Rosalía y Bad Bunny, duelo en la cumbre. Ilustración: Pepo Pérez
Rosalía y Bad Bunny, duelo en la cumbre. Ilustración: Pepo Pérez

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Contra el fin de la historia

Contra los agoreros y negacionistas, la música y la cultura en general están más vivas que nunca. Vivas y diversas, como se puede rastrear en este resumen de lo más destacado de 2025. Radio on!

Han pasado ya más de treinta años desde que Francis Fukuyama publicara su influyente libro “El fin de la historia y el último hombre” (1992), en el que exponía la controvertida tesis de que la democracia liberal habría acabado por imponerse en todo el mundo, terminando así con la fricción entre bloques antagónicos. Así se llegaba al fin de la historia. Pero la historia es muy tozuda y ha renacido para desmentir categóricamente a Fukuyama. Hoy resurge la confrontación entre bloques y los populismos autocráticos cabalgan de nuevo creando tensiones y anulando cualquier equilibrio geopolítico. Si aplicamos todo este razonamiento al universo musical, las conclusiones son similares. Porque la música tampoco vive el fin de su historia. Tenemos la inmensa fortuna de vivir en una época en la que, lejos de un anquilosamiento o una actitud acomodaticia, la música es un campo de experimentación y de ideas originales que están contribuyendo a crear una nueva historia.

Rosalía. Foto: Aldara Zarraoa (Getty Images) / rusowsky. Foto: Alfredo Arias / Riboberta Bandini / Amaia. Foto: Marina Tomàs
Rosalía. Foto: Aldara Zarraoa (Getty Images) / rusowsky. Foto: Alfredo Arias / Riboberta Bandini / Amaia. Foto: Marina Tomàs

La edad de oro de la música española

A mediados de la década pasada Rosalía y C. Tangana inauguraron una nueva era en la música española, rompiendo la atonía de la escena indie y demostrando que se podía ser más moderno que nadie echando mano de raíces y de identidad propia. Se acabó el mimetismo, se acabó el “¡que inventen ellos!”. Y este 2025 ha sido prolijo en discos innovadores y audaces, creados sobre todo por mujeres. Ya no se trata de que, como en la película de Marco Ferreri, “Il futuro è donna”, sino que, definitivamente, el presente es mujer. Ondeando la bandera, Rosalía, más imprevisible que nunca, ha editado ese exorbitante “LUX” que ilumina el panorama con su arriesgada apuesta sinfónica y su sublime mística expansiva. No le va a la zaga Rocío Márquez, redefiniendo una vez más los límites del flamenco. Pero la cosecha femenina no se detiene ahí: los nuevos álbumes de Valeria Castro, Maria Rodés, Anna Andreu, AmaiaSoleá Morente, Lorena Álvarez, Rigoberta Bandini o Verde Prato, el sorprendente EP de Alba Morena... Todas ellas magníficas, todas ellas diferentes, con sus peculiares y reconocibles universos personales. Entre todas ellas se han colado rusowsky con su música urbana de autor, Guitarricadelafuente con un segundo álbum tan brillante como vibrante y revelador (y con dos de sus videoclips en nuestro top), Juanjo Bona con su mirada insólita al universo de la jota y ese perturbador “Cru+es” de Niño de Elche y Raül Refree que apela, como el de Rosalía, a una nueva y heterodoxa espiritualidad. Y en el ámbito del pop, la creatividad también se desliza por los surcos de los nuevos trabajos de Joaquín Pascual, El Petit de Cal Eril, Kiev Cuando Nieva, Depresión Sonora o Pablo Und Destruktion, entre otros. Difícil encontrar una época de la música española tan exuberante y con tantos frutos diversos y variopintos como esta.</

Benito y todo lo demás

Es comprensible que mucha gente esté harta de ver a Bad Bunny hasta en la sopa. Pero es que Benito Antonio Martínez Ocasio, más allá de todos sus récords (más de 600.000 entradas vendidas en tiempo récord para sus 12 conciertos en Madrid y Barcelona en 2026, ¡cáspita!), ha editado este año un álbum insuperable. “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” reivindica la salsa y los géneros puertorriqueños, pero los impregna de groove y los conecta con el reguetón primigenio de Tego Calderón y con la tradición oral latina de Rubén Blades. Y si Geese da nuevas alas y rediviva frescura al art rock, Blood Orange se marca el mejor disco de su trayectoria, una obra biográfica, confesional y realmente emocionante. El retorno de Pulp, tras casi un cuarto de siglo de vacío discográfico, les ha permitido recuperar la corona del grupo más cool del britpop. Algo parecido se puede decir del exquisito nuevo álbum de Stereolab, quince años después del anterior y conservando fresca la esencia del mejor space age pop. En el campo electrónico han brillado la abstracción perfectamente delineada de Djrum, la sensualidad y el latin groove de Nick León, la sutileza de la cada vez más insustituible Lucrecia Dalt, los ecos orientales en medio de una creatividad desbordada de DJ Haram o la nebulosa de ambient cósmico y espectral del nuevo EP de Burial. El hip hop avanzado y a pie de calle de billy woods y Little Simz (el álbum de Doechii es de 2024, pero sus videoclips, de 2025, son alucinantes), el enorme paso adelante de artistas como Perfume Genius o Baxter Dury, las oscuras brumas de Ethel Cain, la brutal colisión de R&B y techno de la siempre “a la última” FKA twigs o la brillante reivindicación del folk psicodélico por parte de Big Thief figuran como otros hitos de un año también muy fértil en el terreno internacional, aunque quizá con una menor inventiva, con menos joyas imprevisibles que en años precedentes.

 DJ Haram / Bad Bunny /  Zaho de Sagazan. Foto: Sergio Albert / Blood Orange / Pulp. Foto: Tom Jackson
DJ Haram / Bad Bunny / Zaho de Sagazan. Foto: Sergio Albert / Blood Orange / Pulp. Foto: Tom Jackson

La vida es un festival

A nadie se le escapa que festivales como Primavera Sound ofrecen la posibilidad de disfrutar de un suculento menú degustación que constituye una proposición difícil de rechazar... aunque a la postre no hacen sino alimentar el síndrome FOMO. Allí, en Primavera Sound, se han podido ver algunos de los conciertos señeros de 2025. Como la sublime y deslumbrante belleza del protagonizado por ANOHNI & The Johnsons en estado de gracia. O la deliciosa nouvelle electro-chanson de la parlanchina Zaho de Sagazan, la cegadora puesta en escena de una inmensa FKA twigs, el retorno en plena forma de LCD Soundsystem, el brutalismo grime de KNEECAP, el mano a mano de Charli XCX con Troye Sivan, el definitivo ascenso de Waxahatchee a las ligas mayores o ese precioso momento de la más evocadora África acústica de Salif Keita. O, en el plano nacional, los incontestables shows con guiños performáticos de Amaia y Judeline. El fulgor del joven maestro Yerai Cortés y la apabullante versatilidad de Maria Arnal en el Sónar también fueron grandes momentos de la música en vivo de 2025. Pero hay vida más allá de los festivales. Como lo prueba que una de las cimas del año la protagonizaran la diva del R&B SZA y el gran rey de todo esto Kendrick Lamar en un apasionante duelo de tenis a nueve sets en el Estadi Olímpic de Barcelona. Y lejos de la épica de los macroconciertos, la creatividad más pura resplandece, por ejemplo, en la celebración en directo del 50º aniversario de esa obra magna que es “Horses” (1975) de Patti Smith, en el concierto en el Auditori de Barcelona de una siempre estimulante e imaginativa Laurie Anderson navegando entre el spoken word, el jazz y el pop cósmico, o en el esperado regreso de Pulp. Ya en el ámbito nacional, sorprendió el llenazo del capo de rusia-idk, rusowsky, en un Movistar Arena madrileño con 15.000 almas dispuestas a escuchar la música urbana más raruna e imaginativa, un cóctel de... simplemente todo. Frente a esa ambición desmedida, la gran revelación de Sal del Coche con su aleación de post-punk, no wave, free jazz y un descaro y una frescura insuperables. Y en medio, el “akelarre antifascista” de un resistente Fermin Muguruza, la sugerente reivindicación del folclore murciano puesta al día de Maestro Espada (uno de los directos más brillantes del panorama nacional) y gente que nunca defrauda como Hidrogenesse, Verde Prato o Lagartija Nick. Desde luego, quien no sale de casa es porque no quiere.

Judeline. Foto: Marina Tomàs / Bruce Springsteen. Foto: Danny Clinch / Fermin Muguruza. Foto: Alfredo Arias / Sly & The Family Stone
Judeline. Foto: Marina Tomàs / Bruce Springsteen. Foto: Danny Clinch / Fermin Muguruza. Foto: Alfredo Arias / Sly & The Family Stone

Rincón arqueológico

La nostalgia es mala consejera y soy de la opinión de que siempre es mejor pensar que lo mejor está aún por llegar. Pero ¿qué sería de nosotros, irredentos melómanos, sin la labor arqueológica de quienes se dedican a rebuscar en archivos, y a reeditar y recopilar gemas perdidas, tesoros conocidos y por conocer? Lo del “Tracks II: The Lost Albums” de Bruce Springsteen es tan excesivo a todas luces como revelador e incontestable, y de paso se ha sacado de la manga una reedición ampliada del imprescindible “Nebraska” de 1982. Muy buena idea ha sido reunir en “Joni’s Jazz” (casi) todo el material, publicado o inédito, que ha lanzado a lo largo de su trayectoria la gran Joni Mitchell bajo el influjo del jazz. International Anthem es uno de los mejores sellos de la música actual, semillero del jazz más creativo y rompedor que se hace ahora mismo, y Gilles Peterson ha seleccionado algunas de sus joyas más refulgentes. La colección de inéditos de uno de nuestros personajes más heterodoxos, Rafael Berrio; la banda sonora de uno de los grandes documentales del año, “Sly Lives!”, de Sly & The Family Stone; las compilaciones de los picós colombianos (por Edna Martínez) o del pop de cámara (por el apasionado Bob Stanley) o las antologías de figuras como Carl Craig y Eduardo Polonio. Son otras de las razones irrefutables para seguir alimentando una nostalgia infinita. Así como también lo son las reediciones de discos absolutamente históricos, como el ya citado “Horses” de Patti Smith, “More Songs About Buildings And Food” de Talking Heads (quienes, de paso, han encargado a Mike Mills un magnético videoclip de “Psycho Killer” con Saoirse Ronan como protagonista) o ese “Qualsevol nit pot sortir el sol” de Sisa que también cumple 50 tacos. Y en la cúspide, “The Making Of Five Leaves Left” de Nick Drake, obligado complemento al icónico disco original de 1969. De nuevo, se vuelve a desmentir el pretendido fin de la historia al comprobar que todas estas publicaciones no son un punto y final, sino un punto y aparte.

Y en este mismo rincón arqueológico también es oportuno un repaso a los libros pop, donde tienen cabida asuntos tan diversos como el rock radical vasco a cargo de Javier Corral “Jerry”, los apuntes sobre creatividad de Raül Refree, el nacimiento de la música pop según el gran arqueólogo sonoro Bob Stanley o los retratos más o menos biográficos de Kraftwerk (Pablo Ferrer Torres), Daft Punk (por ‘Disco Pogo’), Julio Iglesias (Ignacio Peyró), Yoko Ono (David Sheff) o R.E.M. (Peter Ames Carlin), a los que hay que añadir los escritos en primera persona por Thurston Moore, Patti Smith, Luke Haines, Jacques Dutronc, Oscar Peterson o Ian Hunter, entre otros. Sin olvidar los muy interesantes libros firmados por reputados críticos como Jaime Gonzalo o Diego A. Manrique. Todo sea por seguir manteniendo viva la llama del amor a la música.

Daft Punk, “En vela” de Ana Penyas, “Tardes de soledad” de Albert Serra, “A cuatro patas” de Miranda July y “El Rey Medusa 1” de Brecht Evens.
Daft Punk, “En vela” de Ana Penyas, “Tardes de soledad” de Albert Serra, “A cuatro patas” de Miranda July y “El Rey Medusa 1” de Brecht Evens.

Pantallas y papeles

El arte es fiel reflejo de la realidad, y lo es cada vez más. En un mundo absurdo como el actual, que causa una perplejidad siempre renovada, es lógico que surjan películas como “Una batalla tras otra”, de Paul Thomas Anderson, en la que amor y revolución se confunden en un rompecabezas anárquico y disparatado. O como “The Brutalist”, en la que Brady Corbet vuelve a tratar de la manera más inteligente la cara B del sueño americano. Dos filmes españoles muy diferentes han cautivado al público internacional: el parco, desnudo, violento y ¿hermoso? mundo del toreo en “Tardes de soledad” de Albert Serra, y la fascinante y bizarra road movie “Sirāt” de Oliver Laxe, que desnuda el alma humana al palpitante ritmo de Kangding Ray. La cruda realidad iraní no exenta de humanidad y de ironía de “Un simple accidente” de Jafar Panahi o el monumental collage histórico sobre la China actual que ofrece Jia Zhangke en “A la deriva” son también documentos de esta época tan terriblemente interesante.

El universo de las series, al menos el de las más atractivas, remite también a ese sentimiento incesante de perplejidad, de borrado de las fronteras entre realidad y ficción, como en la segunda temporada de “Los ensayos”, de Nathan Fielder; en la incoherente ciencia ficción de “Pluribus” de Vince Gilligan (tras sus exitosas “Breaking Bad” o “Better Call Saul”) o en el costumbrismo contemporáneo de esa deliciosa comedia lo-fi que es “Poquita fe”. Por su parte, “The Pitt” ofrece una nueva vuelta de tuerca a las clásicas series de hospital.

La mejor literatura de 2025 también se sitúa bajo el paraguas de una realidad desconcertante, como en esa novela con alma de ensayo que “La pregunta 7” de Richard Flanagan, donde la existencia se observa desde la cotidianidad más íntima. Mientras tanto, en “A cuatro patas” la poliédrica Miranda July observa la vida como un confuso juego entre el deseo, la lujuria y un romanticismo de nuevo cuño. El ácido e hilarante retrato de una familia irlandesa infeliz que realiza Paul Murray en “La picadura de abeja” es otro de los hitos de una literatura cada vez más abierta a otras perspectivas geográficas: Irán, Bulgaria, Vietnam, Rusia...

Finalmente, el mundo del cómic ha regalado en 2025 obras magníficas en las que impera la diversidad de temáticas y estéticas: desde las subyugantes historias de insomnio de Ana Penyas con “En vela” (tras su cáustica radiografía del turismo en “Todo bajo el sol”) hasta el abigarrado y psicótico universo lleno de fantasía que pinta con su imaginativa maestría Brecht Evens en “El Rey Medusa 1”, pasando por el reconocible entramado de relaciones humanas que describe Jaime Hernandez en “Dibujo del natural”, el muy realista “Black Metal” de Magius o el nuevo reportaje gráfico periodístico que ofrece Joe Sacco en “El disturbio eterno”, en esta ocasión adentrándose en los conflictos étnicos de la India. Sí, todo real como la vida misma. ∎

Han colaborado en la elaboración de las listas de Rockdelux con lo mejor del año 2025:


Galo Abrain, Jorge Acevedo, Enric Albero, Ricardo Aldarondo, María Adell, Paula Arantzazu Ruiz, Bartolomé Armentano, María Ballesteros del Prado, Vicenç Batalla, Octavio Beares, Noah Benalal, Felipe Cabrerizo, Santi Carrillo, Anton Casas, Quim Casas, Salvador Catalán, José Manuel Caturla, Juan Cervera, Javier Corral “Jerry”, Isabel Cortés, Marcelo Criminal, Gonzalo de Lucas, Daniel de Partearroyo, Philipp Engel, Anna Enguix, Marta España, Luis Miguel Flores, Juan Manuel Freire, Susana Funes, Alejandro G. Calvo, Xavier Gaillard, David Galbete, Álvaro García Montoliu, Roberto García-Ochoa Peces, Marisol García, Isabel Guerrero, Cesc Guimerà, JuanP Holguera, Eulàlia Iglesias, Luis Lapuente, Sergio Lifante, Luis Lles, César Luquero, Carlos Marlasca, Laia Marsal, Carlos Martínez Agenjo, Andreu Marves, Juan Monge, David Morán, David S. Mordoh, Marc Muñoz, Víctor Navarro, Pepe Nave, Carles Novellas, Ana Dara Peña Giraldo, Pepo Pérez, Carlos Pérez de Ziriza, Javier Pulido, Donat Putx, Miquel Queralt, Alberto Richart, Ferran Riera, Diego Rubio, David Saavedra, Carlos Sala, Alex Serrano, Félix Suárez, Ramon Súrio, Eduardo Tébar, Miguel Tébar A., Raül de Tena, Israel Viana, Gerardo Vilches, Daniel V. Villamediana y Javier Villuendas. ∎

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