El arte y la creatividad, dentro de sus diferentes expresiones, no dejan de ser en sí mismas un tipo de lenguaje. Su propósito es la expresión de un mensaje, el cual siempre ha de estar amparado por el contexto social que influye en su construcción. Todo esto nos lleva a una clara reflexión: el arte es y debe ser político. Una afirmación que Vivienne Westwood (1941-2022) siempre tuvo en mente y que llevó a que sus diseños fueran escuchados, entendidos y para siempre recordados.
La diseñadora británica nació en la pequeña parroquia rural de Tintwistle en el seno de una familia humilde, y tuvo claro que su vida no estaría regida por los clásicos patrones que debía seguir una mujer convencional. Aunque la moda no fuese su primera opción –en los comienzos se decantó por la joyería–, siempre estuvo unida a ella. Su madre era costurera y para su primer matrimonio realizó el vestido de bodas sin haber cursado estudios de patronaje. En la industria de la moda no se adentró de lleno hasta 1965, cuando conoció a su entonces pareja Malcom McLaren, luego mánager del grupo Sex Pistols. Es en este momento cuando palabras como “revolucionaria”, “provocadora” y sobre todo “icono punk” empiezan a girar a su alrededor. Aunque Westwood no inventó el punk, fue una figura clave para la propagación de su estética y valores. Pero ¿en qué se basaba realmente esta estética?
Provocación, apropiaciones culturales y mucho do it yourself. Tres claves para comprender cómo entendía la moda Westwood. Aunque primero deberíamos saber cómo influía el famoso movimiento con que se la relacionaba. El punk estalló por completo en el Reino Unido durante la segunda mitad de la década de 1970 y se basaba principalmente en los sentimientos de hastío e inconformismo hacia la sociedad. Bajo el influjo del situacionismo, generó un panorama de revolución donde el anarquismo y la disidencia eran los protagonistas. Westwood supuso la ruptura en el campo de la moda, mientras que McLaren lo fue en el de la música. El ser autosuficiente y la filosofía del “hazlo tú mismo” eran lo que primaba en ambos ámbitos.
Al principio, las prendas de Vivienne estaban hechas a partir de lo que hoy denominaríamos “upcycled”. No se trataba solo de darle a la ropa un nuevo uso, había que convertirla en un arma para enfrentar la realidad. Su estilo era muy “descuidado”, con referencias a sectores del underground como la cultura queer y con abalorios ricos en recortes, imperdibles y frases nihilistas pintadas a mano. Esta etapa creativa es recordada por su famosa tienda londinense SEX, la cual cambió de nombre hasta siete veces. Estaba ubicada en el 430 de King’s Road y llegó a convertirse en punto de encuentro del incipiente movimiento punk hacia 1974. A pesar de que la relación de McLaren y Westwood fue muy fructífera, llegando a hacer desfiles como el recordado “Pirate” en 1981, a mediados de los 80 sus caminos se separaron, dando paso a una nueva etapa para Vivienne, donde se consagraría como una de las diseñadoras más importantes del momento.
El legado de Vivienne Westwood –que falleció el 29 de diciembre a los 81 años, sin que hayan trascendido las causas de su muerte– va mucho más allá de sus magníficas prendas. Transmitía un mensaje y una energía que ha quedado plasmado en los diseñadores que vendrían después. Y no solo entre ellos. A nosotros, como consumidores, se nos han abierto barreras y mostrado paradigmas que, sin figuras como Westwood, aún estarían cerradas. Le debemos mucho, y estamos seguros de que su mensaje seguirá presente en la industria. ∎

Exhibición indecente (1975)
A mediados de los 70, SEX se convirtió en punto de referencia para los seguidores del movimiento punk. Westwood y McLaren fueron multados en su tienda por una “exhibición indecente”. Después de esto, la policía obtuvo el derecho para censurar aquellos artículos que “alteraban el orden público”. Como respuesta, la pareja distribuyó piezas de contenido más político, agresivo y reivindicativo. En la imagen, vemos a Vivienne cerca del juzgado Bow Street, donde se enfrentó a casos de alteración del orden público.

Margaret Thatcher en la portada de ‘Tatler’ (1989)
“Esta mujer una vez fue punk”. Con esta frase y una fotografía de Westwood caracterizada como Margaret Thatcher, la revista ‘Tatler’ hizo historia al lanzar una portada burlándose de la primera ministra del Reino Unido. En el interior, Vivienne dejaba clara su visión política contraria a Thatcher, a la que definió en numerosas ocasiones como una mujer que “había hecho mucho daño al mundo”. La portada fue muy popular y sirvió para anunciar la Semana de la Moda de Londres en todo Reino Unido. Vivienne afirmó que la imagen le parecía tan real que tuvo que asegurarse varias veces de que era ella y no Thatcher.

Dama del Imperio Británico sin ropa interior (1992)
En 1992, Westwood fue galardonada con la Orden del Imperio Británico por sus contribuciones a la moda del país. Para su imposición en el Palacio de Buckingham con la Familia Real, la diseñadora asistió con un traje compuesto por una blazer y una falda larga. La sorpresa llegó cuando al posar ante los fotógrafos giró sobre sí misma mostrando que no llevaba ropa interior. Según comentó más tarde, no pensaba que las cámaras llegarían a captarlo. También afirmó haber escuchado de fuentes cercanas a la Casa Real que la fotografía le había parecido graciosa a la reina Isabel II.

Kate Moss comiéndose un Magnum (1995)
En 1995 Westwood exploraba la estética francesa. Figuras como María Antonieta eran fundamentales en su imaginario. En la colección de primavera-verano de ese mismo año, pudimos observar uno de los momentos más icónicos en pasarela, con la top model Kate Moss en toples luciendo una minifalda mientras comía tranquilamente un helado Magnum. La imagen permanece hoy en el imaginario de cientos de amantes de la industria y demuestra, una vez más, el juego y la performance que realizaba Westwood en las pasarelas.

Desfile de reivindicaciones otoño-invierno (2019)
En 2019, realizó uno de esos desfiles en los que la ropa fue vehículo de expresión política. Centrándose en asuntos como el Brexit, el consumismo y el cambio climático, el desfile se articuló como pasarela llena de pancartas, mensajes e incluso discursos de carácter transgresor recitados por Rose McGowan. Uno de los muchos ejemplos en que Vivienne volvió a apostar por su arte como medio de protesta. ∎