Jordi Wild, Energuia, Elmo y los cuadrados verdes

Los 2000 están de vuelta. No son solo los colores chillones, los accesorios del pelo y la amenaza constante de que vuelvan los pantalones de tiro bajo, sino que ahora sus expresiones están haciendo un comeback nostálgico.

“Olvidonaa que me tienes abandonaaa” y derivados recuerdan a veranos de 2010, cuando “A tres metros sobre el cielo” (Fernando González Molina, 2010) hizo creer a una generación de adolescentes que empezar una conversación con “Feaaa :P” era algo deseable. En 2021, su origen está en capturas de chats de Instagram que se empezaron a compartir a finales del año pasado, y que pronto se han asentado en el formato de memes del youtuber Jordi Wild, que al parecer tiene una amplia colección de fotos sin camiseta y estética Tuenti que facilitan la causa.

El catálogo de pick up lines rescatadas durante años de babosos slideando en los DMs simplemente encajan con Jordi Wild, quien en su canción “Hasta que arda” incluía frases como “buenas noches señoritas, muy buenas tetas, por cierto”.

Las maneras cuestionables de interactuar con mujeres a través de redes sociales nunca han desaparecido, solo se han transformado. A pesar del wokeness que los medios proyectan sobre la generación Z, sus nuevas estrellas no suponen un giro radical en problemas de género.

Energuia1994 se convirtió el año pasado en uno de los tiktokers españoles más seguidos con sus vídeos sobre su marcada personalidad: le encantan las bebidas energéticas. Su figura, lejos de ser una punching ball, se observaba con cierta ternura, y clips sacados de sus vídeos se usaban constantemente para describir situaciones nicho que involucraban bebidas energéticas.

El pasado lunes, en un directo con el tiktoker Kappah (beefeador profesional que ya había tenido otro momento de gloria meses antes enfrentándose a Naim Darrechi), admitía con total naturalidad y delante de 20.000 espectadores haberse mandado mensajes con chicas de 16 años (teniendo él 27). Al día siguiente las redes amanecieron llenas de memes suyos en la línea de “cuando Energuia se entere que en la cárcel no hay Mango Loco Monster”.

Es fácil apuntar a la correlación entre confinamientos y el boom de juegos online con aspectos marcadamente sociales. “Paraulogic” coincidía con el incremento en casos de COVID-19 prenavideño en Cataluña, y “Wordle” le debe su éxito a todas las cenas de Nochebuena con test de antígenos equivocados.

“Wordle” ha sido un éxito mundial. En esta variante del juego del ahorcado el jugador tiene seis oportunidades para encontrar una palabra de cinco letras, y puede jugar solo una vez al día. Pero lo que llama la atención es el aspecto social de este juego aparentemente individual. Wordle incluye una opción de compartir el proceso diario de búsqueda de la palabra en redes sociales con unos cuadraditos grises, amarillos y verdes.

El formato arriesgado ha triunfado, y Twitter se ha llenado de cuadraditos durante las últimas semanas que nadie fuera del juego entiende (y que tampoco tienen una función clara para quienes lo juegan). Viéndolo como una evolución directa de “Farmville” en Facebook o del “Among Us”, se puede asignar a esta necesidad social la pócima mágica del éxito en los juegos más simples online. Su simplicidad también ha hecho que hayan bastado pocos días para que se programen juegos hermanos como “Absurdle”, “Letterdle” o sus versiones en diferentes idiomas.

Elmo ha sido el primer meme internacional del año. A pesar de no haber visto reflejado su éxito en las redes españolas (los clips son en inglés y están sujetos a matices nativos, como que Elmo dice “balsamic vinegar” con el mismo acento que la comunidad afroamericana de Nueva York), su figura como icono de internet dejará rastro el resto de 2022. Y es que Elmo es descarado, y su historia en “Barrio Sésamo” está llena de frases icónicas llenas de picardía.

TikTok y Twitter se han convertido en una caza del tesoro en la que quien encuentra un clip de los 45 años de Elmo tirando shade es recompensado con viralidad. En especial ha triunfado su beef con Rocco, la mascota roca de Zoe en “Barrio Sésamo”, que viene arrastrando desde 1999 y que amasa ya más de 100.000 retweets.

Este es solo uno más de los personajes de niñez que la gente está revisionando en las redes: en los últimos años Caillou ha sido cancelado, y Peppa Pig ha tenido sus momentos virales por ser pasivo-agresiva (como cuando colgó el teléfono a su amiga porque esta sabía silbar y ella no). Pero Elmo sí rompe con la tradición de Internet de obsesionarse con mascotas verdes (Pepe, Shrek, Baby Yoda...). ¿Se avecinan cambios en 2022? ∎