En diciembre llegan las listas anuales de Spotify Wrapped tiñendo nuestros timelines digitales.
En diciembre llegan las listas anuales de Spotify Wrapped tiñendo nuestros timelines digitales.

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Los zillennial se hacen mayores, el día del Spotify Wrapped y la réplica de “El juego del calamar”

Spotify Wrapped ya está aquí

De la misma manera que las calles se llenan de luces navideñas, nada parece anunciar mejor la llegada de diciembre que las listas anuales de Spotify Wrapped tiñendo nuestros timelines digitales. Ya es una tradición más que se espera con expectación: Spotify hace una presentación personal a cada una de sus cuentas con lo que han escuchado a lo largo del año y nosotros les hacemos publicidad gratuita compartiéndolo con nuestros amigos.

Wrapped toca unos botones especiales del ego (que atan la música que se escucha con la identidad de uno mismo) y, al unirse con una presentación estéticamente cuidada, se convierte en una de las características más difundibles de la plataforma. Con los años, esta estrategia para eliminar cuentas compartidas (nadie quiere el Ed Sheeran que escucha su pareja en su lista de lo más escuchado del año) y ganar terreno a Apple Music (ya que todo aquel que no use Spotify queda excluido del primer día de Navidad) se ha convertido en una ceremonia casi religiosa. La Meca del melómano zillennial. Si el Black Friday se convirtió en la festividad no-oficial más significativa de los 2010, con su consumismo excesivo, parece natural que el día del Spotify Wrapped, con la ostentación pública de cómo las plataformas recogen todos y cada uno de nuestros datos como bandera, sea la de los 2020. 

Nuestros datos como bandera. <a href="https://twitter.com/sephiramy/status/1466114885905838081" target="_blank"> Ver tuit </a>
Nuestros datos como bandera. Ver tuit

Jack Dorsey deja Twitter

Jack Dorsey, que fundó Twitter con unos amigos en 2006, ha anunciado que deja su cargo como CEO de la red social. Aunque no haya dado explicaciones reales más allá del “es lo mejor para la compañía”, su despedida se atribuye un poco a que Twitter crece, pero no a la velocidad de otros; una cualidad negativa en la era de los capitalistas de riesgo. Aparte de eso, su puesto colgaba de un hilo desde que Elliott Management se hizo con el 4% de la compañía, un fondo de inversión que no veía con buenos ojos a su por aquel entonces CEO.

Puede que Dorsey no haya sido una figura mediática como Elon Musk o Jeff Bezos, pero sí se ha ganado su reputación de personaje curioso en el mundo de la tecnología. Hace un año, por ejemplo, se dejó la barba full-rasputincore y cuando se la afeitó, le mandó un trozo a Azealia Banks para que esta pudiera hacer un amuleto que lo protegiese del ISIS.

El adiós de Dorsey viene en medio de una ola de cambios en Twitter (como el programa de suscripción Twitter Blue), pero sus intereses están en otra parte, en África concretamente. Según él, el continente va a ser clave para el futuro del Bitcoin, y viendo que sí que se va a mantener al mando de Square, la empresa centrada en pagos digitales de la que también es CEO, todo apunta a que Jack Dorsey quiere estar al frente de cualquier revolución Web3 que se le ponga por delante.

La barba full-rasputincore de Jack Dorsey. <a href="https://twitter.com/StephenAtHome/status/1465857691818106891" target="_blank"> Ver tuit </a>
La barba full-rasputincore de Jack Dorsey. Ver tuit

El juego del calamar en YouTube

El youtuber americano MrBeast acababa de construir una réplica a tamaño real de los sets de “El juego del calamar” (2021-). Han costado 3,5 millones de dólares. En ellas ha puesto a competir a 456 personas simulando los juegos de la serie de Netflix, por una recompensa de 456.000 dólares. Aunque, evidentemente, ha prescindido de la parte en que muere gente.

MrBeast ya es conocido por hacer vídeos de la temática “retos por dinero”, pero su recreación de “El juego del calamar” está a otro nivel. El vídeo de 25 minutos que ha salido de ello ha precipitado todo tipo de debates sobre la economía de creadores: desde cómo está ahora mismo capacitada para competir económicamente con estudios de Hollywood hasta la falta de creatividad que se premia en ellas. Y es que un vídeo no alcanza los 100 millones de visionados en menos de una semana (al escribirse estas líneas ya supera los 137 millones) sin la ayuda algorítmica de YouTube. El resultado es entretenimiento apático, con fuertes reminiscencias de “Humor amarillo”, pero sin la sal de sus brillantes doblajes.

Resulta curioso, como poco, el gasto millonario en un proyecto reflejo de una serie que ha sido muchas veces catalogada por el público general como una crítica capitalista.

El capitalismo de los juegos de “retos por dinero”. <a href="https://twitter.com/miles_tzu/status/1448732506220544002" target="_blank"> Ver tuit </a>
El capitalismo de los juegos de “retos por dinero”. Ver tuit

¿Estamos en nuestra normal girl era?

El mes pasado los TikToks e hilos de la intelectualización de la cultura pop se metían en un debate sobre el color del pelo. La razón que había detrás de ello era algo tan peregrino como que la modelo/influencer Gigi Hadid se había teñido el pelo de marrón. Muchos se preguntaban: ¿es cheugy tener el pelo rubio?

Extensos TikToks atribuían el auge de los pelos naturales al final de una era, afirmando que el pelo rubio triunfaba en épocas de bonanza económica como los 2000 (tiempos de Paris Hilton, Britney y Christina Aguilera), y que en tiempos poscovid esto no tocaba. Otros respondían diciendo que Gigi Hadid simplemente había hecho lo mismo que cualquier chica cuando lo deja con su novio y que, en palabras muy de internet, “it ain’t that deep”.

Esta semana se encadena con ello otro meme: una captura de un TikTok donde una chica describe que está en su normal girl with medium length brown hair era. Nada de estéticas marcadas. Simplemente existiendo.

Para mí, más que una moda cíclica, esto es un síntoma de que los primeros Generación Z, nacidos en internet, están entrando ya en el mundo laboral. Los zillennial son una generación acostumbrada a dejar su marca de agua por todos los rincones de la red por los que pasan, y su desestetización será retransmitida o no será.

Hasta ahora, las generaciones anteriores han sido más capaces de pasar a un segundo plano o a desertar a redes sociales abandonadas como Facebook, pero esta nueva generación conoce demasiado bien los códigos y lenguaje de internet como para no seguir al frente durante unos cuantos años más. 

Continúa la reflexión. <a href="https://twitter.com/GlitchHeaux/status/1465776382068150276" target="_blank"> Ver tuit </a>
Continúa la reflexión. Ver tuit
PD: los memes de pondering my orb resisten, la lucha sigue. ∎

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