Ya hace más de 20 años que internet empezó a meterse en nuestras casas y, aun así, las leyes que lo moldean siguen definiéndose día a día. Algunos días especiales hasta podemos presenciar su desarrollo en directo. Un avistamiento en directo ha sido el concierto en streaming que ofrecían Metallica como inauguración de la BlizzCon 2021, convención anual sobre videojuegos. El concierto, que por sus dimensiones y porque todos tenemos que estar en casita se realizaba en el perfil oficial de Twitch Gaming con miles de fans en el chat contiguo, se convirtió en meme a los pocos segundos de comenzar: Twitch no poseía los derechos de las canciones de Metallica, por lo que tuvieron que solapar las imágenes con música libre de derechos. Y ahí está ahora, para la posteridad: unos señores rockeros tocando la guitarra mientras suena folk-8-bit-meets-la-banda-sonora-de-Zelda, con una caja de chat a la derecha a punto de explotar. Apuntemos también a la justicia poética detrás de esto: un círculo cerrándose, puesto que la denuncia que en su momento Metallica puso a Napster fue uno de los juicios que marcaron el cauce de las leyes sobre derechos digitales.
Logan Paul ha sido tendencia y no por haberla liado. Y es que parece estar limpiando su imagen –después de caer al destierro social tras grabar un cadáver en el bosque de los suicidios de Japón y colgarlo en YouTube– con la inteligente estrategia de simplemente dejar que su hermano Jake Paul le eclipse siendo más imbécil que él. No estoy segura de que sea la mejor táctica teniendo en cuenta que la mayoría de la gente tenemos que hacer un esfuerzo activo para distinguirlos.
La razón por la que Logan Paul está trending es porque ha vendido 5 millones de dólares sacando sus propios NFTs. Ahora viene la explicación de qué son los NFTs si, como yo, no estudiasteis ingeniería informática: los NFTs (acrónimo de Non-Fungible Tokens) son unos activos digitales que representan algo único –esto los distingue de otras criptomonedas como el bitcoin, en el que trackear su origen es prácticamente imposible–. ¿Su aplicación práctica? El emergente mundo del criptoarte y del arte en formato digital. Igual que antes los ricos podían comprar sus obras de arte únicas y tenerlas en el salón de su casa, los NFTs se aplican a otro tipo de arte que en general no podía ser escaso o único antes (como un archivo de imagen digital). Para entenderlo mejor con un ejemplo: gracias a los NFTs, el GIF del Nyan Cat se ha vendido hace unos pocos días por 590.000 dólares, abriendo posibilidades a la economía del meme.
Lo que no queda claro es qué pasará ahora con la famosa teoría que lleva años dando vueltas en Reddit, que cuenta que todo el arte moderno está hecho para que los ricos puedan blanquear dinero (con una mención especial a Pollock y su talento para salpicar en lienzos). Nuestros conocimientos sobre cómo manejar el dinero de más son bastante limitados.
Sin alejarnos demasiado espiritualmente de los hombres de Silicon Valley, la mentalidad de tiburón se ha apoderado de la memesfera nacional. La streamer MissAndieFTW subía hace poco un vídeo en el que comparaba la “mentalidad de tiburón” (proponerte conseguir cosas y conseguirlas) con la “mentalidad de pobre” (sentir envidia y no hacer nada por conseguir lo que te propones), una secuela pocha al “nada es un juego” del Xokas. Este mantra neoliberal lo apoyaba en la película “En busca de la felicidad” y en, ojo, su abuelo, que ahora tiene una multinacional, pero no, tal y como apuntaban otros en twitter, en las declaraciones del Nobel de Economía Joseph Stiglitz, que decía que el 90% de la gente que nace pobre muere pobre. Puesto en términos gamer: chica, que te estás pasando la vida en modo fácil.