral, un poco como también lo fue “Eloquence” (2015). Pero lo nuevo de Flür resulta más policromático y, a la vez, abiertamente reminiscente de los orígenes “electro” que lleva por bandera. El francfortés nunca ha desarrollado sus capacidades compositivas como sí lo hizo su compañero Bartos, aunque sin herniarse, en Kraftwerk, Elektric Musik, propiamente en solitario o con Electronic. De hecho, la música de todas las composiciones de “Magazine 1” han sido escritas en colaboración con otros artistas, entre los que el británico Peter Duggal, veterano acidhead detrás de Demonik o Doggy, y actual mano derecha del alemán, es denominador común en siete de sus nueve cortes. Un disco que, por su honestidad, buqué y experta decantación, nos permite pensar en Flür como planteaba Cicerón: Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos”.

Los encantos de “Magazine 1” comienzan con su mismo título, por razones obvias. Sus canciones recuerdan inevitablemente a otras épocas, como la melodía y el Orchestron de Ralf Hütter –al menos suena muy parecido– de “Say No!”, la gozosa sinfonía electrónica que lo cierra y donde aparecen James Chapman –Maps– y el ya mencionado Peter Duggal; Peter Hook –ínclito exbajista de New Order– y Claudia Brücken –¿alguien se acuerda de Propaganda o Act?– participan en la más flojita “Birmingham”; Midge Ure, la gloria vienesa de Ultravox, en la vocoderizada “Das Beat”; los alemanes U96, en tres cortes –Flür contribuyó activamente en su álbum “Transhuman” de 2020–, con la excelente “Electric Sheep”, junto a Carl Cox. El technócrata Juan Atkins aprovecha “Billionaire (Symphonie Of Might)” para pegar su nombre al de uno de sus padres putativos; el mejicano Ramón Amezcua, ya en los créditos de “Eloquence”, contribuye en la pista homónima del álbum, y el dúo de Brighton Anushka, en “Night Drive”, otro tema destacado donde Flür rememora un viaje promocional que hizo junto a sus viejos “camaradas” de Kraftwerk a París. Miriam Suárez completa la cosmopolita plantilla que Flür ha conseguido reunir para la ocasión.

“Magazine 1” podría calificarse como un trabajo ligero pero conceptual, muy teatral y político, que trata sobre cuestiones de sempiterna actualidad como el dinero, el poder, la tecnología, la libertad, el consumismo o la guerra. Y como lo suyo nunca fue lo que se dice cantar, el bueno de Wolfgang Flür elige la técnica recitativa, que a menudo adorna con un tono controvertido y humorístico, travieso y locuno. Leyenda viva del pop que podría estar despidiéndose a sus 74 años –quizá por el momento y/o por si acaso, aunque miren rocas como Terry Riley o Roedelius–, con una serie de mensajes edificantes, rodeado de amigos y un puñado de canciones cuidadosamente producidas que, de alguna forma, confirman su capacidad para crear música entretenida y duradera más allá de Kraftwerk. Lo que siempre es de agradecer. ∎

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